Un relevamiento dice que 8 de cada 10 vecinos, no les interesa la política partidaria, causa de un descontento extremo y creciente. Ahora bien, uno de los rasgos distintivos de la posmodernidad es la pérdida de influencia de los colectivo, las personas nos volvemos más independientes y el resultado es el desapego a las instituciones.
Párrafo aparte, por escribir esto, dejamos sentado los ambientalistas que ninguno de nosotros tenemos la intención de suicidarnos, escribimos lo que todo el pueblo siente y piensa.
El desafío que tenemos por delante es de una magnitud de carácter colosal, y la gran crisis no es ecológica, la crisis es política. Realmente medio ambiente es lo que le estamos dejando a las generaciones por venir.
Cuenta la historia bíblica que el “gallo cantó tres veces” antes de que Pedro y los demás discípulos negaran a Jesús, por temor a seguir la misma suerte de este.
Larga lucha emprendida por Casacas Verdes de Conciencia Ambiental Tucumán, para crear en los vecinos conciencia colectiva, hoy vemos que sin custodias las cosas caen en sacos rotos.
Tucumán, Cuna de la Independencia y de próceres que se jugaron para que hoy en día vivamos esta democracia a pleno. Mentes brillantes y despojadas de ambiciones desmedidas, cosas que al día de hoy son monedas corrientes, el querer seguir siendo, atornillarse en el Poder a cómo dé lugar, toda artimaña es válida, las consecuencias no importan, mientras se siga siendo.
Ser Casacas Verdes (ambientalistas) nos impuso estar en los lanzamientos de varios candidatos, caso llamativo ninguno en su discurso se refirió al medio ambiente.