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sábado, abril 20, 2024

La grieta del atletismo: la pista de Cachi recibe en ruinas a deportistas olímpicos

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Fue inaugurada en 2001 y desde entonces se la reparó sólo con parches; aprovechando la ventaja física de entrenarse en los 2300 metros de Cachi, para ganar resistencia, allí se prepararon corredores de varios países para grandes torneos

CACHI, Salta.- “La pista está dura, no tiene amortiguación y ya no podés trabajar con los zapatos con clavos”. La queja se repite una vez y otra. Atletas de elite y otros transitan a diario los cuatro andariveles de 400 metros de un solado sintético reseco y resquebrajado. Basta caminar sobre la pista municipal de Cachi para conocer el real estado de abandono: numerosos sectores emparchados, otros agrietados donde desborda el pasto, bordillos perimetrales inexistentes y hasta un caño de PVC que la atraviesa para regar la cancha de fútbol.

No extraña, entonces, que la mediofondista rosarina Carolina Lozano haya arribado al Sudamericano de atletismo de Asunción con una dolencia, una profunda dolencia, que se inició en la pista salteña y que derivó hace unos días en una operación por una fractura por estrés en el escafoides del pie izquierdo. Pues en esas condiciones, con esos riesgos, se entrenan tres atletas mundialistas (ver aparte): Mariano Mastromarino (maratón), Belén Casetta (3000 metros con obstáculos) y Juan Manuel Cano (marcha).

Cachi es un pueblo que posee la magia y el encanto norteños, tiene poco más de 7000 habitantes, se enclava 2300 metros sobre el nivel del mar y dista 150 kilómetros de la capital salteña. Ese apacible entorno es uno de los más elegidos por atletas argentinos y extranjeros para realizar concentraciones y entrenamientos por no menos de tres semanas. Por su pista, inaugurada el 30 de noviembre de 2001, pasaron 18 atletas olímpicos de la Argentina, Brasil, Paraguay, Chile y Uruguay. Cuatro procesos olímpicos después, es un secreto a voces que la pista fue construida con 50% de los materiales que correspondían; la otra mitad sirvió para armar otra pista, en la capital provincial.

¿Por qué asisten, entonces, a un lugar que ofrece condiciones tan precarias? Sucede que las bondades de la altura aplicadas al alto rendimiento deportivo son algo así como el elixir para todo atleta que quiere jugar limpio: en la altitud logran aumentar considerablemente la resistencia del cuerpo, acostumbrándolo a un entorno en el que dispone de menos oxígeno, circunstancia a la que el organismo reacciona produciendo más glóbulos rojos. Así, incrementan la resistencia al regresar al nivel del mar para competir. Los especialistan en pruebas de medio fondo y fondo, entonces, recurren a escenarios como el de Cachi.

“En Cachi se logra el «doping natural»”, dice el entrenador Leonardo Malgor mientras da indicaciones a Mastromarino, Casetta y Luis Molina. Mastromarino y Casetta están a punto de competir en el Mundial de Londres. Molina, en cambio, se concentra en los 15 kilómetros de New Balance y el medio maratón y el maratón de Buenos Aires. “Cachi es el lugar que elegimos desde antes de inaugurarse esta pista. Acá el atleta sale de su entorno habitual y se enfoca en el objetivo deportivo. Se beneficia por el ambiente y permanece no menos de 21 días; luego baja para competir”, comenta Malgor.

“Antes usábamos la pista de aterrizaje, que tiene unos 1400 metros de largo. El problema es que está inclinada y cuando se corre para un lado uno va hacia arriba y cuando vuelve va hacia abajo. En cambio, en esta pista podemos hacer los trabajos de calidad con mucha precisión”, explica. Hasta el propio Molina utiliza el óvalo para realizar fondos largos. Antes de conseguir la marca olímpica en el maratón de Buenos Aires 2015, que lo clasificó para Río 2016, el atleta de Lobos dio 62 vueltas y media para completar un entrenamiento continuo de 25 kilómetros. “De los 28 días que estaré esta vez en Cachi, no hay uno solo en que no utilice la pista”, afirma Molina. Por su parte, Casetta cuenta: “Si me dan a elegir otro lado me quedo con Cachi. Acá logré cosas muy importantes, como clasificarme para Juegos Olímpicos [Río 2016] y la medalla de oro en el Sudamericano de Asunción. Tengo un cariño especial por este lugar, pero la pista precisa una renovación. Desde hace rato no uso los zapatos de competencia. Acá no existen el foso ni los obstáculos para entrenarse para mi prueba”.

