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sábado, noviembre 23, 2024

Chacho Azurmendi: “el periodismo debe enfrentar al narcotráfico”

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Chacho habla sobre el poder del feudo, sobre el romerismo, sobre el narcotráfico, sobre la manera de hacer periodismo, sobre su programa “La otra cara de la luna”, sobre “Código investigación” en el que compartió día a día las mañanas con Sergio Poma. Se refiere a su retiro de FM Noticias y al homenaje a Poma; verdaderamente va a fondo. Un Chacho incisivo, duro, mordaz, fuerte. Entrevista de Salta 21 al periodista salteño.

Ernesto Chacho Azurmendi nació en Rosario de la Frontera el 3 de marzo de 1941. Tiene 67 años. Casado, padre de cuatro hijos, dos mujeres y dos varones. El mayor tiene 37 y el menor 30 años. Cuando llego a la casa de su familia, Carlos María Pagano conversa un rato y luego se va, no sin antes de que bebamos un rico café de la mano de la esposa de Chacho. Con Ernesto hemos hablado en off también. Y ha sido un grato encuentro. Me cuenta que fue testigo del ofrecimiento a Sergio de la suma de un millón de dólares de parte de un alto funcionario romerista por la radio, por la FM Noticias y que Poma le dijo «No». “Sergio tuvo gran coraje personal: coraje para enfrentar la vida y coraje para enfrentar la muerte”- expresa con afecto.

FM Noticias nace un 20 de setiembre de 1997; «La otra cara de la luna» se lanza al aire el 14 de noviembre del 97 y cierra su ciclo el 14 de abril del 2008.

Contáme acerca de tus inicios en el periodismo y tu llegada a FM Noticias

– Mirá yo te cuento que mi ligazón en el periodismo viene desde muy chico, ya en el colegio editábamos un periódico del colegio. Después me tocó formar parte del grupo que restaura la aparición de El Intransigente junto a Miguel Ángel Martínez Saravia. Es decir, fue una forma digamos de trabajar en la actividad y después, tres años antes de llegar a FM Noticias, me toca actuar en cinco radios de las cuales de cuatro me cepillan. Así tal cual escuchás: me cepillan. E inclusive de alguna radio me cepillan en donde curiosamente para devolverle la atención al dueño termino defendiéndolo desde mi programa, no importa ya el nombre porque no vale la pena seguir echando sal en las heridas de todo el mundo.

Antes de llegar a FM Noticias yo recorrí cinco radios desde donde me van pateando; así, literalmente. De una forma u otra yo sentía que ya existía una suerte de presión desde el poder político, desde el gobierno de la provincia por adquirir los espacios o presionaban sobre los dueños de los medios que tendrían algunas pautas. Y bueno, las amenazas de que la pauta se moría significaban que había que desocupar al periodista que daba dolores de cabeza. Y así termino un día, me voy a hablar con Sergio y me dice “ya veníte”. Soy el segundo programa, hubo un programa muy breve pero hasta hace muy poco tiempo mi programa ha sido el más viejo que tenía la radio porque yo salgo con “La otra cara de la luna” antes que salga “Ud. opina” – era entonces “Ud. opina” y “Código investigación”– y llego a la radio y desde ahí sentí la libertad editorial, la libertad y la oportunidad de hacer un periodismo. ¿Por qué ese amor al periodismo? Porque probablemente hay pocas profesiones donde vos podés ser más útil en un mundo como el actual donde se desinforma, se gasta mucho más en desinformar que en informar. Cuando te proponés y lográs hacer un periodismo en serio donde llevás la información calificada, acabada y la llevás con honestidad, yo creo que realmente estás haciendo un acto de servicio.

¿Cuáles son las líneas que vos manejaste para hacer “La otra cara de la luna”, o era simplemente político o variado?

– No, yo insistía sobre esa línea argumental de que hoy en día hay una sociedad desentendida. Los argentinos tenemos la obsesión del olvido y a veces el olvido vivía el gesto de indiferencia hacia las cosas en las que no deberíamos eximirnos de ninguna manera de la toma de responsabilidades. Pero claro, un sociólogo diría tal vez que esa obsesión de olvido se funda en la necesidad de que si yo no me entero, si yo no opino, si yo no tomo posesión es como si no existieran las cosas.

