«¿Sabés por qué le pusieron Ragone?” “Porque van a desaparecer de la misma forma»- dijo Peña.
«¿Sabés por qué le pusieron Ragone?”, preguntó el conductor radial Mario Peña a la periodista que lo acompañaba, en referencia a la agrupación política peronista liderada por el diputado provincial Manuel Santiago Godoy que lleva el nombre del ex gobernador salteño secuestrado y desaparecido. “Porque van a desaparecer de la misma forma», dijo, como si fuera una broma.
“Miente, miente, miente, que algo quedará; cuanto más grande sea una mentira, más gente la creerá”, es una frase atribuida a Joseph Goebbels, ministro encargado de la propaganda del gobierno de Adolf Hitler en la Alemania Nazi.
La práctica nazi se complementa, en las relaciones de poder, con la creación de conflictos, favoritismos personales, corrillos de pasillo y generación de rumores, envidias, intrigas, suspicacias, maldades, crueldades, ensañamientos contra los débiles, infamias, odios, morbosidades y prejuicios. Todos estos recursos preceden a la violencia física, que en la última dictadura cívico militar de la Argentina se expresaron con apropiación ilegal de bienes a “enemigos”, secuestros, desapariciones, asesinatos, robos de bebés.
El doctor Miguel Ragone, considerado “médico del pueblo”, ex gobernador de Salta, sufrió personalmente primero la descalificación, el odio de sus opositores y luego el secuestro y desaparición, concretada el 11 de marzo de 1975.
El odontólogo Héctor José Cámpora, ex presidente de la Nación Argentina, quien renunció a su cargo para permitir el gobierno de Juan Domingo Perón, fue otra de las centenares de miles de víctimas del odio. Tras el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, para salvar su vida se refugió en la embajada de México en Buenos Aires. Estuvo allí por más de tres años hasta que, gravemente enfermo de cáncer, el gobierno militar le permitió viajar hacia México, donde fue bienvenido por el presidente José López Portillo y finalmente murió, triste y exiliado, en la ciudad de Cuernavaca.
Entonces, referirse a estas personas -que tienen sus descendientes vivos y aún los lloran-, en tono de broma, es, intentado ser benévolos, una manifestación de crueldad y desprecio humano.
Así lo hizo Mario Ernesto Peña, dueño del emporio mediático, vitivinícola y turístico Aries, quien en su programa de radio descalificó al ex presidente y sostuvo que los integrantes de la agrupación política peronista “La Ragone” van a desaparecer, del mismo modo como desapareció el ex gobernador.
“Qué fea la comparación»
El empresario comentó al aire, atribuyendo el dicho a comentarios internos de peronistas: “Sabés porqué le llaman “La Ragone” (a la agrupación política justicialista liderada por el diputado provincial Manuel Santiago Godoy)…”porque van a desaparecer de la misma forma». Tan brutal fue la expresión de Peña que, tras un incomodo silencio radial, la periodista que lo acompañaba, Natalia Nieto, le preguntó “¿Quiénes van a desaparecer…? ¿los que integren esa agrupación?… ¡Qué fea comparación!”
El conductor de la radio torpemente intentó aclarar que “van a desaparecer políticamente”, tras lo cual se empantanó más al afirmar que la desaparición a la que se refería era “en similitud con lo que fue (la agrupación kirchnerista) `La Cámpora´, la Cámpora (sic) que fue un presidente que… que, no sé, ¿se murió Cámpora?, ¿no?, creo, si…, bueno, se murió el hombre, pero Ragone está desaparecido…”
Del lado de la democracia
Gonzalo Quilodrán, director de la Agencia Promoción Salta y militante peronista, quien también fue descalificado arteramente por Peña, expresó: «Las declaraciones de Peña respecto de (la agrupación) `La Ragone´ son lamentables». Y agregó, «Espero que (el empresario) se disculpe públicamente diciendo que tuvo expresiones desafortunadas, y no que quede como una expresión de su forma de pensar, pues entonces sería muy grave”.
“Peña le faltó el respeto a la democracia, a los salteños, a la familia Ragone y a todos aquellos que deseamos vivir del lado de la democracia», sostuvo Quilodrán. “Entiendo que el dueño de la radio tenga sus intereses comerciales y quiera defenderlos, pero pasar a recordar como si fueran una broma las prácticas de dictadura, es antidemocrático, autoritario”, resaltó.
– El autor es Periodista – Director de Norte Social – Columnista de Salta 21