Tiene razón la atleta de 22 años. Apenas 10 vallas son todo el material existente más allá de la pista. Hasta la pileta semiolímpica de 25 metros con seis andariveles está vacía, sin agua. El techo corredizo está desmantelado. Desde el verano no se la usa porque deben instalar paneles solares para mantener en funcionamiento las calderas. Manrique Iván Burgos, secretario de Patrimonio, Turismo, Cultura y Deporte de Cachi, admite el cuadro de situación. “Tenemos interés en renovar esta pista. Cumplió su ciclo y lo sabemos. Pero la renovación implica una inversión inicial cercana a 20 millones de pesos”, advierte. Y agrega: “Queremos instalar un centro de alto rendimiento con una pista nueva, la pista climatizada y albergues nuevos. El nuevo complejo se llamaría «El Vuelo del Cóndor» porque aquí se prepararon muchos atletas olímpicos”. La conversación con el secretario transcurre en la corredera para salto en largo y en alto. El cajetín donde se incrusta la garrocha está tapado por pasto que crece a su antojo y la tabla de pique para el salto en largo es un pedazo de madera hundido. Producto del clima, el sector que debería ser el del césped del campo está tan irregular que la tierra y el pasto pugnan por imponerse uno al otro.

A lo lejos aparece el marchista Cano, con su entrenador Alexis Abot. “Es una pista reseca, dañada por el sol. En mi caso, para marchar no está plana. Mirá al ras del piso y vas a ver las ondulaciones. Cuando hago velocidad siento que pego tropezones”, esgrime. “Esto una lucha entre el Estado nacional y el provincial. Y el Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo [Enard] podría ser el encargado de hacerlo, ya que sería el principal beneficiado de tener una pista y un lugar de concentración en el país con las condiciones adecuadas”, relfexiona.

Desde el Enard confirmaron para la nacion que estaban al tanto del proyecto, pero prefirieron poner paños fríos. “Es algo que antes debe pasar por el tamiz provincial, por Secretaría [de Deporte de la Nación] y luego por nosotros, que podemos ayudar sólo con infraestructura. La mayor parte corresponde al municipio o al Estado provincial o el nacional. Lo que el Enard hace es colaborar con una parte que, en este caso, podría ser el solado sintético. El Enard no puede poner un solo ladrillo; su aporte puede ser en infraestructura o implementos”, cuenta Germán Romañach, uno de los coordinadores técnicos del Proyecto Buenos Aires 2018. “Cachi es ideal para el atletismo por lo que aporta el entrenamiento en la altura. Pero el Enard no anticipa ni emite opinión formal salvo que las otras organizaciones se expresen antes al respecto”, añade el ex atleta.

En tanto, Orlando Moccagatta, miembro de la Secretaría de Deporte de la Nación, traza su análisis: “El problema de infraestructura es nacional. Desde 1995 no hay una inversión de calidad. Hoy un centro de alto rendimiento debe ser pensado desde la gestión deportiva y la sustentabilidad”. En tiempos de elecciones, son cautos en el área que ahora monitorea la propia Presidencia de la Nación. Pero admiten la necesidad y el requerimiento. “Cachi tiene todo lo que se necesita menos infraestructura, y la inversión para un centro de alto rendimiento es mucho más que de 20 millones de pesos”, concluye Moccagatta.

Los olímpicos que pasaron

Dieciocho atletas argentinos, brasileños, uruguayos, chilenos y paraguayos se han entrenado en la deteriorada pista salteña, situada 2300 metros sobre el nivel del mar. Estos son los nombres:

Elena Guerra (Uruguay): 1500 metros en Atenas 2004

Leonardo Price (Argentina): 800 metros en Pekín 2008

Juan Manuel Cano (Argentina): marcha 20km en Pekín 2008, Londres 2012 y Río 2016.

María Peralta (Argentina): maratón en Londres 2012 y Río 2016.

José Santero (Argentina): maratón paralímpica en Londres 2012.

Mariano Mastromarino (Argentina): maratón en Río 2016.

Luis Molina(Argentina): maratón en Río 2016.

Federico Bruno (Argentina): maratón en Río 2016.

Belén Casetta (Argentina): 3000 metros con obstáculos en Río 2016.

Rosa Godoy (Argentina): maratón en Río 2016.

Viviana Chávez (Argentina): maratón en Río 2016.

Andrés Zamora (Uruguay): maratón en Río 2016.

Nicolás Cuestas (Uruguay): maratón en Río 2016.

Martín Cuestas (Uruguay): maratón en Río 2016.

Derlis Ayala (Paraguay): maratón en Río 2016.

Tamele Roberta de Carvalho (Brasil): 10.000 metros en Río 2016.

Carmen Martínez (Paraguay): maratón en Río 2016.

Víctor Aravena (Chile): maratón en Río 2016.

– Por Damián Cáceres – La Nación

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