Es decir, hemos tenido una sociedad anómica digamos con una absoluta indiferencia a cosas terribles como ha sido más de una década de corrupción gigantesca como no ha conocido Salta en su historia. Entonces yo percibía que íbamos hacia esta suerte de democracia que alguien define bien: “democracias de baja intensidad”, “democracias de baja calidad”; había que salir a luchar para que la gente tome conciencia, se informe, se entere y sobre todo, participe y reaccione. Ese es mi concepción del periodismo, no me lo imagino de otra manera. Y pienso en “La otra cara de la luna”, bueno el título es casi una metáfora porque se refiere a ese lado oscuro de las cosas que no se conocen. No sólo es la desinformación, es decir, venimos con una educación y una serie de malformaciones. Lo pongo en plural, no es que me estoy eximiendo de esas malformaciones. Los argentinos tenemos ese tipo de malformaciones que creo que sólo se corrigen luchando, llevando buena información.

¿Qué testimonio periodístico te gustaría recordar de tu trabajo en “Código investigación?

– Mirá, hemos hecho muchas cosas juntos, con Sergio. Me acuerdo de la investigación sobre el tema de los alimentos deshidratados porque se estaba jugando con la vida de los chicos, se gastaban 12 millones de dólares por año en una comida que los chicos se resistían a comer y eso traducía te diría la desaprensión más grande que uno puede imaginarse desde un gobernante hacia la gente. Es terrible eso. Ese testimonio, haberlo podido dejar; la defensa de Liliana Ledesma que yo diría que antes que sea demasiado tarde el periodismo debe enfrentar el narcotráfico con valor y si es posible la inmensa mayoría de los periodistas tienen que tener el coraje de enfrentar el crecimiento del narcotráfico que crece geométricamente en la Argentina, antes que sea demasiado tarde.

Vos sabés que hay un artículo -alguna vez lo comentamos con Sergio– que dice que una ciudad que supera el medio millón de habitantes en la que no se ha dado una batalla adecuada contra el narcotráfico es una ciudad perdida, es una batalla perdida. Y aquí hubo doce años en que la policía todo lo que incautó fueron cuatro kilos y medio de cocaína. Es terrible. Es decir, se han perdido doce años.

Yo no pierdo las esperanzas. Creo que no hay que bajar los brazos de ninguna manera y creo que esos testimonios fueron los más fuertes que fuimos dejando nosotros. Era por la abundancia de lo episódico, de los hechos cuando -en fin- defendíamos a los luchadores sociales o cuando defendíamos a la gente de Tartagal y Orán que realmente estaban en el desamparo más absoluto y sólo salía la voz de chicos como Agustín, como Patricio, como Agustín Gómez Augier, como Agustín Poma… Las únicas voces que se escuchaban cuando realmente se las reprimía brutalmente. Lo que no nos ha faltado ha sido la adrenalina, de eso te puedo asegurar.

¿Qué es lo que más le molestó al poder de la dupla que hiciste con Sergio Poma?

– Que íbamos a fondo. Creo que eso es lo que más le molestó. Ellos no se imaginaban cómo era que nosotros nos enterábamos de ciertas cosas, no podían concebirlo porque era un gobierno replegado sobre sí mismo, completamente introvertido. Es decir, lo que es el deber de cumplir con la publicidad de los actos de gobierno, no publicitaban lo licito mucho menos publicitaban lo ilícito y yo te aseguro que más del 90 % era ilícito. Ellos no concebían, no imaginaban cómo hacíamos para saber. No sabían que hay mucha más gente te diría buena, que realmente se defiende o realmente trata de defenderse, que las que callan.

¿Tenían todo documentado y de esa manera trabajaban?

– Sí. Yo debo decir que en eso Sergio extraordinariamente fue cuidadoso, increíblemente prolijo. Te diría que estaba repartida en distintos lugares, la documentación se triplicaba se cuadruplicaba. A nosotros nunca nos demandaron. El juez no le pedía a Sergio que demuestre por qué le decíamos corrupto al gobierno, que con eso podíamos llenar habitaciones con la documentación. Simplemente se limitaba a juzgar el calificativo o el exabrupto o la palabra que por ahí se había dicho cuando el cansancio moral te llenaba, te excedía y por ahí ya no te podías contener más de la sensación de asco que te producían tantas cosas.

