Mazzone contra Castro, se vienen los alegatos y la sentencia

Tras la audiencia del viernes, en la que la profesora querellada pareció quedar en mejor posición mañana se dictará sentencia en el caso en el que Fernando Mazzone acusa a Milagro Castro de calumnia. La profesora denunció que él acomodó a su esposa

La audiencia del viernes incluyó el testimonio de la directora del colegio “20 de Febrero” Ramona Amaya, cuyo relato de los hechos resultó impactante porque por momentos parecía favorecer a Mazzone y en otros a Castro.

Amaya relató cómo en el colegio se cuestionó el nombramiento de la esposa de Mazzone, Mónica Luna, realizado a través de un “acuerdo interinstitucional”. Había malestar ante la sospecha que Mazzone, desde la Junta, favorecía a su esposa.

Entonces se gestionó una reunión con supervisores y miembros de Junta. Ella labró un informe que le fue pedido por la superioridad. Pero luego, insatisfecho con éste, el supervisor Aldo Pastrana labró otro, y le pidió que lo firmara, lo cual ella hizo.

Amaya admite que el informe de Pastrana (que contiene la polémica frase atribuída a Castro “Mazzone tiene licencia para matar”) refleja más acabadamente lo que pasó. Y dice que omitió algunos aspectos de la reunión porque se habían vertido expresiones muy fuertes que creía preferible no reflejar en su informe.

Cuando la jueza Sandra Espeche le preguntó qué entiende ella por “licencia para matar”, la directora respondió: “total impunidad”.

Cuando la magistrada le pidió que expresara cuál es su concepto de Mazzone, Amaya dijo que tiene una mala imagen de él.

A su turno Fernando Mazzone mostró una imagen de sí mismo muy positiva, con una trayectoria brillante en la docencia, saltó a los 29 años a raíz de un proyecto a un cargo dentro de la burocracia que dirige el sistema escolar, hizo cursos en el exterior y justamente estaba en un posgrado en España cuando se produce el conflicto en el colegio 20 de Febrero que terminó generando la causa que se ventila en la justicia.

Mazzone lloró, acusó a Castro de perjudicarlo, cuestionó la cobertura del caso que hace la prensa local y fue reiteradamente advertido por la jueza para que se enfocara en el tema: la presunta calumnia de Castro.

Aunque él adujo que se la dió la Junta, el letrado de la querellada, Roberto Pecci, puso en evidencia que el informe en base al cual Mazzone inició acciones legales contra Castro no llegó a sus manos por las vías legales que corresponden. Quedó flotando la impresión de una connivencia entre Mazzone y Aldo Pastrana, el supervisor que en una audiencia previa aseguró que Castro había calumniado al vicepresidente de la Junta.

La ética de Mazzone

Un momento crucial dentro de la audiencia se dió cuando la jueza Sandra Espeche le preguntó a Fernando Mazzone si no debió apartarse para no firmar la titularización de su esposa, como marca el dictamen de la asesoría letrada del ministerio de Educación que debió hacer.

Mazzone aclaró que impugnó ese dictamen, que no tenían asesor, que habían asumido recientemente y que la decisión de que debía firmar esa disposición la tomaron en forma conjunta en plenario todos los miembros de la Junta.

Entonces Espeche le preguntó si más allá de lo legal y la normativa vigente, él pensaba que debió abstenerse por ética. ¿Sí o no?, le preguntó.

Mazzone pensó un minuto y respondió:

“No”.

Fue un momento durísimo y revelador. Si Mazzone respondía “sí”, le daba la razón a Castro, porque admitía que obró mal, que debió apartarse y no firmar, como lo hizo, la titularización de su esposa. Al responder “no” revela que no ve límites éticos para actuar dentro de la función pública, que la acusación de corrupción e impunidad tiene fundamento.

¿Esta será la interpretación de la jueza? ¿Por qué puso ella tanto interés en este punto y llevó a Mazzone a expresarse inexorablemente sobre la cuestión? Tal parece que es un punto clave que podría definir la resolución del caso judicial. La impresión general fue que Milagro Castro quedó más cerca de una sentencia favorable.

Pero nada está definido todavía.

Mañana miércoles, a las 17,30, en la ciudad judicial, desplegarán sus alegatos Flavia Calvente Mazzone -hija de Liliana Mazzone (asesora del gobernador) y representante legal de su tío, el querellante vicepresidente de la Junta de Calificaciones y Méritos para la Docencia- y Roberto Pecci, el letrado de Milagro Castro, la docente querellada.

Luego la jueza Sandra Espeche dictará sentencia.