La historia cultural de nuestra ciudad, definitivamente tiene una bisagra. Esta es la creación en el año 2000 de la Orquesta Sinfónica de Salta. La elevación del nivel musical salteño se ha producido con su constitución y ello ha generado no pocos hechos. Status Ra Trío es el grupo que más incursiona en la llamada música de cámara contemporánea.
Regresó la Orquesta Sinfónica de Salta. Poco más de un mes entregando su arte en el Festival de Ushuaia y en el auditorio La Ballena Azul en Buenos Aires, y generando críticas elogiosas. Un orgullo para los salteños. Su reaparición en escena trajo un debut y una novedad.
Debo confesar que cuando me toca escribir una reseña crítica regular o mala, en el fondo de mi intelecto no puedo dejar de sentir pena por lo que eventualmente las palabras puedan producir en sus destinatarios. No es este el caso. En la fecha del epígrafe viví un tiempo que solo puede producir felicidad. Les cuento.
Gabriela del Cid, con hermosa voz y afinación irreprochable hizo la “seguidlla” de la ópera Carmen de George Bizet, monumento a la sensualidad musical. Yeny Delgado, ya contagiada de la atmósfera popular trae con la orquesta el punzante “Mambo” del norteamericano Leonard Bernstein.
Sibelius, casi un posromántico, desarrolló un estilo muy personal en la construcción sinfónica. Su primer trabajo en el género data de sus veintisiete años, y siete años después, escribe su primera sinfonía.
Paul Phillips, notable director, marca sobre el golpe, estilo que solo pueden manejar quienes saben preparar bien a la orquesta. Otro mérito del concierto, el autor, presente, fue ovacionado. Gran trabajo orquestal conducido por el maestro visitante.
En centroeuropa apareció Hindemith y luego Stockhausen, que impregnaron de novedades el ámbito de la construcción musical. Se requieren virtuosos en cada instrumento. Al decir de la maestra Lopszyc, los participantes de este festival lo son y están en condiciones de mostrarse en cualquier sala de conciertos lo que llena de orgullo a los salteños pues todos integran la Orquesta Sinfónica de Salta.
El recital camarístico del sábado fue más que interesante pues el trío original invitó a dos excelentes músicos para integrar la formación de quinteto que, en el caso de Piazzolla, fue la estructura de la época en la que comenzó su fama.
Verdi fue un compositor que entendió a la perfección la Italia extrovertida y vital de la que formó parte. No es fácil conmover con una de las más atractivas óperas de Verdi, sobre todo por el conocimiento que de ella se tiene por parte de los amantes del género.
La Sinfonía concertante de Mozart precisó dos buenos solistas acompañados de una reducida plantilla instrumental. Izcaray se unió manteniendo al grupo sinfónico en un recatado marco sonoro. Izcaray y la orquesta se lucieron con las tres danzas ofrecidas. Finalizó el concierto con dos himnos danzantes.