Parodia del género policial. Texto con línea argumental definida. Actuaciones sostenidas y algo más, invitaron al público salteño a disfrutar de una obra de teatro tucumano. Como para ir calentando motores, la previa a la XIV Fiesta Provincial de Teatro y Selección Salta 2008- que se inaugura hoy y cierra el 4 de octubre con la apuesta de dos elencos para ese sábado.
El ciclo de Teatro tucumano se inició el viernes 26 de setiembre en el Salón Auditórium Dr. Rafael Villagrán (Belgrano 1349) con Popesku debe Morir de G. Montilla Santillán, a cargo del grupo Silfos Cooperativa Teatral. El grupo presentó el día sábado, la obra Se necesita un cadáver , del mismo autor. Anoche el ciclo cerró con la obra Medio Pueblo , de Martín Giner, a cargo de Calavera Teatro, ganadora de la Fiesta Provincial del Teatro de Tucumán 2008.
En el Círculo de la Prensa, Tucumán, Montilla puso la obra Se necesita un cadáver . “A través de una forma corrosiva, políticamente incorrecta pero muy pulcra, fina, la obra nos acerca un pequeño pueblo de Inglaterra a nuestro propio terruño, con una paradoja inquietante y fundamentalmente subversiva sobre una dolencia que nos aqueja a todos”, opinó la experta Liliana Massara. En la puesta trabajan Sebastián Zamora, Belén Mercado, Rodrigo Herrera, Leandro Ortega y Maxi Arístides Salas. Para Montilla Santillán, la obra recobró gran vigencia en la provincia.
Sinopsis: Una vieja casa, un auto que no arranca y una carreta son los únicos bienes que Albert Kenington dejó atrás cuando estalló la guerra, cuando desapareció. Dieciocho años más tarde, su abogado reúne a los herederos con el fin de decidir que se hará con sus pertenencias. Sus sobrinos: un escritor de avisos fúnebres, un sepulturero y una mujer con la virtud de enviudar a voluntad, deciden poner en marcha el más oscuro y retorcido plan para hacerse con los bienes de su tío, y enterrar así la incierta verdad para siempre.
Dijo Cecilia Propato (Dramaturga-Guionista- Directora de Teatro y Docente): «Hay en esta pieza una recreación del policial clásico en donde indirectamente se aborda la paradoja desaparición-muerte en la que inevitablemente estamos inmersos los argentinos desde la construcción de un imaginario común. Desaparecer no es igual que morir porque para declarar la muerte de alguien se necesita ver el cuerpo sin vida de ese sujeto, se necesita ver para saber. Esta es la problemática principal planteada en esta obra cargada de humor negro: descubrir de qué se trata una desaparición mientras toman el té y se enredan verbalmente en suposiciones conceptuales.”
Mi opinión
Con una dramaturgia enmarcada en la parodia, la obra ingresa en una aventura al estilo del policial negro en la que los personajes buscan un cadáver y van a apareciendo sus partes, lo que causa una intriga por parte de los investigadores. Las ecuaciones – y por ello la parodia- se invierten en un juego de humor basado en la ausencia de un cadáver que genera la acción subsiguiente. Protagonistas torpes que rompen el milimétrico envase del género, son vueltos hacia la necesidad de hallar estrategias inverosímiles para alcanzar la herencia de un tío fantasma.
Lo que no se ve ni aparece genera una resultante: el enigma por el enigma mismo pero sobre todo, la desaparición como elemento configurador del universo dramático que puede volverse connotativo a nivel temático. El público conoce la verdad por lo que no tiene que disparar esfuerzos junto a la misión detectivesca; en cambio, quienes deben recomponer las pistas – y están adentro- hacen el esfuerzo. El espectador juega el papel de cómplice de la intriga generada por los personajes (sobrinos del tío asesinado en la mente de los sujetos para cobrar la herencia). Asistimos a la contemplación del drama de los instigadores, a sus miserias y a sus vericuetos anímicos y artilugios mentales. Nos convertimos en “tramadores”, en “veedores omniscientes”, como si fuésemos observando la comidilla de la descomposición del enigma.
Impecable escritura. Las actuaciones exhiben el estereotipo de los personajes del género y nos invitan a ingresar en el uso de un tuteo asimilado a lo paródico. Acertada composición actoral de Sebastián Zamora. Del resto, puedo decir que el tono serio de sus actuaciones agregaba un plus a lo inverosímil de las situaciones que, por el contrario, pertenecían al orden del humor negro.
La inclusión de la “noticia policial radiofónica” en clave de absurdo, dispara la construcción de un relato dentro de otro y de la yuxtaposición genérica que condimenta a la dramaturgia. Edith Piaf, como música de atmósfera, se resignifica dentro de los acontecimientos y motiva al intertexto temático, bien ligado al personaje femenino (Belén Mercado).
Del autor
Guillermo Montilla Santillán: Dramaturgo, actor y director. Nació en
Tucumán el 5 de abril de 1973. Cursó estudios de Dirección coral en el Instituto Superior de Música de la U.N.T., de composición orquestal junto al maestro Claudio Aprille y de composición junto al maestro Jorge Farall
Entre algunos de sus trabajos actorales: El Enfermo Imaginario de Moliere (Elenco Estable de la UNSTA), dirigida por F. Jiménez; La Sombra de la Luna de su autoría dirigida por Leonardo Gavriloff (Nominada a los premios Artea 2000), El Voluntario de S. Gianserra dirigida por Rafael Nofal. Terapia: Comedia en tres sesiones y un diagnóstico, escrita y dirigida por Martín Giner (Fiesta Provincial de Teatro 2002); Un ataúd para lord Eduardo de su autoría dirigido por Deborah Prchall; El Inglés de J. Carlos Gené, dirigido por Deborah Prchal; Oniria: Versión libre de una pesadilla escrita y dirigida por Martín Giner; El Jardín de Piedra de su autoría dirigida por Martín Giner; Mucho Ruido y Pocas Nueces de W. Shakespeare dirigida por Sebastián Zamora.
Fue seleccionado para la tercera instancia de la audición de “The Shakespeare Company” en Londres en el año 2004.
Ha dirigido las obras: Elena Federovna de su autoría (Nominada a los premios Artea 2003); Titus Andronicus de W. Shakespeare en el teatro San Martín de Tucumán; Se Necesita un Cadáver de su autoría; ¿Me repite la Pregunta? de Laura Garaglia; Popesku debe morir de su autoría.
Como dramaturgo se ha formado con varios maestros nacionales e internacionales como Leonardo Goloboff (Buenos Aires), Marina Pianca (Los Angeles), Paul Hilton (Londres) y Mar Rebollos Calzada (Madrid) entre otros.
Estudió junto a la prestigiosa dramaturga Cecilia Propato como becario en la ciudad de Rosario de Santa Fé.
Es presidente de DRAMAT (Dramaturgos asociados de Tucumán).
Es miembro del grupo de dramaturgos No Hay Drama.
En el año 2000 fundó La Compañía Teatral Silfos.
Ficha técnica:
– Actúan: Sebastián Zamora, Belén Mercado, Rodrigo Herrera , Leandro Ortega, Maxi Arístides Salas
– Diseño de vestuario: Maxi Arístides Salas Y ¿Por qué no antes?
– Asistencia técnica: Emilia Guerra
– Diseño gráfico y escenografía: Mural Lejano
– Producción ejecutiva: ¿Por qué no antes?
– Dirección y puesta en escena: Guillermo Montilla Santillán
Fuentes: Alternativa Teatral, entre otras.
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