La sonrisa descalza y la dimensión lírica de Rosa Machado

Rosa habla con la sabiduría de una poeta. La palabra atraviesa mundos y se vuelve colona de la inteligencia. Rosa tiene la inteligencia necesaria para abarcar lo incomprensible. Y con su riqueza espiritual, todo es mucho más simple.

Alas o pétalos sería una imagen lograda de Rosa Machado, quizá de su escritura como especie de sinécdoque que convoca a la libertad de expresión.

Manos, mente y corazón de la poeta se destinaron a las letras de Salta. Creo que el mejor elogio para ella es el descubrimiento de su poesía porque es lo que más la define. Descubrimos en parte su nuevo libro «La sonrisa descalza» y desde Salta 21 nos acercamos a su pensamiento para hallar ese pequeño acontecer cotidiano y para escapar de esos «nuevos holocaustos» de los que habla la escritora.

una bandada de golondrinas

Como poeta escapás al tiempo-horario del hombre y sin embargo, hay un compromiso fuerte de tu escritura con la sociedad actual. ¿Cómo sincronizás este presente contrarreloj para despojarte de tanta metáfora?

– En este momento cada uno merece encontrar la propia metáfora que lo encamine hacia la posibilidad de sostener su vida. El caos amenaza. El “tomarnos en serio” es inminente.

El hombre de la era industrial se regía por la razón y parecía suficiente, hoy nos damos cuenta de que los sentimientos, los afectos, la circunstancia histórica, la conciencia del aquí y ahora, lo que del Amado en tí concibes como dice San Juan de la Cruz, dimensiones no racionales, nos convierten en una persona.

Tengo el privilegio de conversar de poesía con algunas personas, una de ellas es mi amiga Graciela Gonta, con ella buscamos y encontramos palabras que expresen esas dimensiones y para adecuarlas a lo único que realmente nos importa en la inmediatez, las situaciones que se nos presentan a resolver. La propia metáfora nos respalda: “el camino hacia uno mismo”, “no hacer tragedia”, “Dios me ama”, “me sostiene el buen ánimo”, “convierte mi lamento en danza”, “hazlo tú Señor , yo no puedo”.

La sonrisa descalza, tu poemario nuevo, ¿acaso revela esa «falta» que percibimos a diario en aquellos huérfanos sociales?

– Mi poemario expresa o revela mi humilde acontecer intrascendente y puesto en palabras, quizá familiar al de otros.

Rosa_Machado.bin Quiere mostrar que la vida, naturalmente, está hecha de pequeñas cosas. Tal vez se dirige al que pudo “adaptarse” a esta sociedad, porque escuchó el lema de los campos de concentración de la guerra “El trabajo hace libre”. A ese que está incluido, protegido por ciertos derechos si los conoce, que tiene seguro de salud y lo mínimo indispensable, no sólo para “sobrevivir” sino para realizarse también. Al que decide marginarse, si es rico quizá logre una calidad de vida, pero si está huérfano de sí mismo, más vale que se siente a imaginar porque puede devorarlo el “padre de los piojos, abuelo de la nada”, como decía Marechal.

¿Cómo es esa sonrisa descalza en lo cultural, por ejemplo?

– La diversidad cultural hace real la integración de las diez mil formas que alcanza el destino humano. Cada cual puede considerar válido su mínimo cosmos personal, el que fue construyendo con los años como dice Teresa Leonardi, y cuenta con suficiente información para atenderlo y protegerlo, es delicado. La cultura que cada uno heredó y fue adquiriendo es un tesoro imprescindible. Tal como uno aprendió a cuidar y cuidarse es como podrá lograrlo. Y con una sonrisa descalza, sin pretensiones.

¿Qué cosas te conmueven de la vida en el dolor y en la alegría?

– Hace poco, aquí en Salta, un joven buscador espiritual se lanzó de espaldas al vacío y murió.

Me conmueve el arrojo de los jóvenes ante la muerte, ante las sustancias, ante el futuro… esa desesperación, ese vacío.

Más allá del dolor y la alegría está la certeza de que somos únicos e irrepetibles. Pero, hay tanta gente en situación de riesgo…

¿Cuáles serían para Rosa Machado esos molinos de viento del siglo XXI?