¿Cómo ves hoy FM noticias?

– No soy nadie para juzgar ni para emitir juicio. No la escucho mucho, escucho circunstancialmente, yo he tenido que continuar con mi vida aunque digamos en periodismo me he tomado medio año sabático. En fin… creo que anda bien. Conservan gente valiosa como el doctor Pedro Antonio Álvarez, el doctor Daniel Tort, Jorge Oliver… Hay gente que hace un periodismo de muy buen nivel.

¿Por qué te fuiste de FM Noticias?

– Bueno, porque creo que estaba en una etapa cumplida. Se había cerrado una etapa, se había ido Sergio. Nosotros éramos como dos mitades de algo que tenía una especie de energía muy marcada. Y porque “La otra cara de la luna” también había cumplido su ciclo. Hay que saber -como dice ese viejo refrán- cuando hacer mutis por el foro, hay que saber irse a tiempo. Lo que no significa que me haya ido del periodismo. De eso no me voy a ir jamás.

¿Volverías a FM Noticias?

– No lo sé. En este momento no lo sé. Sinceramente no lo sé. Tendría que pensarlo. Pero no se me ocurrió pensarlo, vos me has hecho pensarlo, ahora lo voy a poner en mi cabeza. Pero en este momento no lo podría contestar.

Supongo que tendrás alguna anécdota feliz alejada de estas cosas tan oscuras relacionadas a las denuncias, cerca de Sergio Poma, en tu amistad con él, que quisieras recordar por ahí y contarnos

– Pero muchas, muchas. Nuestros furcios por ejemplo, eran famosos nuestros furcios. Habíamos empezado a escribir una página recordando nuestros furcios y los de otros. Es posible que en tantos años, si te ponés a hacer la cuenta y vos decís no faltábamos nunca a los programas, a veces hasta con fiebre y Sergio enfermo, muy enfermo. El esfuerzo físico que le costaba ir a hacer su programa. Pero íbamos y siempre aparecía el toque de humor. Y bueno hay anécdotas que han pasado a la historia. Por ejemplo: yo me acuerdo alguna vez haberle dedicado un tema al doctor Pedro Antonio Álvarez por haberme pasado en su programa uno o dos minutos; le pido al operador que ponga algún tema musical y resulta que le sale “Somos novios”. Y el doctor Pedro Antonio Álvarez, que venía detrás del programa mío, sale urgentemente a aclarar que no éramos absolutamente nada más que amigos, cosas como esas (se ríe).

O como aquella vez que Sergito habló del Señor y la Señora del Milagro. De esas historias tenemos pero tantas… Y muchas alegrías porque algunas cosas salían bien. Alguna vez hicimos retroceder al gobierno, conseguimos que diera marcha atrás en muchas cosas. Y sobre todo en el último tema de fondo que fue cuando el gobierno toma la decisión de quitarle el sostén al diputado que indefectiblemente está vinculado a la muerte de Liliana Ledesma. El ex diputado que se tuvo que ir, la cámara lo defendía, hasta la oposición lo defendía, digamos con un falso concepto de lo corporativo. No me puedo imaginar la solidaridad con un hombre que ni siquiera puede justificar los bienes que tiene. La Cámara… la oposición lo defendía y el gobierno tuvo que soltarle la mano. Y se tuvo que ir. Esas alegrías eran pocas pero las tuvimos.

¿Cuáles son tus ideologías?

– Yo soy visceralmente radical. Te diría que he vuelto a las fuentes. He cometido errores en mi vida. Pero he vuelto a las fuentes cuando un hombre como Leandro Alem decía “mi causa es la causa de los desposeídos”. Si yo tuviera que sintetizar una ideología, bueno, luchar por los que tienen dificultades, por los que viven y sufren el desamparo, por los que son marginados en la oportunidad, en la sociedad. Esa es mi ideología.

Chacho, ¿cómo estás hoy en tu vida?

