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viernes, abril 26, 2024

Κάθαρσις o Katharsis: collage pop-actual

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Los actores se desnudan en escena a la par que van desnudando sus miserias, miedos, inseguridades, enfermedades sociales, prejuicios y deseos. Se visten y desvisten en escena: cuatro actores – cinco en realidad- y cinco actrices. El público se ubica de manera de producir una suerte de fractal.

Katharsis, escrita y dirigida por Fernando Emmanuel Uro Perea– que aparece al comienzo y al final- te detiene por más de dos horas- duración de la puesta- : podés pensar en el teatro, en el hecho de ser artista o en algo que va más allá de lo anecdotario, y es el enlace con un suceso escalofriante ocurrido en Catamarca. ¿Loquito o 1930? , es la pregunta que hacen al público para el final.

Antes de la primera presentación que fue a las 20 hs., los actores entregaron una cajita como programa (idea que me pareció comparable a la caja de Pandora), dentro hay unas pastillas de colores -para la locura- y además, te servían vino patero. Al inicio de la segunda función, mostraban recortes periodísticos para que conozcan Catamarca y luego sepa- el público- de qué hablan.

jpg_catarsis_2.jpgHay que recordar a los lectores, que esta obra es la ganadora de la Fiesta Provincial de teatro en Catamarca por lo que representa a la provincia en este Encuentro- no competitivo (las obras van al nacional el año que viene). En este sentido, hay que decir que la obra es jugada: merece su lugar y tiene lecturas posibles que “hablan” de los modos de convivencia y supervivencia; por momentos parodian el habla regional y se autocritican diciendo que parecen riojanos y no catamarqueños. El “locus” de enunciación es de denuncia. Meritorio.

La obra es todo lo que el propio grupo dice de ella:

Κάθαρσις es un anuario, un espejo, una sombra, un collage, un vomito vintage-pop-actual, resultado de un encierro mental y físico por dos grandes murallas.

Κάθαρσις es un gran desfile de espectadores-personas-personajes-actores convencionales y llenos de clichés, consecuencia de un mundo absolutamente globalizado, tecnológico, televisivo y televisado, lleno de etiquetas.

Κάθαρσις es una sucesión de palabras kistch-desechables, que pocos están dispuestos a escuchar.

Κάθαρσις es paralelamente una realidad y una ficción, que se cruzan antes de llegar al infinito.

Κάθαρσις es una gran mentira que nunca acaba de comenzar y nunca termina de finalizar.

Κάθαρσις es el quiebre y destrozo de estructuras dramáticas.

Κάθαρσις es el resultado de crisis creativas, donde las incoherencias buscan su justificación.

Κάθαρσις es una comedia, un drama, una tragedia, dependiendo de que tan resuelta tengamos nuestra vida.

El teatro deconstructivo

La estrategia dramatúrgica de Fernando Emmanuel Uro Perea es la jpg_catarsis-3.jpgautocrítica y la crítica dentro de la obra: esto en ocasiones suena a que “si lo hago mal, vale”. Recuerdo a muchos artistas porteños decir en sus shows “no olvidarse que pagaron por ver esto” o se excusan diciendo “cualquier cosa se les devuelve la entrada”. Es como abrir el paraguas antes de que llueva o “mirá tengo el paraguas roto”.

La deconstrucción de lo que sucede posibilita el riesgo del error: esto es teatro y no es ciencia- expresan los actores-personajes. De manera que uno disculpa en todo momento, los “errores”.

Me preguntan a la salida si me gustó o no me gustó. Respondo “por qué”. Produce enojo del preguntador. Me gusta, “pero”… es la respuesta que doy a través de Salta 21.

Los “peros” quizá tienen que ver con el sobreplanteo temático, la sobremuestra de todo y el sobretiempo: un alargue innecesario. Sintetizando, sonó muy interesante la crítica que se hace a Catamarca cuando cada actor larga su monólogo. Se lee un vacío social desde un lugar de enjuiciamiento hacia las personas en donde lo que interesa es el chisme provinciano y se nuclean en torno a la falsa moral de los “mirones” y criticones. Me parece o sonó como que hay un rodeo para decir algo que no se dice y que tiene que ver con el asesinato del director del grupo, al cual el elenco en el final, dedica como homenaje esta obra.

