XXY, una película de contenido inteligente, llegó a Salta. Con gran elenco y una temática actual y ácida, propone una mirada sobre la sexualidad, pero sobre todo sobre la sociedad. Se conflictúan valores morales y elecciones de objetos. Puenzo dispara, Efron asesta y Darín sigue consagrándose como actor con distintas facetas.
La actriz nacida en México- donde vivió hasta los 4 meses- protagonista de XXY, la ópera prima de Lucía Puenzo, da qué hablar. Tiene 22 años y una carrera promisoria. Se trata de Inés Efron, que nació en México porque allí se refugiaron sus padres durante la dictadura militar. Actuó en “Cara de queso” y protagonizó “Glue” (Historias adolescentes en medio de la nada) como las antecesoras del controvertido film de Puenzo. Actualmente vive en San Martín, en Argentina, junto a sus padres.
Inés Efrón debutó en teatro a los 19 años en “Poses para dormir”, donde aparentemente comenzó a configurar su éxito y a consagrarse en papeles complejos. Pero la hacedora de XXY la vio en Glue, una película ganadora del Festival del BACIFI 2006. A Efrón le costó conseguir el papel, pero quedó seleccionada para el papel de Alex, la hermafrodita.
XXY analiza la problemática sexual de una adolescente de 15 años, hermafrodita, indecisa sexualmente y que pone al revés el mundo de sus padres, encarnados por Ricardo Darín (Krofen) y Valeria Bertucelli (Suli).
Una hija masculinizada que va perdiendo lo femenino poco a poco; la actriz pone un acento en el aspecto reo del personaje varonil. Difícil para una joven femenina y seductora. Por eso el film está logrado, no sólo por las actuaciones sino también por la densidad y profundidad del guión. Darín, impecable, y la enigmática Bertucelli, juegan el rol de los padres confundidos y aturdidos pero seguros del amor por Alex. Dispuestos a dejar a su hija-hasta entonces mujer- en libertad de elección de su sexualidad, relegan sus vidas aislados en una cabaña junto al mar.
La película pone en duda los sentidos y las elecciones objetales, distantes siempre del modelo “normal” consagrado socialmente. Pero esta vez, va más allá. Una hermafrodita que desea solo hombres, como mujer y como varón; por lo que puede entenderse que hay una aparente homosexualidad y una consabida normalidad. La película propone un disloque y una posibilidad sexual abierta y diferente. La originalidad radica en el tratamiento y en la temática. Puenzo se juega al rasgo humano, al diario vivir y convivir con dramas psicológicos, físicos y sociales complejos y difíciles de encuadrar. Esta mirada, es un atisbo de madurez que está “fuera de foco”.
Pero se juega desde lo dramático, desde las realidades posibles de los personajes, desde esa cruda mirada social prejuiciosa que deja desamparadas las sensibilidades y deseos disímiles.
Álvaro (Martín Piroyanski), es ese espejo que muestra la falsa moral, hijo de padres “héteros” pero frígidos, exitosos en lo laboral pero sin afecto hacia el hijo; muestra una parte de la sociedad hipócrita, que cierra la ventana a la verdad, a los afectos y a la aceptación del otro. Peleritti, la ex modelo, compone esa mujer argentina que se congratula con el esposo “médico cirujano”-modelo y referente social- aunque su vida sea patética.
La coproducción hispano-argentina ganadora del Gran Premio de La Semana de la Crítica en la pasada edición del Festival de Cannes, es una versión original de un conflicto de identidades, deja al descubierto facetas humanas que tejen sombrías posiciones que ya no sirven para nada en una sociedad conflictiva.
Un film recomendable. Más allá de la problemática sexual, hay una problemática social. Pero como sociedad, falta un giro de expresiones con cadencia, hasta ahora, pesa la decadencia del afecto y de una moral religada a los apremios de la cordura, tan cercanas a la inquisidora mirada de la Edad Media, cuando las brujas eran como Alex, Krofen o Suli, cuyos únicos salvaguardas del destino eran las llamas de lo prohibido a puertas cerradas.
Título: XXY . Género: Drama. Dirección y guión: Lucía Puenzo. Intérpretes: Ricardo Darín, Valeria Bertuccelli, Inés Efrón, Germán Palacios, Carolina Peleritti. Fotografía: Natasha Braier. Música: Daniel Tarrab, Andrés Goldstein. Montaje: Alex Zito, Hugo Primero. Origen: Argentina – España – Francia (2007). Duración: 87 minutos.
Apta para mayores de 16 años
