Entre los estrenos de la XV Semana del cine argentino, se presentó en Salta la cinta de Goyo Anchou y Peter Pank que documenta la vida de Batato Barea a través del under porteño, teatro de post dictadura que cambió los parámetros escénicos en Argentina. Un fascinante mundo de la otra cara de la cultura.
El Parakultural del under fue el centro de una movida de vanguardia. Allí actuaba Batato Barea, maestro de la improvisación quien en 10 minutos era capaz de armarte un espectáculo a partir de un poema. Con Alejandro Urdapilleta y Humberto Tortonese formó un trío de ruptura, cuyos espectáculos fueron un éxito total.
En “La peli de Batato” , él mismo es el protagonista a partir de fragmentos escénicos y entrevistas que grabó Peter Pank – antes de la muerte del clown- para una tesis cinematográfica. En un documental poco convencional y fuera de los parámetros tradicionales, aparecen las voces de Peter Pank,
Alejandro Urdapilleta, Cristina Moreira, Tino Tinto, Humberto Tortonese, Verónica Llinás, Alejandra Flechner, Antonio Gasalla (quien le abrió las puertas en TV), María José Gabín, Divina Gloria, Enrique Symns, Ronnie Arias y Cecilia Roth, entre otros. Todos ellos coinciden en señalar que Batato tuvo un estilo fuera de lo común, que actuaba con la misma intensidad de como vivía, que era un zafe, que su travestismo fue político (Moreira), que se puso tetas para estar acorde a lo que hacía: provocar con el arte. Se refirieron a esa época de delirio (Urdapilleta), a una ruptura de viejos esquemas, a otro tipo de teatro además del Teatro Abierto (Pank), a la posibilidad de encontrarse en el mismo espacio aunque tuviesen códigos diferentes (Flechner).
Batato nació artista con el clown junto a Cristina Moreira, allí, Walter encontró su propia faceta, su identidad personal, su forma de expresión. El suicidio de su hermano lo marcó para siempre y comenzó a parecerse a él en muchos aspectos. Le costó superarlo pero lo homenajeó con su performance, con su cambio de vida.
Coincido plenamente con Goyo Anchou quien expresó en una entrevista para un medio gráfico que Batato era un antiactor porque salía al escenario con la mente en blanco, vestido de travesti y allí iniciaba su conexión con los espectadores. Además, vale señalar, Batato no se consideraba actor, sino un clown, un payaso, así se autoretrata en “La peli de Batato”. Y sobre todo, hacía y decía lo que sentía. Era auténtico. Lo era no sólo en el escenario sino en la vida.
El film de Pank y Anchou es la biblia del underground, un documento imperdible para los amantes de las artes escénicas.
Batato Barea de ruptura, de travestismo más allá de lo sexual, de antiformatos, de clown, de delirio. Un artista off, un fuera de serie, un divismo absolutamente under.