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domingo, noviembre 24, 2024

La locura de las fiestas y el torbellino de los deseos

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Las fiestas de fin de año dejan un sin fin de anécdotas, noticias, resacas, intoxicaciones, quemados por cohetes, accidentes de tránsito, bolsillos secos, chicos desilusionados porque el cretino de Papá Noel no cumplió, perros perdidos, etc., etc…

El espíritu navideño llega y…

Llega Navidad, y los deseos abundan: “Que dios te bendiga…, que el niñito colme de paz tu corazón…, que la luz de Belén te ilumine…, que el nacimiento de Jesús nos fortalezca”, etc. etc. y blaaa…blabla….y yo pienso…, después durante el resto del año.. que…¿que hace la gente con todos sus deseos? ¿que hacen todos los que me desean tantas cosas?. Será que guardan los deseos para las próximas fiestas, (por si se pierden o para ahorrarlos quizás) o tal vez tanto stress cotidiano produce amnesia.

Los políticos aparecen en la tele con caras de bondad, saludando al pueblo y deseando lo mejor de lo mejor y que felices fiestas y que mejor año nuevo y que el año que se va… y etc. etc. Y si en vez de gastar en esa publicidad, repartieran ese importe a la gente que no tiene ni un pan para comer? Ésa es la mejor publicidad, el que no tiene y recibe algo, jamás se olvida.

Pero bueno, el marketing les come la cabeza a los políticos y nos desean cosas y yo ya no quiero que me deseen cosas, quiero que me las den, que le devuelvan a la gente lo que corresponde. Y sí…mejor cambio de tema, mejor sigo con lo de las fiestas, porque me da bronca y termino puteando a todo el mundo.

Desear no cuesta nada, ayudar a cumplir un deseo, eso sí, casi nadie se anima. A mí no me dan tantas ganas de celebrar, yo quisiera pasarla en casa, como si nada, sin pensar en nada, leyendo, escribiendo, comiendo cualquier cosa. Pero no… nunca puedo…tengo que cumplir… hay que pasarla en familia, con los suegros, los cuñados, los sobrinos y claro que los quiero… pero a mí qué me importa la Navidad…qué me importa el arbolito y los regalos de ese señor que ni siquiera habla español.

Yo al niño Dios lo veo cuando quiero y nace todos los días, en la sonrisa de mi hijo. Pero no… una tiene que cumplir con el mandato y yo me niego y no armo arbolito, y no compro sidra y no compro turrón y a duras penas cocino algo para la mesa familiar. Qué me importa a mí la navidad si sólo sirve para cavar más profundo el hueco de las ausencias.

Pero no… hay que estar bien… hay que brindar…hay que llorar…hay que comer de todo en la mesa que parece una feria de platos, y al otro día igual… seguir comiendo lo que quedó, y después… después nada, la gente queda exhausta, pero hay que tomar fuerzas porque viene el Año Nuevo y hay que esperarlo. Pocos se acuerdan del verdadero sentido de la Navidad, el jpg_pesebre.jpgespíritu navideño se instala en las almas de distintas maneras y el consumismo atropella y din don dan, din don dan vamos todos a comprar.

Me acuerdo de las navidades de mi infancia, mi madre se esmeraba en armar el pesebre y por las tardes esperaba a los adoradores, con jugos y galletas, los chicos cantaban los famosos villancicos y bailaban al son de una pandereta. Ese pesebre de mi infancia se extravió con su vida.

Llega Año Nuevo y…..

“Que el año que se inicia llegue cargado de éxitos…que el Señor colme este nuevo año de bienaventuranzas…te auguramos un hermoso año nuevo…” y sigue el terequetetere…y nuevamente me pregunto: ¿que hacen con esos deseos? después del 31, donde los guardan?. ¿Será que los deseos son caros? y que solo hay que sacarlos para las fiestas y después guardarlos? porque si se terminan… de dónde saca uno más deseos para regalar?

O no vaya ser que a alguien se le ocurra exigir el cumplimiento del deseo. Entonces es mejor sacarlos para las fiestas y nada más. No es que yo descrea de los deseos de mis amigos, algunos son sinceros y yo también les deseo el doble de lo que me desean a mí. Pero otros me dejan cierta duda, sobre todo los que veo por tele.

Las fiestas son así, la gente se vuelve loca, el centro es un hormiguero, todos empujando apurados con las bolsas con comidas, regalos, bebidas.

jpg_fuegosartificiales.jpgAño Nuevo, esa fiesta sí me gusta; pasarla con los amigos más queridos (ya no con la familia, porque después de la sobredosis de familia en Navidad, no quedan ganas), tomar unos tragos…brindar por todo…recordar lo lindo, enterrar lo feo, hablar de proyectos, en fin, todo lo que se hace para Año Nuevo.

Y así pasan las fiestas de fin de año, dejando atrás un sin fin de anécdotas, noticias, resacas, intoxicaciones, quemados por cohetes, accidentes de tránsito, bolsillos secos, chicos desilusionados porque el cretino de Papá Noel no cumplió, perros perdidos, etc.etc.

No quiero ser tan negativa. Sé que también pasan cosas lindas (si alguien se entera de alguna que me avise por favor). Ah! y no se olviden de los deseos ¡Ay, los deseos!

Yo deseo más justicia, más tolerancia, más oportunidad de crecer, deseo más solidaridad, deseo buenas intenciones cumplidas, deseo trabajo para todos, deseo chicos sanos, sin hambre y sin drogas, deseo que los maestros inicien las clases contentos este año, deseo que respeten a los artistas, deseo que todos los poetas publiquen sus libros, que no gastemos tiempo en estupideces, deseo gobernantes más humanos, deseo más compañerismo y menos chupamedias, deseo que no nos roben las ilusiones ni los sueños, deseo que seamos iguales, mejores personas, mejores padres, mejores hijos, deseo que no nos pisen las cabezas y avancemos todos, deseo todo lo que sea paz y bienestar.

Ahh! y los reyes, esos son otros que complican la vida de los pobres… En fin, me voy a hacer los trámites para que se cumplan mis deseos, todos los días empiezo uno nuevo, no me rindo, y si reniego es porque:

¡Quiero que se cumplan los deseos, los tuyos, los míos, los de todos!

¡Que nadie nos pise el poncho!

laburemos todos para lograr un 2008 genial!


Comentario

Se olvida la esencia

Es cierto! me siento muy identificado con esto, y estoy de acuerdo con Mónica, porque es verdad, para las fiestas todos corren de aquí para allá y la esencia de las fiestas está olvidada, los únicos que se benefician son los comerciantes. Yo también prefiero estar en cualquier lado para las fiestas, para el 31 bailé toda la noche con mi señora y después todo mal, todo superficial.

Después todo es monotonía y discordia. Felicitaciones a Salta 21.

Mis cariños para Mónica Sánchez:

– Miguel Herrera

1 COMENTARIO

  1. La locura de las fiestas y el torbellino de los deseos
    Es cierto! me siento muy identificado con esto, y estoy de acuerdo con Mònica, porque es verdad, para las fiestas todos corren de aquí para allá y la esencia de las fiestas esta olvidada, los unicos que se benefician son los comerciantes.Yo tambien prefiero estar en cualquier lado para las fiestas, para el 31 baile toda la noche con mi señora y despues todo mal, todo superficial. Despues todo es monotonía y discordia. Felicitaciones a Salta 21
    Mis cariños para Mónica Sánchez
    Miguel Herrera.

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