“La guerrilla del Che en Salta quería fusilar putos”

Más polémico que nunca, Jorge Lanata denuncia que “la guerrilla del Che en Salta quería fusilar a los putos” y que “en Salta no existen libros de geografía de Salta”. Para escribir su novela “Muertos de amor” el periodista sobrevoló la zona selvática de Orán donde se desarrolló la extraña y desastrosa épica guerrillera a la que homenajea y critica en el libro que presentó el lunes en Tucumán.

El libro de Jorge Lanata sorprende y enoja a parte de la izquierda argentina por su particular visión de la guerrilla del Che en la selva oranense. Y Lanata responde. Polemiza con quienes llama “los dueños de los 70”.

“Muertos de amor” es una novela sobre el frustrado sueño de trasladar la experiencia cubana al norte argentino. El experimento guerrillero se desarrolló entre 1963 y 1964 en Salta en la selva de Orán, comandada por Ricardo Masetti, creador de Prensa latina y -después- lugarteniente del “Che” Guevara y de Fidel Castro.

“El periodismo es una manera muy interesante de ver la realidad con la que yo he tenido que ver toda la vida, pero no es la más abarcadora”, le dice Lanata al diario tucumano La Gaceta. “A mí me parece que la literatura es mucho más abarcadora; que es una visión mucho más interesante de la realidad”.

Lanata afirma que la historia de la lucha del Ejército Guerrillero del Pueblo (EGP) en Orán le llegó por algún viejo militante y él la miraba siempre “como una especie de ‘Esperando a Godot’ en el medio de la selva”, hasta que se metió a recrearla en clave de ficción. “El año pasado encontré que uno de los protagonistas, Jouvé, entablaba a través de una revista una polémica muy interesante con Oscar del Barco sobre los fusilamientos. Empecé a tirar el piolín, y terminé en Orán, con la gente de la gendarmería que los detuvo, que ahora son dos viejitos, pero que en aquel momento eran jóvenes. Me prestaron un helicóptero; recorrí la zona, que también fue un desafío, porque una cosa es imaginarte esto, y otra es estar en el lugar, porque te cambia la perspectiva”.

Quienes lo ayudaron para el libro terminaron criticándolo duro. “Gabriel Roth, el director de la revista ‘Lucha armada’, me prestó la causa judicial entera, y estuvo en mi casa varias veces. Y también Jouvé critica el libro. Lo que pasa -dice Lanata- es que Argentina está llena de dueños de todo: los dueños del tango, los dueños de la historia. Y ellos son los dueños del 70. Yo creo que nadie es dueño de nada”.

Error trágico

Jorge Lanata cuenta la historia de la célula guerrillera que el Che Guevara mandó a la Argentina. Sin entrar en combate, ya había fusilado a tres de sus miembros por “defecciones revolucionarias”, señala en una nota de tapa de la revista Veintitrés en la que pone en foco el fracaso de la lucha armada, cuestiona la versión “lírica y heorica” de esa historia y habla de la delgada línea entre el “hombre nuevo” y el infierno, además de provocar con la frase “los buenos no fueron tan buenos”.

¿Qué había que hacer con los putos?, pregunta Lanata. Y responde con el reglamento de justicia militar Nº 1 del EGP redactado por el Comandante Segundo, en el que se tipifican las conductas que serían sancionadas con la pena de muerte, entre ellas la homosexualidad, estigmatizada como “delito contra natura”. Por eso es que el periodista -y novelista- denuncia: “Según el EGP de Masetti a los putos había que fusilarlos”. Y cuestiona: “¿Qué dice eso de la generación del 70?”.

Para Miguel Bonasso -periodista, escritor y diputado que integró el grupo Montoneros– el EGP fue un “error trágico” que el mismo Che había advertido. “No se puede armar un foco guerrilero cuando hay formas democrático-burguesas en funcionamiento. Todo eso fue una tragedia“, dice el autor de “Recuerdo de la Muerte”. Y aclara: “Lanata también tiene ideología”. En cambio Sergio Bufano, miembro de las Fuerzas Argentinas de Liberación admite: “teníamos una visión muy hermética de lo que era la izquierda guerrillera y efectivamente no éramos tan buenos”.

Entre la villa tucumana y la selva oranense

El lunes Jorge Lanata firmó ejemplares de “Muertos de amor” en San Miguel de Tucumán y dialogó con el público. Barbarita Flores hizo la cola, pero no para pedirle que le firme un ejemplar sino para entregarle una carta de agradecimiento de sus padres al periodista. En su documental “Deuda”, realizado en 2004, Lanata registró un contrapunto entre la opulencia de Davos y la tragedia de los chicos desnutridos, corporizada en el rostro de esa nena tucumana -hoy adolescente- que en 2001 había llorado de hambre ante las cámaras de televisión.

La historia de Barbarita Flores en una villa miseria de Tucumán y la fracasada gesta de los guerrillerros del Che Guevara en Orán llamaron la atención de Lanata, que las reflejó como periodista y novelista.

“Alguien tan urbano como usted, de pronto descubrió el norte…” le dice el periodista tucumano que lo entrevistó para La Gaceta. Y entonces Jorge Lanata le comenta: “¿Sabés que en Salta no hay libros de geografía de Salta, podés creer? Es increíble; eso habla mucho de nosotros. Les enseñan geografía de Argentina en general, pero no de Salta…”