La Noche de las Tizas fue el comienzo del fin del romerismo

Los docentes tienen que estar orgullosos porque fue sin duda la lucha por ellos llevada a cabo la que cavó la fosa de un régimen que -con la ceguera de todo «Emperador»- Romero pretendió que iba a ser eterno. Represión torpe y caída anunciada…

Con respecto a la nota «Los votos docentes que enterraron a Wayar y condicionan a Urtubey», publicada en este sitio, quiero recordar que cuando fui invitado a un programa televisivo periodístico, a raíz de mi carta «ciudad sitiada», relativa a los lamentables hechos represivos que derivaron en «La noche de las tizas» (mi carta había sido enviada vía internet a mediodía, cuando ya todo hacía evidente que se caminaba ciegamente hacia una jornada represiva como la que efectivamente se produjo horas más tarde) dije que esta brutal torpeza del Gobierno era el inicio del fin del romerismo.

Como dije irónicamente en esa carta «disculpe si por un momento pensé que era una muestra de debilidad rayana en la extrema cobardía».

Cuando fui invitado tiempo después a analizar el resultado de las elecciones siguientes (entre uno y dos años después), donde el romerismo ganó con apenas el 35% de los votos, cuando pensaba romper una barrera histórica ganando con más del 50%, recordé aquella expresión mía, y la refrendé.

«Un largo final -había dicho- porque disponen de todo el aparato del estado para la política prebendaria y corrupta a las que nos tienen acostumbrados, pero el ocaso está a la vista».

Hoy ya no necesito demostrar que tenía razón. Los docentes tienen que estar muy orgullosos, porque fue sin duda la lucha por ellos llevada a cabo, inclusive al margen y en contra de su gremio cooptado por el romerismo, la que cavó la fosa de este régimen cesáreo que -con la ceguera propia de todo «Emperador»- Romero pretendió que iba a ser eterno.

Y me parece muy bien que no firmen ningún cheque en blanco. Pero sí que dialoguen con las nuevas autoridades, que parecen tener en claro que salud, educación y anticorrupción son los ejes fundamentales sobre los que deberá trabajar si quiere refrendar en los hechos las expectativas generadas.

Licenciado David Slodky.