En todo momento se respeta la clave de interpretación: exageración, humor y dramatismo, todo combinado. Rescato el trabajo estético con los cuerpos y el nivel actoral del elenco: las falsificaciones de voz y las imposturas están bien articuladas en el doble rol que juega cada personaje. Como los papelitos que se doblan en mitades, van haciéndose más dobleces de personajes hasta volverse un “yo” que se parte en mitades “otras” para hacer más roles.

Las incoherencias están justificadas y no hay un quiebre de estructuras dramáticas: no a nivel discursivo porque hablan sobre la katharisis que produce la identificación con respecto a la mímesis aristotélica; sí a nivel de la puesta que pone al espectador en otro lugar: en el lugar del “como si” (pese a que dicen no a Stanislavsky) y en el del juego. Desde el juego la perspectiva “rupturista” cumple un programa de reestructuración: volver a hacer, volver a decir, volver a pensar y volver a actuar. Volver al teatro sería una premisa y el pivote de la obra es básicamente: el lugar del actor en el mundo (o mundillo).

“La mesa está servida” -frase de uno de los personajes- resume la obra: sobre ella están los cuerpos expresando la desnudez y el desamparo, todo reciclable y/o desechable. Sobre ella está el muerto.

Un Fernando Uro catártico al final “explica” la catarisis y le quita al espectador la fuerza para ponerla en práctica: venimos a enterarnos de que la catarsis era ajena. Le faltó autotijeretearse esta parte.

Logradas composiciones de Verónica Pereyra y Tania Marioni; bien acentuado el papel de Pablo Navarro y el de Rodolfo Berrondo no por desmerecer al resto sino porque son subrayables desde varios puntos de vista. La mejor parte de la mucama (Sabrina Ermacora) fue cuando hace su monólogo, define matices.

A veces se quema mucha energía en los gritos, hay permanentes increscendos y vueltas a la calma. En general el ritmo oscila pero después de dos horas no se sale saturado: se sale supra excitado.

Además, nos vamos conmovidos por un manojo de entrega artística de la que nos hace querer volver al teatro: al fin de cuentas, estos actores se han entregado completamente al público. Queda dando vueltas la “sospecha” que entre medio de la obra, se fabrica una especie de “policial incompleto” para abarcar algo que no se puede decir, algo oculto en relación a la muerte del director, Claudio Soto (ocurrida hace un año).

Y nos llevamos la ironía que el público entró en conflicto – y ese es el conflicto de la obra- al ver en tangas a uno de los actores que muestra su “órgano” cuando compone una mariquita que se cree estrella de la TV.

Los traseros, hicieron música con las palmas de los actores castigando al otro por portarse mal. Eso fue divertido. La obra es una humorada fabulosa y un drama vigoroso. Late, eso es lo que importa.

– Actúan: Acevedo, Juan Arnoldo / Berrondo, Rodolfo Edgardo / Ermácora, Sabrina/ Marioni, Tania Rita / Morti, Noelia / Moya, Marcelo / Navarro, Pablo Daniel / Pereyra, Verónica Gladis / Ruiz Santiago, Virginia del Valle.

– Dirección: Uro Perea, Fernando Emmanuel

3 COMENTARIOS

  1. Κάθαρσις o Katharsis: collage pop-actual
    Romina, este que voy a decir es en defensa de los autores fotograficos. Seria bueno que pusieran el nombre del autor de las fotografias ya que la Ley 11.723 tambien nos protege.
    Un abrazo.
    Isidoro

    • Fotos
      Estimado Isidoro:

      Estas fotos son del grupo, figuran en la presentación de su obra para el Encuentro realizado. No tienen el nombre del fotógrafo.
      Me parece una buena observación la que hacés, algo para tener en cuenta de parte de los elencos que se presentan en los eventos artísticos.
      Un gran abrazo: Romina

      • Fotos
        las fotos sacadas en este articulo fueron sacadas el dia del estreno por una compañera con su camara digital ella tuvo el honoir de pasarnos las fotos un abraso noelia morti egocentric us

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