La alocución que por cadena nacional hizo la Presidenta Cristina Fernández, para ponernos en conocimiento de cuál será la posición Argentina frente al fallo adverso de la Corte Federal de los EE.UU. que avaló la decisión del Juez Thomas Griesa, y que obliga ahora al país a abonar a los acreedores demandantes los bonos a valor pactado, ha dejado a la población en una incógnita infinita.
Que la culpa la tiene el mega canje y el llamado blindaje del año 2001, que se trata de deuda heredada, que los corruptos fueron los otros y ella es una pagadora serial, y todo lo demás expuesto por la Primera Mandataria, era materia suficientemente conocida, pero le faltó nada más y nada menos, decir qué es lo que hará el gobierno puntualmente ahora ante esta situación.
El hilo argumental de la queja por las especulaciones de los llamados fondos buitres o holdouts (literalmente “los que se quedaron afuera”), fue completado al día siguiente por las explicaciones a cargo del ministro de economía, AXEL KICILLOF. Ambos hablaron de extorsión, especuladores, buitres, carroñeros, etc. La prensa afín al oficialismo ha repetido hasta el cansancio la saga creada sobre los buenos aquí y los malos allá.
Pero por fuera del discurso oficial, hay otras variantes que se deben tener en cuenta, para no caer en el error de creer que el actual frente gobernante es la víctima de la corrupción de los anteriores, y que finalmente tenemos que aplaudir a la Señora Presidenta y al Señor Ministro como verdaderos héroes de una cruzada anti yanqui, discurso con apariencia progre que es lo más alejado de la dura realidad.
El primer punto que debemos desmitificar es que no hay bonistas buenos y bonistas malos. Todos los compradores de títulos de canje de deuda son iguales y responden a la lógica especuladora de rentabilidad extraordinaria.
Los que aceptaron la renegociación que mencionan nuestrosgobernantes hasta acordar con el 92% de ellos, lo hicieron a sabiendas de la condición pactada de que en caso de que con posterioridad a las quitas que aceptaron, se produjera un fallo como éste, podrían igualar los montos cedidos, y reclamar el total de la deuda. Es la llamada cláusula de igualación de derechos.
Esta cláusula establecida en el momento de proponer el canje de deuda, aseguraba a los supuestamente más flexibles un riesgo cero. Es decir, aquéllos que negociaron antes son tan groseramente especuladores como los que litigaron después y ejecutan ahora, porque acordaron cobrar en partes como anticipos reservándose el derecho de reclamar después el saldo hasta completar sus acreencias.
El segundo punto a considerar para esa negociación, y de la cual el oficialismo, al igual que cada vez que agregó un eslabón a la cadena de pagos seriales -como le gusta decir a la Presidenta- hizo gala de haber sido un excelente gestor del acuerdo, se cedió jurisdicción nacional para la resolución definitiva de la contienda, por lo que el resultado de hoy determinado por la justicia norteamericana no es una sorpresa, sino un hecho absolutamente previsible.
Y cuando se verifican estas verdaderas resignaciones de soberanía, todos conocemos cómo seguirá la novela: habrá ajustes, recortes, reducción de la inversión pública, posiblemente una nueva devaluación, y sin lugar a dudas mayor endeudamiento.
Hubo un discurso duro para la cadena nacional, con cara de enojo y todo, pero la única verdad es la realidad: van a negociar nuevamente un plan de pagos, y eso en castellano preciso quiere decir ajustarse los cinturones.
Ese ajuste resulta inevitable porque no solamente éste gobierno, sino los anteriores también, se han jactado de defender la nacionalidad y la soberanía y de hacer justicia social, pero en los hechos han jugado el papel típico del cipayismo local.
Basta recordar los acuerdos de pago anticipado con la mentira incluida del desendeudamiento con el FMI; los acuerdos que también incluyen cláusulas secretas y cesión de jurisdicción con Chevrón y Repsol; los contratos de pérdida de soberanía alimentaria con Monsanto, y el reciente pago serial al Club de París, para darse cuenta que detrás del discurso oficial obra otra realidad mucho más dura y triste que la que se quiere pintar: se han pagado –serialmente dice CRISTINA FERNANDEZ- U/S 174.000.- millones, y todavía debemos U/S 220.000.-, más los que se adicionarán ahora.
Don Arturo JAURETCHE nos recordaba en su “Manual de Zonceras Argentinas”, en la nº 31, que en otro tiempo, a otro presidente (Nicolás AVELLANEDA), cuando muchos sectores le pedían que suspendiera los pagos de la deuda externa, él les respondía: “Los tenedores de bonos argentinos deben, a la verdad, reposar tranquilos. La República puede estar dividida hondamente en partidos internos; pero no tiene sino un honor y un crédito, como sólo tiene un nombre y una bandera ante los pueblos extraños. Hay dos millones de argentinos que economizarían hasta sobre su hambre y sobre su sed, para responder en una situación suprema a los compromisos de nuestra fe pública en los mercados extranjeros.”
Ahorraré sobre el hambre y la sed de los argentinos, es la frase que pasó a la historia y que se explica en la zoncera. Ahora parecen repetirse los mismos tiempos, y todo sobre la neblina espesa que oculta los motivos –o en realidad no los oculta- de porqué éste gobierno y los anteriores, a pesar de que el Juez JORGE BALLESTEROS en el año 2000 les corrió vista de la investigación realizada sobre la deuda externa fraudulenta e ilegal, no han creado siquiera una mínima comisión investigadora, y en cambio se sigue pagando a ciegas.
Más allá del enojo de la Señora Presidenta y de las advertencias de AXEL KICILLOF, quedó bien claro en boca de los dos que no van a declarar el default. En buen romance estimado lector, vamos a pagar contante y sonante ha como de lugar lo que se reclama. Habrá más hambre y más sed que tolerar, en este camino que está muy pero muy lejos de liberarnos de la usura internacional, y que se parece más a la diatriba conocida de Nicolás AVELLANEDA que a una arenga nacional.
– Notas relacionadas:
A propósito de la reacción del gobierno ante la decisión de la Justicia de EEUU por los holdouts
http://www.salta21.com/A-proposito-de-la-reaccion-del.html
Siempre tuvimos razón… Los que les decimos No al pago de la deuda
http://www.salta21.com/Siempre-tuvimos-razon-Los-que-les.html