Esta no es una historia más, este es un breve relato que da cuenta de una realidad social de un imaginario oculto en la conducta de determinados grupos sociales en nuestra ciudad.
Es tan reciente que ni es historia todavía, soy testigo directo de lo sucedido, soy testigo de estos acontecimientos violentos producidos por el deseo de atrapar objetos a cualquier precio. Mentalidad exitista, egoísta, donde el fin justifica los medios, que despliega sus garras sobre los más débiles y descuidados. Este relato es quizás el reflejo de otras historias de tantos niños anónimos en el “natural” desamparo en un contexto de la abundancia de la riqueza natural y la miseria social extrema, de familias desintegradas, arrastradas por referencias que ya no son ningún honor para quienes padecen la exclusión y son víctimas de la intolerancia.
Este es un breve relato sobre diecinueve años en el recorrido por la Tierra de Jesús Gutiérrez.
Durante diecinueve años Jesús vivió en Tartagal, nació en la humilde casa de sus bis abuelos: Don Guillermo Burgos y Doña Silveria Luna. Desde que nació estuvo al cuidado de ellos como acostumbran a acordar con sus hijos, algunos abuelos, por estas tierras.
Doña Margarita Sosa es la única hija de Silveria quien tuvo ocho hijos y entre ellos la madre de Jesús.
Esta historia se desenlaza cuando fallecen sus dos referencias inmediatas, primero Don Guillermo cuando Jesús tenía unos 5 ó 6 años y, cuando tenía dieciséis Doña Silveria a la edad de noventa años.
Pasados los años del fallecimiento de Don Guillermo, Jesús y su bis abuela subsistían de una pensión de doscientos pesos que dejó Don Guillermo. Jesús se convirtió en los brazos y piernas de Doña Silveria debido a su edad avanzada y, con el tiempo ella estuvo al cuidado de Jesús. En esa dedicación, en su niñez, Jesús llegó hasta a la higiene personal íntima de su protectora en sus últimos momentos de vida, Jesús fue el único quien corría por trámites y médicos, ambos estaban dependiendo el uno del otro en total aislamiento familiar.
Jesús llevaba una vida común, se desarrollaba dentro de lo sencillo y humilde sin ostentaciones llevaba patrones legados más preciados de sus bis abuelos, Don Guillermo jubilado de YPF y ella una trabajadora del hogar, como él mismo expresa como lo más preciado: la cultura de los trabajadores.
Desde pequeño realizó actividades laborales sencillas como ser picolero, lustrabotas, vendedor de pan, empanadas y sandías. Que le enseñaron, desde niño, que trabajar es más que sano, ser pobre y vivir tranquilo no como otros que meten la mano, no como otros que se creen ser favoritos del Rey, que le dan una palmada, un asado, un vino y sobrevuelan la ley. Que aunque a veces coma arroz salado y pan inflado siempre rebusca el peso y duerme tranquilo. (Cita de la canción de Uki Tolosa).
El tiempo le dio razón a las enseñanzas en el contexto bullanguero, entre cumbias y bailantas en las olvidadas calles polvorientas de niños correteando tras los camiones para treparse y luego caer al suelo seco en la fabulosa aventura de los niños. Las huidas de Jesús al mundo de la libertad expandida de un universo sin preocupaciones montado en la bicicleta con alas y su piloto (la vecina) volaban.
Fallecidos sus protectores la vida lo impulsaba en sí misma a la continuidad del sentido que es el propio vivir. Sus cortos años y su salud se verían deteriorados en poco tiempo, en pocos meses. Entre la solidaridad y el egoísmo. Había aprendido sólo el dar.
La mala alimentación deterioró su salud al punto de caer en un cuadro de anemia avanzada y sometido a dos transfusiones de sangre de las cuales sólo logró una porque la otra no la pudo pagar.
Solitario en la caja, maderas de recuerdos y el rocío de las chapas del techo, con la necesidad difusa se cobijó y se dejó morir, sólo le importaba vivir con su abuela que ya no estaba. El cariño de sus mascotas, dos perritos y un gato, lo sobresaltaban a buscar unos huesos y pan que compartía con ellos para no dejarlos morir de hambre. Así tironeado por esas chispas de vida externa en esas mascotas, se percató de lo que estaba haciendo, de ese mismo modo, había llegado el momento de hacerse cargo de su propia vida. Ahora eran sus mascotas y él.
Ya no tenía nada que perder, había perdido con sus referentes el sentido, la dirección. Y tomó el disfraz prestado del egoísta y por un único momento lo usó. Como cualquier niño que ha quedado sin referencias Jesús cometió el único “delito” de potenciar el vuelo a mayor velocidad sin copiloto, esta vez montó solo esa nave que encontró en su camino, una motocicleta vieja y destartalada. En ella salió de apuros urgentes que necesitaban soluciones de gran vuelo. En el despegue chocó con las formas dominantes establecidas, buscó ayuda y se detuvo a replantear su destino.
En el quedo de la dinámica solidaria en la que creció, repasó los sueños de niño, repasó los logros: primario cumplido y ahora cursando el secundario, se pregunta si vale la pena y se responde que si. Se dice a sí mismo que va a darse esa oportunidad de terminar una carrera universitaria. Dice que quiere ser abogado.
