El sábado 4 de diciembre a las 21 hs. en el Centro Cultural América de Mitre 23, se presenta “Memoria del agua”, obra ganadora en la Beca para Artistas y Escritores del Interior del país- Año 2008-Fondo Nacional de las Artes; declarada de interés cultural por la Cámara de Diputados de la provincia de Salta.
Crítica
“El agua tiene memoria. El agua se transforma, reacciona a vibraciones sutiles y diversas: el sonido en forma de música y palabra, la luz, el color, la palabra escrita y la imagen.
El agua surca por siglos diferentes lugares y arrastra los patrones de cada lugar donde se encuentra.
De la escena a la música, de la música a la luz, nuevamente a las imágenes, a la danza. Cada lenguaje creativo fluye y va transfigurándose en cada instante.
Un espacio en permanentes instancias de cambio y mutación donde el silencio, la pausa y el pequeño gesto son parte.
Memoria del agua nos acerca desde lo teatral, al mundo aquel del que hoy nos quedan relatos crepusculares, como este, tal y como indica la Pluma, que finaliza el relato así: ‘Prométeme: no has de querer comprenderlo, pues si intentas abrir los labios, se volarán todas las plumas de este cuento’. Y no para de llover… aún”.
Romina Chávez Díaz – Salta21
La obra
Está pensada en la técnica de manipulación de objetos, con muñecos de mesa. Diferentes técnicas de manipulación en un espacio escénico y escenográfico se entrelazan de manera plástica y poética para narrar el hallazgo de los niños del Llullaillaco.
En escena una sola actriz-Cristina Idiarte– encarna personajes a la vez que manipula los muñecos contando la historia; el relato en continuo de la banda sonora, el espacio escénico y la actuación le otorgan vida a esta cosmogonía inca.
El diseño sonoro de Fernando Subelza (Quantum, Qaqtu Lab, Ostinato) crea los espacios y situaciones llevándonos al ámbito inca, posicionándonos en el cotidiano de este transcurrir.
La propuesta escenográfica de la artista plástica Gabriela Zanandrea parte de un concepto sugerido de contraluces, acompañando a los sutiles muñecos que son elaborados artesanalmente y con utilería producida especialmente acorde a ellos.
Cada uno de los artistas convocados para este proyecto, como así también el asesoramiento científico del Museo de Arqueología de Alta Montaña, convierten a esta obra en un producto artístico de calidad y de alta rigurosidad científica.
Este trabajo, específico en su temática, intenta ser un generador de inquietudes y preguntas cuyas respuestas se encuentran en los miles de años de nuestra historia.
– Foto: Isidoro Zang
– Notas relacionadas:
Un viaje en Pluma transporta a los Niños del Llullaillaco
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Para Cristina Idiarte “un artista debe ser testigo de su tiempo”
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