Salta 21 le responde a Aries, frente a los dichos del día 22 de mayo en relación con la manifestación en defensa del Profesor Víctor Gamboa. Mario Ernesto Peña se refiere a «matonismo» de parte de la Asamblea Provincial Docente, y de un resurgir corporativista en busca de privilegios y prebendas de parte de un «sector» que justifica ciertos hechos presumiblemente «cometidos» por el docente acusado del «cerco» a la legislatura y otros de esta índole.
Editorial de Aries
Corporativismo Salta, 22 de mayo de 2007
El corporativismo tiene una triste historia en el país. Ha servido siempre para la defensa espuria de un sector y ha desvirtuado la gestión de instituciones que legítimamente ejercen su representatividad, cuyo objetivo es el cuidado de los derechos de sus miembros y nunca sus privilegios o prebendas, que son los que se consiguen precisamente por el accionar corporativista.
Un ejemplo de corporativismo es el que está ejerciendo la Asamblea Provincial Docente, cuando equivoca el rumbo y pretende utilizar recursos creados para asegurar el ejercicio de derechos con el fin de instaurar privilegios. Para hoy ha anunciado una marcha que constituirá una exhibición de fuerza para encubrir excesos cuya naturaleza son analizados en tribunales judiciales.
Los hechos que motivan la protesta se originaron en una movilización
exigiendo la intervención legislativa para solucionar el problema salarial
docente. Una sesión semanal en la que se debatió el tema terminó con el ataque a la persona y bienes de legisladores oficialistas, algunos de los cuales fueron cercados y obligados a permanecer en el recinto hasta que tuvieran la certeza que no serían agredidos por los manifestantes.
El señor Víctor Gamboa –en cuyo nombre se organiza la manifestación de hoy- es un dirigente que lidera la lucha de un sector docente y en su nombre participó de ese repudio a la Legislatura. Desde su punto de vista y el de sus compañeros de protesta, lo suyo es la libre expresión del malestar de quienes demandan mejores sueldos; la insatisfacción del reclamo los habilita a hacer sentir el rigor de su bronca.
Desde esa visión no importa el respeto que merece la institución legislativa como parte esencial del sistema democrático y como tal, el único poder que permanece suspendido en las dictaduras. Tampoco importa que el ordenamiento constitucional impone el derecho a la huelga pero no a los desbordes que avasallan otros derechos, los del resto de la ciudadanía que necesita circular con seguridad y que sus hijos reciban educación. Mucho menos importa a esta visión que la comunidad organizada cuente con la Justicia para dirimir los conflictos de intereses y resolver la violación de las
normas vigentes.
Por más imperfecto que sea, el gobierno actual –que se ejerce a través de tres poderes- tiene raigambre popular y la voluntad de la mayoría, con el control de las minorías, es la que decide el destino comunitario. No es democrático, no es legal ni es legítimo que se desvirtúe la defensa gremial de los intereses de los docentes y se pretenda eludir el castigo a los excesos confundiendo el matonismo con el heroísmo.
Frente a la ley no hay mártires sino ciudadanos que deben respetarla.
Editorial de Salta 21 del 30 de mayo
La preocupación del publicista Mario Ernesto Peña por la reacción de la Asamblea Provincial Docente es para agradecer, por un lado, y para corregir, por el otro.
Gracias a FM Aries, nos enteramos que la Asamblea, bajo el término que emplea su director, ejerce un corporativismo. Indagado el diccionario, con el cual nos manejamos los docentes para toda ocasión (pasando por alto lo de “maestras porras”), ya que no somos “portadores de soberbia” frente a lo desconocido, nos enteramos que una “corporación” es un cuerpo o comunidad generalmente de interés público.
El concepto anterior está libre de toda falsa intencionalidad, después de todo, en el peor de los casos, el corporativismo sirvió para monopolizar el mercado y la economía apoyándose en el favor del gobierno, cosa que por suepuesto, queda descartado para el sector educativo. Hay tantísima bibliografía sobre el tema y puede suscitar un nuevo artículo, relacionando este concepto con la globalización o el neoliberalismo. Descartado por ahora.
Pues bien, desde el citado punto de vista- cuerpo de interés público-Peña favorece la acción de los docentes frente a un gremio acéfalo y sin autoridad que responde a los intereses del gobierno. Entonces, por qué no tomar la posta en tal situación y pretender arrimarnos de una manera exitosa y democrática a la defensa de nuestros intereses. Si el gobierno y el gremio no lo hacen pues quién entonces sino los mismos involucrados.
Ahora bien, la nota tiene varios errores de concepto. Como no somos tan “porros” como se pretende y sabemos “usar la cabeza” cuando nos agreden o intentan vapulear nuestros derechos, los pondré un poco a la luz. Digo un poco, puesto que el resto, libremente, sacará sus conclusiones, si puede, según el caso.
¿Estamos haciendo una defensa falsa, bastarda o adulterada al legitimarnos bajo Asamblea? ¿A qué tipo de corporativismo, a nivel histórico, se refiere Peña, cuando acusa de espuria la creación de esta? ¿Siempre ha servido para tratar de estar en contra de las instituciones “legítimas»? La abstracción deja puertas abiertas a cualquier disparate como respuesta.
