Fue una noche con una oferta de espectáculos realmente llamativa. En el caso de la música académica, tres conciertos. Los tres recitales prometían sus atractivos particulares y finalmente me quedé con el del epígrafe. Resumen: una noche agitada pero en lo que a mi me toco oír, sin desperdicio
Música de Cámara. Roberto Rutkauskas (concertino de la Orquesta Sinfónica Nacional), David Gologovsky (violinista de la Orquesta de la Universidad de Cuyo), Mariano Berón (violinista de la Orquesta Sinfónica de Salta. En esta oportunidad con guitarra) y Marcos Cifuentes (contrabajo de la Orquesta Sinfónica de Salta). Música litoraleña compuesta o arreglada por Mariano Berón. Casa de la Cultura. Sábado 9 de Mayo de 2009.
Fue una noche con una oferta de espectáculos realmente llamativa. En el caso de la música académica, tres conciertos. El que comento más abajo, el Coro de Niños y Jóvenes Ars Nova dirigido por Ana Beatriz Fernández de Briones junto al Coro de Cámara del Instituto Superior de Música de la Universidad de Tucumán conducido por Ricardo Steinleger en la Iglesia de San Alfonso y finalmente “Del barroco al siglo XX” con la soprano norteamericana Suki Jantzen acompañada por Rita Corces (flauta), Gennadiy Benfeld (trompeta), Maria Eugenia Pacheco (piano) y Carlos Cicconi (guitarra) ejecutando música de Bach, Händel, Sacarlatti, Albinoni, Argento, Sondheim, Jobin y Hammerstein en el Teatro Provincial. Optar significa elegir. Y cuando uno elige se queda con algo pero también deja de ver o escuchar algo. Los tres recitales prometían sus atractivos particulares y finalmente me quedé con el del epígrafe.
Se trató de música litoraleña, poco frecuentada en nuestra ciudad. Toda de la autoría de Mariano Berón, que forma parte de los segundos violines de la orquesta local aunque en esta oportunidad su instrumento fue la guitarra. El cuarteto lo completaban dos violines y un contrabajo. Original formación que exigió de Berón no pocos conocimientos de empatias armónicas al servicio de rescatar chamarritas, polcas, chamamés, guaránias, valses, emparentadas con las expresiones de su zona, con sus exclusivos sentidos rítmicos. Por ejemplo la “chamarrita” es un baile de pareja enlazada, con un particular trotecito que sufre desde hacen años el anuncio de su desaparición aunque resulta que cada vez se escriben mas. Es Entre Rios puro. La polca y la guaránia vienen del Paraguay. Sus pasos son cortos y rápidos y no tienen nada en común con la polca europea que es de una métrica también corta y rápida pero de estructura armónica y melódica totalmente distinta. La guaránia es más bien lenta y dulce y se usa mucho para serenatas dedicadas a la mujer. Esta última no es muy antigua, data de 1925 por la inventiva del compositor paraguayo José Asunción Flores y es más bien de ciudad que música campesina.
Esto es lo que mostró el original grupo. Rutkauskas, antiguo conocido de Salta ofreció su eximio toque poseedor de infinitos recursos para la música bien dicha, David Gologovsky mantuvo diálogos espléndidos con el anterior y su violín es tocado con el cerebro, con las manos, con el cuerpo y con su intimo sentimiento. La guitarra de Berón fina, elegante, casi cortesana y su creación musical es muy representativa de la tierra de sus padres. Todos ellos apoyados constantemente con el toque sutil, exacto, firme, preciso de Marcos Cifuentes, un contrabajista que muestra sus dotes en la orquesta salteña. Resumen: una noche agitada pero en lo que a mi me toco oír, sin desperdicio.