Sin duda lo más interesante -lo realmente impactante- que nos dejó Ferinoa 2007 es la increíble ficción documental de una Salta perfecta que se dió en el Centro de Convenciones. La Feria en la «toldería» bien, como siempre, pero con sabor a deja vù
«Mire, no vale la pena que vaya, en la inauguración fue un bochorno, primero el polvo, luego la lluvia y el barro; es que la apuraron a trasladarla al nuevo predio por las elecciones, y la pusieron en una toldería», me había advertido un remisero.
Es sólo una de las visiones preponderantes sobre la Ferinoa en su décimo-octava edición. Y es que consultando aquí y allá para recoger la impresión de la gente encontré -casi en proporciones iguales- tres tipos de opiniones. La desfavorable, como la del remisero. La que podría llamar de término medio: «lo mismo de siempre». Y la favorable, expresada en elogios como «linda», «interesante», o «buena».
En mi opinión también podría -por sectores- adherir a las tres posiciones. En primer lugar lo que el remisero llamó «la toldería» tenía un sector en el que la Feria amenaza convertirse en un mercado de pulgas.
La comida y la bebida estaban caras -aunque se puede aducir que están caras fuera de la feria también-.
La afluencia de público fue importante, sobre todo en los fines de semana. Un parque de diversiones al final servía para convertir el paseo en una recreación para los chicos. El precio: 5 pesos mayores y 2 pesos menores y jubilados los fines de semana, 3 pesos y 1 peso en días de semana. Los menores de 8 años no pagaban. Los grupos escolares ingresaban con el pago de un peso por alumno y docente. Vinieron delegaciones de Amblayo y de Jujuy, entre muchas otras.
El nivel ferial, la Unsa, los libros y la música
Nuestra Feria Internacional del Norte Argentino no se expande, parece estancada, o quizá un poco más decadente en cada edición ¿Realmente todo el potencial de Salta y la Región es lo que se vió allí? ¿Cómo estamos frente a otras Ferias importantes como la de Chaco, Tucumán, Córdoba o Santa Cruz de la Sierra? Tal vez en Salta estemos perdiendo fuerza.
La Expo Tucumán -que tuvo lugar en la capital de la provincia vecina entre el 7 y el 24 de septiembre- pareció un poco más dinámica, diversa y potente que nuestra Ferinoa. Aunque claro, los tucumanos reúnen dos muestras que aquí van por separado: la rural con el sector agrícola-ganadero y la industrial comercial y de servicios.
En lo que hace a Espectáculos estuvo buena la instalación de dos polos en la Feria de Limache. Un escenario cerca del ingreso con música popular -donde de pronto uno podría regodearse con el simpático «bombón asesino» o con videos de rock- que concentraba el interés de los adolescentes. Y al fondo un escenario principal por donde pasaron números importantes. Pero causaba pena que para escuchar a un grupo del nivel del Saluzzi Ensamble -con Cuchara y Matías Saluzzi y Chinato Torres- hubiera tan poca gente. Un lujo desaprovechado. Tendría que haber ido en horario central el fin de semana.
En Arte, Educación y Cultura hubo algunas expresiones interesantes. Por ejemplo una exposición de fotografías de buen nivel estético y un grupo de músicos de la Sinfónica tocando en la galería cultural. Pero lo que fue alguna vez una Feria de Libro ahora se reducía a tres editoriales.
Y aquí cabe señalar un problema grave. El grupo de música clásica debía enfrentar el sonido atronador de los grupos populares del escenario del frente y las interesantísimas exposiciones de académicos de la Universidad Nacional de Salta (de educación sexual y prevención del sida al análisis de la deuda externa y de las pymes de la región, y de aplicaciones de energía solar a técnica de resucitación de víctimas de paro cardiorespiratorio o estudios de problemas del desarrollo y la pobreza en América Latina) eran perturbadas por el sonido potente del escenario principal ubicado al lado.
Deja vú y ficción espléndida
Pero si por momentos recorriendo la Feria tuvimos la sensación a la que se alude con la expresión francesa deja vù «esto ya lo ví, esto ya lo viví» (claro, lo vimos y lo vivimos en las 17 ediciones anteriores!) hay algo que hará inolvidable y única a esta Ferinoa 2007: el docu-ficción intitulado «La Transformación», que no estaba en la «toldería» sino en el flamante Centro de Convenciones.
Si un finlandés, un japonés o un canadiense ven ese documental propagandístico de 15 minutos y se lo creen querrán radicarse en Salta: aquí el transporte es barato y seguro, hay vivienda y trabajo para todos, los hospitales brindan un servicio de alto nivel, la educación pública es inmejorable, los gobernantes son eficientes y honestos, la producción y la economía no dejaron de registrar índices cada vez más positivos en los últimos 12 años, el turismo atrae a un millón de visitantes por año, y la naturaleza es tan respetada que hay patrullas que cuidan día y noche nuestras selvas, montes y bosques para que a nadie se le vaya a ocurrir derribar un árbol.
Yo, por lo menos, la ví tres veces a esta obra maestra de la ficción preelectoral y la recomendé vivamente a todos mis conocidos. Es que realmente la disfruté y la padecí; me reí, me sorprendí y me indigné. A triple pantalla, con efectos especiales, con música incidental y sonido envolvente, con una voz en off con dicción clara, firme y profunda, incluso con un enorme mapa de Salta en la base en el que aparecían puntos, flechas, colores, luces. Increíble. Literalmente in-cre-í-ble. Emocionante. Inolvidable.
Un adolescente de Polimodal se paró y aplaudió con fervor cuando terminó la proyección. ¡Bravo! ¡Yo quiero vivir en esa Salta!, gritó. Y no era para menos.
Fotos: Leandro Méndez
