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jueves, abril 25, 2024

Justo homenaje a Botelli

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Inga Iordanishvili, nacida en la Georgia de Europa oriental, y Saro Danielian, el excelente armenio que hace años da brillo a su atril, establecieron un riquísimo diálogo de exigencias bien resueltas en sus figuraciones veloces y con inocultable lirismo en el adagio

Salta, martes 30 de noviembre de 2010. Teatro Provincial. Solistas: Inga Iordanishvili (violín). Saro Danielian (oboe). Orquesta Sinfónica de Salta. Director Mº Enrique Roel. Los Pinos de Roma de Ottorino Respighi (1879-1936). Concierto para violín, oboe y grupo de cuerdas en re menor BWV 1060 de Johann Sebastián Bach (1685-1750). El Mar de Claude Debussy (1862-1918). Concierto en homenaje al fallecido artista José Juan Botelli.

Salía de mi hotel en Roma y a doscientos metros estaba la Porta Pinciana. Sigue estando allí aunque ya no se usa para ingresar a la Villa Borghese. Pero cerca están los famosos pinos de esos estupendos jardines donde se encuentran no pocos lugares de trascendencia histórica. Lejos de allí, están los pinos de una de las más famosas catacumbas romanas, las de San Calixto. Roma tiene más de medio centenar de catacumbas con cerca de cien kilómetros de extensión total. Son las construidas a partir el siglo II por cristianos que se reunían a escondidas de los soldados romanos. Esa catacumba es probablemente la más famosa y visitada. Saliendo de ella hay una bella avenida rodeada de pinos a cuyo costado derecho están las Fosas Adreatinas donde en la segunda guerra mundial murieron tantos italianos y al final de esa avenida hay una antiquísima puerta que abierta comunica con la Via Appia Antigua por donde regresaban victoriosos los ejércitos del Imperio Romano luego de conquistar algún territorio lejano o cercano.

Finalmente los pinos del monte Janículo, que no es una de las siete colinas que rodean a Roma sino que se trata de una elevación de algo más de 80 metros sobre el nivel del mar. Esos pinares fueron retratados musicalmente por Respighi en una obra musical que relata distintos momentos de la vida de la capital italiana y que finalizan con la majestuosidad de la nombrada Vía Appia. La orquesta, que mostró un Roel inspirado, fue desde ligeros pianísimos hasta verdaderas explosiones sonoras de gran riqueza tímbrica. Los metales y la percusión brillaron a gran altura. Por supuesto, conozco la obra desde hace años pero sobre todo conozco los pinos y les aseguro que Respighi escribió una obra maestra.

En junio pasado estuve en la Iglesia de Santo Tomás de Leipzig (Alemania) ante la tumba de Bach con motivo del 260º aniversario de su muerte. Volví conmovido viendo toda una ciudad homenajeando a su compositor. De su pluma desbordante surgió este concierto compuesto al estilo italiano. El destinado al oboe y el violín acompañados de un escaso grupo de cuerdas. Bach siguió la línea de la escuela veneciana impulsada por Vivaldi. Dos tiempos rápidos y el central lento. Los solistas, la notable Inga Iordanishvili, nacida en la Georgia de Europa oriental, y Saro Danielian, el excelente armenio que hace años da brillo a su atril, establecieron un riquísimo diálogo de exigencias bien resueltas en sus figuraciones veloces y con inocultable lirismo en el adagio. Por tanto pasó desapercibido un ligero traspié en el tercer movimiento. Tal vez el ripieno hubiera sido mejor a menor volumen para permitir una adecuada recepción de la dulzura del violín y el impulso del oboe, pero a pesar de ello la obra estuvo bien dicha.

Finalmente una maravilla. El Mar del impresionista Debussy. No es éste el lugar apropiado pero me tienta contar que parece ser que el impresionismo pictórico lo inicia un miope que no veía muy bien y por eso usaba manchas en lugar de la figura delineada. Este estilo fue seguido por otros pintores y años después apareció en la música con frases indefinidas, veladuras sonoras, desde un punto de vista formal pero claramente determinadas cuando alguien como Debussy quería que el oyente de su música cerrara los ojos y viera el mar, con sus momentos de tranquilidad pero también con sus olas gigantes. La partitura es complicada. Da valor a las intensidades en la misma proporción que a la propia melodía y esto que parece sencillo es harto difícil de hacer. Como casi siempre, un bis. La “Nimrod”, 9ª de las Variaciones “Enigma” de Edward Elgar. Me preguntaron: ¿es la orquesta o Roel? Creo que ambos.

3 COMENTARIOS

  1. Justo homenaje a Botelli
    LA MEJOR ORQUESTA DEL MUNDO, SI NO TIENE UN DIRECTOR QUE LA HAGA SONAR BIEN, ES DIFICIL QUE LLEGUE AL NIVEL QUE ESCUCHAMOS DURANTE ESTE AÑO DE GESTION DEL NUEVO DIRECTOR.
    GRACIAS.

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