La pieza del fondo, versión teatral de “Sueño de barrio”, se representó en la pieza del fondo de la Asociación Argentina de Actores, a ”pieza” llena. Periplo de unos jóvenes teatristas que suman cultura.
Una sala poco convencional. ¿Sala? Una pieza que empieza a funcionar como el teatro aquel de las casonas antiguas donde se hacían funciones de obras prohibidas o de obras para exclusivos pero, por supuesto, actualmente de manera abierta y con otros sentidos. En la pieza del fondo de Rivadavia 937, el grupo “La patota” dejó aires de humor condensados entre sus paredes con “La pieza del fondo”, versión de “Sueño de barrio” de Roberto Fontanarrosa, el autor “no teatral” más representado.
La pieza del fondo es un espacio alternativo para el teatro independiente. Se resignifica en esta ocasión por el título elegido para el cuento del “Negro” y porque es ese teatro de sangre caliente que fluye, crece y emerge en las márgenes. Una perlita salteña.
La pieza del fondo se estrenó en la Hólver Martínez Borelli (muestra de Teatro Breve 2007); se representa con seis actores jóvenes, dirigidos por Juan Carlos Sarapura. El espectador ingresa a una sala de comisaría y se convierte en testigo del sueño erótico del acusado (como el Pendino del cuento), Yocasto (Mariano Medrazo).
El significado del nombre es bien singular: es el masculino de Yocasta (la madre de Edipo) por un lado, y por el otro, advierte la inocencia “presumible” de un seducido por la belleza. Aunque la historia se para en un prejuicio moral: “las mujeres provocan a los hombres y por ello son abusadas”. De las dos formas, el nombre conlleva alusiones eróticas a la vez que irónicas. El humor se corre al principio, por la enérgica represalia del comisario (Pablo Lenes) y los carterazos de la madre (Carolina Beltrán), situación que de a poco se abre hace el humor de identidad, al mejor estilo Fontanarrosa.
Afortunadamente para el grupo, se hicieron dos funciones el 23 y 24 de noviembre en la pieza de Rivadavia porque el público así lo quiso.
En forma particular, presencié la obra de teatro desde diversos ángulos: en el interior y en el exterior, como una “espía” que mira también por la ventana de la comisaría cómo se suceden los hechos. La ventana, formó parte del espacio escénico, ya que desde allí venían los ruidos de botellas que trajo el sumariante y los gritos de Yocasto: “soy inocente Sr. Comisario” (extraescena).
Todos formamos parte de una reconstrucción del sueño de Yocasto, de la que se ve obligado a participar el sumariante (Juan Cruz Cárrega) con una actuación isabelinesca que es la escena centro del humor de esta obra. Como si fuera la hija, supuesta “abusada” en el sueño erótico, Cárrega se mete en la piel del personaje femenino con un lenguaje extraño y culto que supera la situación y embellece el sueño. Se trata de una caja china, una actuación dentro de otra actuación: metateatro que pasa por nuestros ojos de manera simple con estructura compleja.
La hija seductora, la nena (Laura Peralta), se presenta en la comisaría con su madre y la situación es tan farsesca que causa carcajadas. La madre (de la familia de los Bustamante) parece ser parte del cuadro de “las lloronas” o una mujer oscura de Almodóvar, quien presume una ingenuidad sobre la hija que esta no posee. Le sale la barriada y quedamos presos en lo cómico. Aparece la testigo, típica chismosa (Patricia Pérez) con su gran sello de “esposa” para erigirse en señora de la verdad.
Cada actor aportó a la obra una cuota de exigida condensación, lograron sacar los condimentos necesarios para el personaje que representaron. El ambiente apagado nos daba el click necesario para meternos de lleno en la historia de estos personajes. Fuerte actuación de Lenes, acertada representación de Medraza, excelente composición de Cárrega, intensidad y fuerza en Beltrán; seducción en Peralta y atinada intromisión de Pérez compusieron un cuadro ilógico, casi alucinatorio.
El plus, a mi entender, está dado en el final de la obra: ¿ahora el comisario también sueña?
El Negro vive
“Sueño de barrio” es un cuento elegido por muchos para el teatro, además de otras obras de Fontanarrosa. Se realizó en Misiones, por ejemplo, en la calle Beethoven y en Trelew con adaptación de Luis A. Jones. Formó parte de los unitarios emitidos por Canal 7 durante el 2007, entre otros 25 cuentos de Fontanarrosa adaptados para la TV con guión de Rodrigo Grande. Hasta este momento, el Negro no se había llevado a la pantalla chica.
En una entrevista realizada por Camilo Sánchez (El humor da otro aire) de Clarín.com, Fontanarrosa (20-11-04) habla sobre los mecanismos del cuento en cuestión:
(C.S.) —La identificación como primera capa de la cebolla.
-(R.F.) —Y… sino quedaría en algo costumbrista, nada más. La intención es encontrar un plus en el relato. Una cosa que tenga otro guiño. Sueño de barrio, por ejemplo, que era el cuento ese donde un pibe sueña que ha tenido relaciones sexuales con una amiga del club, y él se lo cuenta a los amigos, y va en cana. A mí me parece que el plus es que en ningún momento el chico dice: “Che, pero esto fue un sueño”. No, él lo que dice, en su defensa, es: “Ella me provocó”. Todos toman el sueño como si fuera algo real. Tal vez se trate de eso: un lenguaje fácil de identificar en una situación de conflicto.
(C.S.) —Un conflicto que se suele resolver a través del humor.
(R.F.) —Es que me parece un buen mecanismo, algo que a mí me sale de manera natural. De otra forma, no lo podría hacer: es un rasgo personal, no tengo intenciones de resignar el humor. A pesar de que yo arranco, en lo posible, si la encuentro, de una situación dramática, de una situación de conflicto. Lo que pasa es que después la resuelvo con un tono de humor, tal vez podría continuarla más dramáticamente, pero a mí me parece que el humor da otro aire.
– Nota de la redacción: fotos y afiches de la obra “La pieza del fondo”.
