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sábado, julio 27, 2024

Bochornoso maltrato a David Slodky de funcionarios de Educación

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El destacado psicólogo y escritor David Slodky fue invitado a participar en la Feria de Ciencia y Tecnología y allí lo sometieron a un trato bochornoso. El ministerio de Educación no da explicaciones. Ni Slodky ni la cultura de Salta merecen esto.

El licenciado David Slodky envió ya hace un mes una misiva a la doctora Cecilia Belmonte, a modo de enérgica y fundamentada protesta por el modo en que procedieron funcionarios de Educación en el bochornoso incidente que lo tuvo como víctima.

Pero no obtuvo hasta el momento ninguna respuesta, niguna explicación, ni la más tímida o forzada disculpa frente al maltrato recibido por tan destacado protagonista y difusor de la cultura de Salta, luego de que lo invitaran a participar -y él accediera gentilmente- en la Feria de Ciencia y Tecnología para después someterlo a un insólito desaire.

Slodky mismo explica los detalles del lamentable proceder de los funcionarios de la cartera educativa, en la carta que le enviara a Belmonte:

“Me dirijo a Ud. y espero que por su intermedio ante quien corresponda, para expresarles el profundo desagrado que me invadió y me invade por vuestro irresponsable e irrespetuoso proceder para conmigo y la jornada que ustedes mismos me habían pedido preparara para el primer día de la Feria de las Ciencias.

Llegué con el licenciado Gonzalo Delgado, en el horario acordado con usted. Mi colaborador de buena voluntad, psicólogo y músico, me acompaña como técnico en sonido en todos los recitales de los dos últimos años que he dado en el Cabildo Histórico de Salta, la Escuela Normal de Salta, la Cámara de Comercio e Industria de Salta, la Biblioteca Popular Macacha Güemes, la Biblioteca Provincial Victorino de la Plaza , la Cámara de Diputados de la Provincia de Salta, etc., etc.

Traíamos ambos todo el material que utilizaríamos en la jornada y que habíamos seleccionado en dos días de trabajo y ajustes. Me acompañaban además mi señora esposa y mi amigo, el economista senior del Banco Mundial, doctor Carlos Elbirt, por unos días en Salta, que esperaban gozar de lo que seguramente sería una magnífica jornada de intercambio con los jóvenes estudiantes y -así esperaba yo- con sus docentes.

Al llegar, me presenté ante las personas que parecían tener algo que ver con la Feria, diciéndoles que yo venía por el Recital… Si les hubiera dicho que venía a destrancar las cloacas era lo mismo.

Nadie sabía nada. Pregunté por usted. Y ya usted sabe todo o casi todo lo que devino a partir de ese momento. A pesar de que había pedido la Sala para las 17,30 hs., a fin de hacer todos los ajustes de sonido pertinentes, recién se me la entregó a las 18,15 hs., cuando el recital estaba programado para las 18,30.

Los jóvenes que ustedes habían contratado para el audio, no estaban ni por asomo informados del recital (se sorprendieron muchísimo con nosotros pues les habían dicho que a las 18 hs. debían levantar ya todos los equipos).

A pesar de ello, y demostrando de cualquier manera una buena voluntad que ustedes no tuvieron, se dispusieron a organizar todo para el recital. Pero no tenían retorno, a pesar de que específicamente yo se lo había solicitado a usted. Tampoco reproductor de CD.

Por supuesto (¡me parece increíble tener que ironizar con “por supuesto”!), ellos no sabían nada. No importa, ellos mismos consiguieron rápidamenten un reproductor de DVD que podía utilizarse ad hoc, y organizamos con el licenciado Delgado la disposición espacial de los parlantes y el micrófono, de tal suerte, que yo y mi asistente pudiéramos escuchar sin que acoplaran, a pesar de no contar con retorno.

Luego procedimos a ajustar y ecualizar el sonido de la música con el sonido de la palabra, lo que lleva su tiempo. Alrededor de las 18,45 le dije a Ud. por celular que nosotros ya estábamos listos. Me entero luego que ya no había nadie. Ni alumnos, ni docentes, ni autoridades, ni un perro moviéndonos la cola. Indignado, me fui.

Nunca, señorita Cecilia Belmonte, nunca me pasó algo así. Y tengo muchos años de vida y de actividades académicas, intelectuales y artísticas, en distintos lugares del país y de España y Costa Rica.

Creo que nadie se merece tal irresponsabilidad y falta de respeto, pero menos que menos yo, por muchas razones.