– Bueno, empezando de nuevo. Yo todos los días empiezo de nuevo. Estoy empezando a escribir, tengo un par de ideas dando vueltas. Ojalá pueda terminar, pueda redondear, pueda llegar a puerto con las cosas que quiero escribir. Muchas van a ser las experiencias vividas, otras serán una forma de pedir disculpas porque uno se equivoca muchas veces. Tal vez no en estos últimos 10 años pero a lo largo de mi vida he cometido muchos errores. Y yo creo en aquello de que hay que enmendar las faltas, hay que ser capaz de enmendar los errores cometidos.

¿Qué sentís cuando leés Salta El Narcopoder?

– Me emociono, es repasar te diría, 10 años. Creo que es un testimonio valiosísimo para la Argentina. Ese libro debería estar leyéndose en el país. Porque esta historia que escribe, todo lo que dice el narcopoder y política o narcopoder, pasa y se repite en los distintos feudos provinciales con otros protagonistas, tal vez con otras historias pero es el avance del mundo oscuro del narcotráfico vinculado al poder político. Y de esto hay mucho en la Argentina. Por eso digo: ojalá este libro se pudiera leer en la Argentina. Sergio decía: “si en algún momento dado algún periodista hubiera dicho verdaderamente lo que era Carlos Saúl Menem en La Rioja y los argentinos se hubieran enterado, Carlos Saúl Menem no hubiera llegado a la presidencia y nos hubiéramos ahorrado la segunda década infame».

¿Escribirías un libro con memorias, con hechos periodísticos, con testimonios sobre Sergio?

– Sí. Tengo una profunda admiración personal con Sergio, un gran afecto. Curiosamente lo conozco desde hace 40 años. Él estaba en Metán, yo vivía en Rosario de La Frontera y ya era un hombre con integridad, no es frecuente encontrar hombres honestos. Hombres honestos pero que además den testimonios desde su vida, no de su propia honestidad que bueno es importante tenerlas, sino que el testimonio que deja es en definitiva una forma de luchar por el prójimo, por el semejante. Hoy todo el mundo se desentiende, es decir, se desentienden hasta de lo propio. Cuando vos hablás con la directora de una escuela y te dice que no puede conseguir cuatro padres para formar la cooperadora de la escuela tenés que pensar que algo pasa en una sociedad. Te encontrás en este un mundo donde hay tan pocos ejemplos… Encontrarse el ejemplo de un hombre digno, de un hombre con integridad, bueno, cómo no recordarlo a Sergio Poma.

¿Qué significa para vos preparar el homenaje para Sergio que se va a hacer este lunes junto a Carlos María Pagano?

– Un acto de justicia, es decir, nosotros que sufrimos el pecado del olvido, tenemos el olvido fácil, yo personalmente no quiero que se olvide. Hay tan pocos buenos ejemplos que la gente no se debe olvidar de Sergio Poma. Por eso he salido yo, que quiero en esto el perfil más baj,o pero quiero que se haga y ojalá que se repita y que crezca y que el año que viene sean otros los protagonistas; muchos son sus amigos y que le organicen un homenaje de una dimensión mucho mayor que la que nosotros estamos preparando.

¿Salta cambió, algo se modificó o todavía hay miedo?

– Algo cambió. Vos sabés que eso lo fuimos notando a lo largo de los años. Vos sentías que primero salían los contestatarios, los que no te entendían, los que creían que éramos amarillistas o que éramos tremendistas en el lenguaje que usábamos. Y después cuando fueron comprendiendo entró mucha gente a participar y mucha gente inclusive traía información y documentación de actos irregulares. Es decir, vos lo percibías en la audiencia, ese tener los teléfonos de la audiencia nos permitía saber que iba cambiando. Pero se necesita mucho más Romina, pero mucho más. Creo que lo que se ha hecho, lo que hizo Sergio es gigantesco pero creo que falta mucho más todavía.

¿Pensás que Sergio triunfó sobre Romero?

– Sí. Sí. Porque estoy seguro que él va a trascender en el tiempo. Hay un antes y un después de la forma de hacer periodismo, es un antes y un después de Sergio Poma. Romero es miembro de una larga lista de gobernantes que usufructuaron el poder. Y los argentinos no nos vamos a acordar de ellos. Sí nos acordaremos para probablemente sentir dolor, fastidio, amargura. Pero de los buenos ejemplos no nos vamos a olvidar.

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