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domingo, noviembre 24, 2024

Talento y sutileza en otra joya del cine francés.

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El Cine Arte Ricardo Castro exhibe «El cantante», una película francesa protagonizada por Gérard Depardieu y Cécile de France. Un cantante popular conoce a una bella mujer que inmersa en conflictos por su separación desconoce el verdadero amor.

Gerard Depardieu interpreta a Alain Moreau, un cantante veterano de L`Aquarius, un club de Paris. Sus temas del recuerdo acarician el espíritu de fracasados sentimentales y personas de la tercera edad, que son rescatados del «amor que tanto miedo da», algo que nos hace recordar a nuestro Gran Sandro, que aunque con respirador artificial siempre vuelve a estar en los escenarios de la Argentina.

La película «El cantante», escrita y dirigida por Xavier Giannoli, es un himno a los artistas que fueron populares en su tiempo y olvidados por el gran público, pero a la manera de Sandro, siempre piden revancha y vuelven a estar entre los primeros.

El guión de esta historia es realmente conmovedor y la expresión cinematográfica magnífica. Las interpretaciones de los actores alcanzan un gran nivel. La bellísima Cécile de France se luce con su protagónico constituido en un personaje con matices en conflictos internos permanentes. El director capta con la cámara sentimientos dramáticos muy sutiles creando secuencias con imagen-tiempo de alta calidad narrativa.

El Cantante interpretado por el talentosísimo Depardieu es sin duda su más inesperado regreso a la pantalla grande con una realización que seguramente quedará como una joyita del cine.

Su actuación sólida y constante mantiene con extraordinaria verosimilitud la psicología de un artista fracasado, perdedor en el amor como muchos, pero alentado por su regreso al gran escenario que lo llevó a estar entre los sobrevivientes de aquellos cantantes que aún defienden la actuación en vivo.

Un personaje filosófico y verdaderamente humano, que defiende la sutileza del sentimiento y la inteligencia de convertir la derrota del artista en victoria, la derrota que lo viste con el verdadero traje humano hecho a la medida de un mundo asediado por la lujuria de la riqueza y el éxito materialista.

jpg_gerard_y_cecile_de_france.jpgEl ritmo del filme es un poco calmo, pero intensísimo en situaciones de exquisitez dramática y sensual. El director sugiere, muestra, sostiene y conmueve con sus tiempos de cámara minuciosamente apoyado en el desarrollo actoral y en la pulsación de los momentos determinados por la historia.

La dirección de arte muy buena al igual que la fotografía y la música. El final en varias etapas es inesperado y un aliciente entre tantos finales con recetas repetidas. El que no llegue a verla en el Cine Arte seguramente podrá conseguirla en video. Vale la pena.

Título: El cantante

Titulo original: Quand j’étais chanteur

Género: drama

Dirección: Xavier Giannoli

Guion: Xavier Giannoli

Intérpretes Gérard Depardieu, Cécile De France, Mathieu Amalric, Christine Citti, Patrick Pineau

Fotografía: Yorick Le Saux

Música: Alexandre Desplat

Montaje: Martine Giordano

Origen: Francia (2006)

Duración: 112 minutos

sitio web: http://www.quandjetaischanteur.com/


Comentario

Nunca es tarde, cuando hay tiempo

Una bellísima película en la que también se toca el tema de «solos y solas» y que, la disco donde canta el protagonista, tiene el aire a las tanguerías salteñas donde la gente «mayor» puede tener otra oportunidad.

Me resulta interesante no dejar pasar, que la mujer se refugia en una caparazón de friladad por la dura vida pasada que tuvo y el fracaso amoroso que la hizo perder las ilusiones. En un momento el cantante le dice que en verdad ella no es cruel. Marion tiene miedo de amar y sobre todo, pasa por una circunstancia terrible: su hijo la rechaza y quiere más a su madrastra que a ella. Cuando logra acomodar sus lazos con el pequeño, se siente completa para «volver a empezar», no antes. Pese a su belleza y sensualidad, privilegia su rol materno, cosa extraña cuando una mujer tiene las virtudes suyas y en una sociedad que le exige cosas diferentes. Es lo que más la humaniza.

En cuanto a Alain, renuncia al éxito porque descubre que sin amor, es vacío. Se pasó la vida siendo una «máquina de cantar» para formar parejas en los bailes mientras él, cada vez estaba más solo. Su triunfo es real porque verdaderamente amaba a Marion; para otros hombres ella era nada más que un trofeo.

Y también hay un concepto excelso de la libertad: no traicionarse a sí mismo, ser lo que se es hasta el final. Ese es el secreto del éxito.

Lo anticuado se une a lo moderno en una dosis perfecta: cada quien representa estos conceptos, se complementan y no se oponen porque el dolor es el mismo, la soledad es la misma, y el amor, es el remedio.

Romina Chávez Díaz

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