La inflación es un problema ya no económico ni político, sino social que atañe a todos los consumidores y usuarios de bienes y servicios; recordemos que la inflación es el aumento continuo del nivel general de precios, incremento que ha impactado por cierto en las economías domésticas.
La inflación es ciertamente uno de los problemas macroeconómicos que no puede ignorarse, a pesar de ser un reacomodamiento de precios, el mismo no tiene razón de ser, por cuanto el incremento y actualización de precios al consumidor ha sido mayor en relación con la recomposición de salarios de los trabajadores.
Desde algunos sectores políticos y gremiales aluden a que el incremento de los precios es plena responsabilidad de los empresarios, pero ello no justifica eludir la realidad económica de los consumidores, cuyo poder adquisitivo se ve cada vez limitado y erosionado por la actualización de precios,
Se sabe que los datos proporcionados por el INDEC son distorsionados y que no son coincidentes con el impacto que se registran en los productos alimenticios y servicios que disponen las economías domésticas; según algunas consultoras privadas, aluden a que los precios tienen una tendencia ascendente desde hace ya seis meses y que ronda en lo que va en los primeros meses del año en el 8% aproximadamente, siendo un nivel que no se registraba desde el año 2002.
Frente a una desaceleración de precios, está la oportunidad de los empresarios y productos de abusarse de la remarcación de precios que intentan en consecuencia beneficiarse frente a las necesidades de los usuarios y ello hace que los consumidores hagan sustituciones de productos a los fines de achicar el consumo.
Uno de los mayores problemas futuros de la economía argentina son los elevados costos que puedan conllevar a un profundo descontrol de precios y de salarios, provocando inestabilidad en los diversos sectores de la economía incluyendo el sector financiero donde se encuentra el tipo de cambio.
Otra de las dificultades es el continuo crecimiento del gasto público que hasta ahora nadie ha hecho referencia al respecto que puede llegar también a provocar una profunda crisis en el sector fiscal originando un déficit que va evolucionando día a día.
Lo cierto es que si no se adoptan medidas urgentes a corto plazo para frenar la inflación, estaremos en graves problemas, ya que podríamos estar a las puertas de una recesión económica y que no terminemos en una profunda crisis como la que vivimos a fines del año 2001.
– la autora es columnista de Salta 21; es Jefa de Trabajos Prácticos de las cátedras Análisis Económico y Financiero y de Elementos de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de la Universidad de Buenos Aires – Facultad de Derecho. Master en Derecho y Economía (tesis en preparación). Universidad de Buenos Aires – Facultad de Derecho.