1 ) Son ustedes los que me hablaron, solicitando mi colaboración. No fui yo el que les solicité un espacio. Les elevé entonces dos propuestas y ustedes optaron por una. En la que me puse a trabajar, empleando mi tiempo, mis conocimientos y mi buena voluntad, y la de mi colaborador, el licenciado Delgado.

2 ) Creía que ustedes me hablaban porque sabían quién era yo. Pero por vuestro comportamiento y hasta por vuestras palabras pretendiendo hacer entender lo inentendible, me doy cuenta que no, para nada: supongo que alguien les dijo que yo hacía “unas jornadas interactivas muy lindas” y como usted conoce mi teléono me llamó.

3 ) Cuando ustedes me hicieron llegar la invitación a la Feria, me di cuenta de dos cosas: una, que mi “jornada interactiva” no figuraba de ninguna manera en el Programa de Actividades. Directamente, no existía. Mala señal que ya auguraba todo lo que me pasó. Pero en ese momento me dije “Bueno, esto lo deben haber impreso antes de acordar conmigo el acto”. Pero dos: allí me anoticié que mi recital interactivo no abría la feria (como sí ocurrió con las Jornadas Regionales del Plan Regional de Promoción de la Lectura en la Escuela Normal, el año pasado), sino que los chicos estaban de feria desde las 14,30 hasta las 18,30, después de lo cual recién se realizaría la jornada por mí protagonizada y que no estaba anunciada.

“¡Qué pésimo criterio!” me dije, “¡Organizar una jornada interactiva después del cansancio que supone toda una jornada de trabajo!”. Pero acto seguido me autocritiqué: “Una Institución del Estado lo organiza. Deben tener sus criterios ajustados. Habrá que adaptarse a ellos y confiar.”

Pero al llegar y darme cuenta que no había ninguna información de mi recital, ninguna autoridad para recibirme y saludarme (no hablemos ya de agradecerme) ningún docente para conversar siquiera dos palabras conmigo, me di cabal cuenta que ustedes habían creído apalabrar a un payaso para que entretuviera y “relajara” a los chicos (son palabras suyas, Cecilia) y se olvidaron después del payaso.

Pues bien, en la página web de la Cámara de Diputados de la Provincia, figuro en la Sección “Escritores” con foto y algunos datos sobre mí, donde pueden informarse a quién faltaron ustedes el repeto.

Pero por si no lo hacen, aprovecho ésta para hacerles saber que el payaso de lujo que ustedes dejaron girando en el vacío ha sido Director de la Carrera de Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de Salta, Director del Departamento de Evaluación del “Proyecto para el Mejoramiento de la Enseñanza de la Ciencia en el Nivel Medio” del Conicet en Buenos Aires, Especialista de Programa en el Proyecto “La Educación en Iberoamérica” de la O.E.I., (organismo supragubernamental de España y todos los países Ibero-Americanos), Profesor de materias destinadas a la formación de Investigadores en la Universidad de Salta, docente en la Universidad Nacional de Córdoba, etc. etc., etc. Además de autor del trabajo crítico “El Test de Maduración Salta y la homogeneización de grados en la escuela salteña”, trabajo que posibilitó (dos años después de su publicación en un diario de la Ciudad) que se dejara de viviseccionar a nuestros niños aún en épocas de dictadura, aunque ese escrito me haya significado tener que exiliarme de mi país…

Soy autor además de dos libros publicados y de numerosas publicaciones en Argentina, España y EE. UU. Y vengo desde hace ya más de una decena de años realizando en Salta recitales poético-musicales… y puedo seguir largo.

Podrá imaginar usted cuánto hubiéramos podido aprender en el intercambio con nuestros jóvenes alumnos, sus docentes y -eventualente- las autoridades pertinentes. Tengo mucho para decir sobre Investigación, Ciencia, Política, Historia y Literatura… Creía que por eso me invitaban.

Pero fui mucho mejor atendido por las maestras, autoridades y alumnos de la Escuela Arturo Oñativia de Villa 20 de Junio (donde sus niñitos -prácticamente marginados por esta injusta sociedad y este insensible gobierno- trabajaron con deleite y gran creatividad cuentos míos publicados en “Leer lo nuestro”) que por las autoridades de ese Ministerio en esta Feria.

Es toda una concepción de la Educación la que está plasmada en este bochorno. Como le dije a usted por celular, indignado: “así anda esta provincia”.

La saludo evitando -por razones obvias- el proverbial “atte”.

Lic. David Slodky

DNI. 8.176.686

Av. Belgrano 1067

Ciudad de Salta

davidslodky@arnet.com.ar

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