Comenzó a amasar los condimentos esenciales de su proyecto con nuevas experiencias como voluntario en un centro cultural en el cual aprende y enseña por las tardes. Asiste a la escuela de Comercio en el Turno Noche. Se alimenta en el Centro Cultural, enseña computación y el manejo de buscadores en INTERNET a niños y adultos indígenas. Es un activista Humanista.
Durante el gran vuelo de la necesidad, en ese brillo trazante de la resolución, en las penumbras se engendraba la idea de apropiación del terruño que sostenía la caja de madera que cobijaba a Jesús y a sus protegidos. Al niño grande le esperaba enfrentar otro accidente en su andar por la Tierra. Entre sus sueños y él se levantó un plan malvado.
Una noche al regresar de sus actividades, se da con su domicilio destrozado, la casa en la que nació y creció le ha sido arrebatado por un sujeto que dice ser el propietario: Jorge Antonio Rodríguez.
Las pertenencias de Jesús fueron arrojadas a la calle, algunas pertenencias fueron destrozadas e inutilizadas. Sus ropas dispersas por el suelo de tierra y otras embolsadas. El rostro de Jesús se ve inmutable y misterioso: no se que piensa, no se que siente, no le he preguntado. Mis registros internos de consternación ante la desolación y la impotencia, ante la furia de tres sujetos que arrancan tablas de madera, de la que fuera la casa de Jesús, que violentamente arrojaban a un costado. De nada sirvieron las denuncias policiales para garantizar la seguridad e integridad de Jesús.
Jesús se acerca a la reja quiere entrar, los sujetos arremeten cerrando con violencia el portón de metal y lo impiden; insultan y difaman a Jesús. Jesús responde: -Ustedes no entienden nada, no saben nada, no han aprendido nada, yo sólo quiero vivir. ¿Qué daño he hecho yo?-
Los policías que acompañaron en custodia a Jesús increíblemente mostraban su asombro ante a la violencia estudiada de los sujetos que, de manera amenazante proferían exclamaciones que son familiares de militares, gendarmes y policías de alto rango, de muchas estrellas. -Nuevos terroristas- me digo a mi mismo. Es este el caldo de cultivo propicio para nuevas situaciones de violencia, en la que la vida de la gente no vale nada. O tal vez sean indicadores de una nueva situación en que la seguridad de la democracia y la institucionalidad se encuentran en grave peligro.
Se han hecho presentaciones ante el Juzgado y ha comenzado un proceso a favor de Jesús. Los resultados de la petición son imprevisibles, dado que los forajidos tienen legalizada la ocupación.
Los ocupantes, según cuentan los vecinos de Jesús, se encuentran fabricando pruebas para incriminarlo en el narcotráfico. La situación no mejora. No sabemos a quien favorecerá esta creación de la maldad. Hace unos minutos me informan que en el terreno hay colocado un cartel que dice: Vendido – Propiedad del Dr. Alberto Monsalve Montalbán abogado- pf-
No se tratan sólo de los derechos humanos de Ramón Donato Jesús Gutiérrez, sino de todos los argentinos.
Jesús se encuentra en estos momentos despojado de su vivienda, está trabajando internamente para fortalecer su unidad. Se que es un ser bueno que ha venido a enseñarnos algo con todo lo que le está sucediendo.
– Por Jorge Ademar Rodriguez
– Móvil: 03875-15657126
– CP 4560 -Tartagal (Salta) Rep. Argentina
No es otra historia de Jesús (La penosa vida de Jesús Gutiérrez)
Hola: Mirando la exelente publicación que ustedes subieron a la red, encontré la nota sobre Jesús y vi con Sorpresa que citan una canción mía.
Me alegra que esta sea útil para representar la injusticia de este
sistema.En unos días más estaré por Salta. Si creen que puedo colaborar
con esta u otras causas solidarias, desinteresadamente les ofrezco mi
guitarra y mi voz,y de paso les alcanzo el disco completo.Escríbanme.
Felicitaciones y un abrazo.
– Uki Tolosa
No es otra historia de Jesús (La penosa vida de Jesús Gutiérrez)
Muy conmovedora la Historia de este niño
Ahora una consulta el no es el mismo Ramón Donato Jesús Gutierrez que sale en el buscador GOOGLE?; no es quien encabeza una agrupación de Jovenes Estudiantes Secundarios? de Tartagal?
Fenix Estudiantes Secundarios «Desertores del Sufrimiento»
http://www.fenix-desertores.ning.com
http://www.fenix-desertores.blogspot.com
Tienen el mismo nombre y son de la misma ciudad ahora no lo puedo divisar en estas fotos.
No es otra historia de Jesús
Hola:
Me enviaron un mail con este comentario
y quiero aclarar que soy el mismo. Agradecido por tu interes, y tu investigación sobre mi persona.
Comento que voy a ampliar más en las direcciones que usted insertó en su comentario. Voy a ampliar detalles del proceso judicial.
Muchisimas gracias por todo, Jesús Gutierrez