Señor Mario Ernesto Peña: ¿es legítimo que una institución policial golpee a un maestro? ¿Es legítimo que la justicia no haya seguido causas ni hallado responsables? No será que, como usted bien los llama, los “legisladores oficialistas”, están haciendo un corporativismo espurio en contra de la legitimidad de la Asamblea? Fíjese su punto de vista.
¿Qué gestión ha llevado a cabo el sector que usted defiende contra el sector que usted ataca?
Usted versa su defensa en el día del supuesto cerco a la legislatura. Y nos llama o llama al accionar del asambleísmo como una suerte de evasión a la justicia. Nos dice, o dice, que su accionar es “pendenciero y bravucón” al referirse al matonismo que impera como una forma encubierta del falso heroísmo.
¿Ud sabe ya que las acusaciones a Gamboa, las que lo involucran son ciertas? ¿Ya sabe de antemano que el Líder o dirigente como Ud dice, es culpable? Porque dicen en las acusaciones que les dijo “pendejos” a los jóvenes hijos de legisladores que estaban adentro de la Legislatura esa noche; lo acusan por querer “sitiar” la ciudad con lo que Gamboa pasará a la historia universal por el Sitio De Gamboa, tal como ocurrió con Troya; y que lo acusan por golpear al lavacoches, que por otra parte hay testigos de que ocurrió todo lo contrario y es sorprendido por el flash de un periodista del diario El Tribuno.
Claro que queremos justicia, estamos esperando que eso suceda, somos los que la pedimos antes de llegar a estas instancias. Ahora bien, ¿en qué plano sitúa Ud. a los ciudadanos? No se olvide que los docentes son ciudadanos y que los legisladores están para servirnos a nosotros.
Nómbrenos la ley a la cual estamos faltando. Y agradezca o alégrese que en Salta no hay mártires, no murió nadie, recuérdelo, ni en la huelga de hambre ni en la represión del 1° de abril de 2005. Pero hay mártires entre los docentes. Le recuerdo un poco: Carlos Fuentealba. Dígame Ud. que sabe mucho de esto: ¿qué ley se infringió contra este hombre? ¿Qué ley lo mató en todo caso? ¿Qué ley nos salvó de esta suerte a los salteños?
Yo le puedo dar una: la ley de la selva.
En la ley de la selva las leyes se cumplen para los ciudadanos y en esta misma ley, los que ostentan el poder hacen valer sus privilegios.
Dígame usted: ¿qué privilegios tenemos los docentes en Salta? . Usted ve que hay bronca en el “sector”. Yo le contesto que parece que hay bronca en el “sector” dado que para qué se tergiversarían hechos, se armarían fotos y se acusaría a una persona de actos no cometidos?
Usted por ejemplo, ¿escribió desde la bronca o desde una posición ideológica? Quizá le da bronca que el 22 de mayo se haya organizado una marcha en defensa del profesor Víctor Gamboa. ¿Cuáles son los privilegios que se pretenden instaurar? Nómbrelos. Usted se refiere a “prebendas” como parte de un reclamo corporativista. Claro, su posición extrema lo lleva a pensar que hemos reclamado “rentas” al gobierno. Le aclaro que pedimos “mejora salarial” y que la protesta se nacionalizó.
¿A quiénes, sino a nuestros legisladores, teníamos que ir a reclamárselo, según Ud.? La docencia se fue al lugar donde sesionan a esperar una respuesta pero algunos resolvieron no salir de la Legislatura porque no tenían ninguna respuesta para dar. Al menos no una que dé soluciones.
Tenemos la suerte de contar con un ciudadano que piense que el gobierno popular se ocupa de lo popular porque la protesta lo fue, y con orgullo nos sentimos parte del pueblo. Desde este punto de vista hubo coordinación entre reclamo y gobierno, ambos de raigambre popular. Y nada más democrático que esto. Un ejemplo.
Este “sector” también merece respeto. Le sugiero que en otras notas -si me lo permite- brinde algunas argumentaciones acerca de los motivos por los que defiende tanto a un “sector” y ataca tanto a otro “sector”.
Es bueno saber cuáles son los intereses en juego dado que está usted – parece- muy seguro que hay matonismo en los docentes y por decir lo contrario, nobleza de parte de los funcionarios, de los policías, de los testigos y de todos aquellos que se quejan del accionar de los maestros y toman medidas justicieras en favor de ellos.
Pero es muy bueno recalcar que en Salta, se ejerce con equidad la justicia. Por eso también este “sector” espera una rápida agilización de las causas penales por golpes a los docentes, más aún, por la represión. Y de hecho, que se esclarezca lo sucedido en la Legislatura.
Para finalizar, le hago esta pregunta para que la conteste en futuros editoriales: ¿qué pasó con sus antiguas protestas? ¿Dónde quedó el periodista defensor de los intereses del pueblo? ¿El dinero que recibe del gobierno y su evidente prosperidad económica tiene algo que ver con su cambio de posición de periodista crítico a vocero del gobierno?
Porque las leyes se tienen que cumplir, para todos por igual. Pero Usted también sabe, que una “persona es inocente hasta que se demuestre lo contrario”. No vaya a ser cosa, que se esté adelantando a los dictámenes judiciales.