De gira nacional, Cacho Buenaventura llega el sábado 1 de setiembre al Teatro del Huerto. Tiene 51 años. Se ríe de todo: de sus enfermedades, de su cara, de sí mismo, de todo. La fórmula del éxito está en cómo contar un chiste. El cordobés nacido en Cruz del Eje, habla de su lugar natal, canta, cuenta chistes pero sobre todo, es muy humano a la hora de ser simplemente Cacho. Su gran “cansadora”-la esposa- es la musa que le roba mil sonrisas. Actúa a salas llenas y realmente, transpira la camiseta.
Un chiste cotidiano para empezar la nota: “cuando me enteré que la eterna cansadora estaba embarazada me responsabilicé de lo hecho y fui a poner la cara y le dije a mi suegro: “¡Tata!”, pero yo no soy su padre, me respondió y yo le conteste: su hija ta ta las manos”.
Tendríamos que anotar en su actual vida la canción A partir de mañana, el tema de Alberto Cortez, así empezamos a vivir… Siempre es bueno seguir los ejemplos que nos legan, sobre todo si es de buena leche y viene con mucho éxito.
La gente no admira a Cacho Buenaventura, lo quiere y esto es un prodigio. Su acento cordobés es un sello. No desconoce sus orígenes ni va en busca del neohumor. No se define como humorista, ni showman ni capocómico. Se define como un hombre gracioso. Entonces nos gusta mucho más. Tan simple pero elocuente. Una elocuencia graciosa, como deben de ser las grandes elocuencias. Es el eterno “negro cordobés”. Eso quiere ser.
Detesta las «caras de guerra”, por eso no se rinde ante la vida. Se ríe de todo porque así se defiende en la vida, su padre le decía: “esto no es una carrera de velocidad sino de resistencia”. Por eso lleva treinta años con la gente, cuenta con esa sana complicidad cordial del espectáculo del hombre gracioso.
Entre sus últimas presentaciones figuran: “Cincuentenario”, donde repasa en más de dos horas gran parte de su vida familiar y artística, “Cachito Mío”, “Onlimente tonight” y “En arte Cacho Buenaventura”.
Según él, “cuando para tu cumpleaños te regalan un pastillero” estás acabado y por supuesto bromea con esto porque a él, ya le pasó al cumplir los 50.
Humorista por naturaleza comenzó en su ciudad natal actuando en los actos del colegio, improvisando notas en su guitarra, siempre con un tono de humor y simplicidad.
Supo cautivar al público de todo el país y llegó hasta los EEUU, donde en Miami, ciudad latina por excelencia, logró divertir a los argentinos residentes.
Posee el sello del «Espectador contento».
Después del éxito del verano en Carlos Paz, espectáculo visto por más de 50.000 personas de todo el país, Cacho Buenaventura apuesta al 2007 con nueva estética, lo último en tecnología y más de 20 personas en su equipo de producción para esta gira nacional, que dejará en Salta, algo más para reírnos y disfrutar.