– El bienestar de todos está en manos de gigantes insaciables que licúan el valor de las cosas hasta hacerlas inalcanzables. ¿Cómo se combate a estos quijotescos molinos de viento? ¿Con trabajo, con imaginación, con empeño? Poco menos de la mitad de la población queda excluida del sueño de bienestar. ¿Qué nos asegura que no seremos expulsados también? Los valores de la sociedad de consumo son nazis: el glamour, la excelencia, la competencia… El poeta Gianuzzi recitaba este poema de W.B.Yeats cuando hablaba de los “gigantes”:

Dando vueltas y vueltas en la espiral creciente

el halcón no puede oír al halconero;

todo se desmorona; todo pierde su centro;

la anarquía se abate sobre el mundo,

se suelta la marea de sangre, y por doquier

se anega el ritual de la inocencia;

los mejores carecen de toda convicción, mientras los peores

tienen el poder en sus manos.

Las ideologías, ¿nos han ayudado a vivir o han creado muros entre nosotros?

– Aún hoy estamos dominados por una pequeña cabeza nazi, que está vigente en las escuelas, la iglesia, el trabajo, el estado…
La izquierda trabaja por los derechos apoyada en distintas ideologías que proponen aperturas, las utopías imaginan el mejor de los mundos.

Aunque la tradición, generalmente encapsula la inteligencia en prejuicios y ve al otro a través de la estrechez de su mirada…
Hoy las diferencias amenazan con nuevos holocaustos. Escuché, entre los políticos que se creen rodeados de sordos, la frase “a estos hay que exterminarlos” la dicen como al pasar, es terrorífico.

¿Puede el mundo interior ser conquistado por la poesía?

– Vivir el arte es la propuesta de este tiempo. Verás, las señoras, toman clases de tango, de manos artesanas, talleres de poesía. Cumplen con el sueño del Conde de Lautréamont “el arte es para todos”.

Es arte es testimonio de la vida que logramos construir. Quizá nos hace naturalmente más sinceros, tal vez es la manera en que míster escondido se muestra sin violencia.

Es la posibilidad de acceder a la belleza, a la expresión, a la libertad. Aunque no cambia al mundo, lo muestra, lo devela, y produce luz en la oscuridad de nuestros criterios. La poesía no soporta el mundo de apariencias vacías de los viscosos.

La iglesia, allá en el 1500, después de la reforma de Lutero, aceptó el arte y con él aceptó la deformidad de la perla, el barroco es la “perla deforme”, significa que la iglesia acepta lo diferente -si estuviera sana. El cristianismo propone un Dios del amor como el que vio Freud para el psicoanálisis y salvó a Narciso de morir por amor a sí mismo.

El arte abre espacios de libertad y comienza con una iniciativa individual.

Dice John Berger que el verdadero arte siempre reivindica la condición del hombre.

Poemas de Rosa Machado

Espanto

El universo es frío

Dios, el Altísimo

Ante el circo de neón

la duda empaña el aire

Se escucha el rumiar feroz

de la manada

embriagada de noche

sedienta de obituarios

Invocando temores y temblores

el aullido lastima

la hoja en blanco

Murmuramos plegarias

en el fractal incandescente de Leonardo

mientras huimos de los lobos

desesperados por el retorno

del día

Ceremonias suntuosas

Si todas las personas del planeta

se bañaran todos los días

se acabaría el agua potable

Por eso los pobres limpian su alma

en otras aguas

y de este modo soportan

el lujo de esa otra parte del mundo

Todo lujo esconde algo vulgar

Destino común

Estás predestinada a la dicha

Aunque en tu vientre escondas

una bandada de golondrinas

que te arrancan del lugar

Nada debes temer

Aunque lo intenten los oráculos,

nada podrá deshacer el destino,

la dicha en germen habita

en el centro del pecho

La alegría como una niña adolescente,

dulce y sensual, te busca tentadora

Nada debes temer

Si escuchas cantar un corazón de hierro

es la bruja guardiana

que protege tu amarilla cosecha

Nada debes temer

Alegre y serena el agua,

la hija menor del mundo,

corriendo como ríos por tu lagrimal

no hará más que lavarte la pena

Nada debes temer

Aunque todo se desintegre en tus manos

y tiriten de miedo las naciones,

nada quiebra el espíritu

Ninguna ley humana pondrá barrotes a tu dicha

No tengas objetivos

Déjate ser

Estas predestinada a la dicha