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viernes, abril 26, 2024

Laura Roldán Devetach: “no soy escritora de oficio, soy promotora de la lectura”

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Cuentijuegos, libros con relatos y algo más… Historias y anécdotas familiares, pensamiento sobre Literatura para niños y jóvenes, coplas y trabalenguas, recorrido lector sobre dos obras novedosas y unas enormes ganas de explorar, leer y compartir, son parte del crédito Devetach, en un rico encuentro con la autora Laura Roldán, hija de Laura Devetach y de Gustavo Roldán, todos grandes escritores que muchos hemos tenido la oportunidad de disfrutar en algún momento y que si así no fuere, estamos a tiempo.

Mauricio Emiliano Coudert, referente del Plan Provincial de Lectura, fue el Co-equiper de la autora, quien la presentó y leyó parágrafos de sus libros y fue comentando inquietudes, al tiempo que dio pie a la entrevista que el público le hizo a Laura, realizada como una especie de juego mediante unos papelitos de colores en donde se anotaban preguntas y la autora iba respondiendo. Previo a esto, hubo un largo tramo de encuentro entre autor-lector, con la “complicidad” de quienes estuvieron presentes, en su gran mayoría mujeres, maestras jardineras o lectoras de Las Devetach. La presencia de niños con sus libros en la mano fue notable, tanto así que una pequeña escribió en esos papelitos de colores el “Arrorró” y Laura Roldán se emocionó. Hubo quien recordó la lectura de los cuentos de Laura Devetach de manera clandestina en su pasaje por la Universidad, ya que fue una escritora prohibida por la Dictadura.

Uno de los libros presentados el miércoles 11 de octubre en la Sala Walter Adet del Complejo de Bibliotecas y Archivos de la provincia de Salta, es “¡Ay, Tarara!” (editorial SM) de Laura Devetach y Laura Roldán, con ilustraciones de O´Kif. “¡Ay Tarara loca! Se le hacen nudos en la lengua, se le caen tornillos al Titicaca y se le da por recordar todas las maneras de llamar a Juan. ¿Hay más? Hay: una leyenda bárbara y una historia con monedas de trapo. Y coplas, cantos y recetas.”

Otro de los libros que se presentó es “La marca del garbanzo” (editorial SM) de Laura Devetach y Laura Roldán, con Ilustraciones de Claudia Degliuomini, del cual se dice: “El garbanzo deja marca y deja enigmas, cocina pan casero y arroz con leche. Y mientras juega e inventa palabras, nos cuenta la leyenda de la Quebrada de las Campanas y recuerda coplas de amor que… ¡ay! dejan a todos los garbanzos enamorados…”

Laura Devetach publicó más de noventa libros y es una gran formadora de lectores de varias generaciones. “El garbanzo peligroso” es una historia y una canción suya, fue uno de los temas que salieron aquel día. Laura Roldán se refirió a cómo los garbanzos forman parte de la tradición familiar, “hacemos garbanzos en lugar de pochoclos”– dijo; y agregó “son muy ricos”. Sobre el escritorio, un frasco de garbanzos esperaba la mirada atenta de alguien. Estos, fueron la alegoría de un libro con “marca”.

“¡Ay, Tarara!“ vino con trabalenguas como “En pocos paquetes Copete desempaqueta poquitas copitas…” y con “más que…” como “más flaco que sombra de alambre” o “más colorido que basura de corso…”

La autora preguntó: “¿quién no inventó palabras alguna vez?” Y señaló dos que aparecen en sus libros: “tiborante”, que para ella era un rinoceronte y un elefante y; “pororitos”, que son besitos.

Mauricio Coudert cerró la presentación de los libros con las siguientes palabras: “Para disfrutar, compartir, recuperar la oralidad, establecer vínculos y revivir esas otras infancias…”

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Laura Roldán, en tanto, expresó: “Son libros para nada. Para un día de lluvia. Para disfrutar. No hay que explicar nada”. Esto se relaciona directamente con lo que dijo durante la entrevista acerca de cómo se piensa en un libro para niños: “escribir para niños es cosa seria, se hace con mucha responsabilidad, se comparte algo que se quiere comunicar para ofrecerle algo estéticamente bello y no para enseñar nada ni dejar ningún mensaje. Es mi opinión”.

Aclaró que es investigadora de literatura precolombina, que le interesa las nanas y poemas populares, que su inspiración nace de “lo que selecciono para versionar y adaptar”, que la creatividad “tiene que ver con el deseo” y con un trabajo de investigación sobre la geografía, la época y la historia. Los Cuentijuegos – dijo- “son cuentos con son, de varios autores”, son “miscelaneas”– especificó.

Y continuó en relación a su trabajo: “En Argentina tenemos distintos desiertos, las arenas son distintas, la vegetación… Los lugares que aparecen en los libros no son lugares inventados, son lugares investigados”. Comentó que publicó sus primeros cuentos en las revistas Humi y en Billiken, que quería poner en palabras lo que Elodia, su abuela, le contaba: “la tradición oral me marcó muchísimo y quise reunir todo eso en un libro. En realidad está en diverso libros. Mis padres fueron un gran estímulo. Cuando mi madre vio que me había retirado de la escritura, me pidió que escriba. Estaba trabajando en un libro de la cultura Mbyá – Guaraní que es trilingüe, Es algo que tengo pendiente para publicar…”

Sobre la edad de los lectores aclaró: “No se define un libro para una edad. Hay orientación, pero no se puede determinar”.

Prosiguió: “No soy escritora de oficio sino promotora de la lectura. Siempre quise hacer antologías para que el lector descubra lo que le gusta. Tengo un libro con un título muy largo que le puso la editorial: ‘Mitos 4. Latinoamérica precolombina’. Tiene Mitología maya y azteca que es para los más grandes. Quise hacer textos con pueblos de Latinoamérica”.

“El dragón, Los sueños del yacaré y El viaje más largo del mundo de Gustavo Roldán los están leyendo para estudiar filosofía”, dijo al respecto de la “edad” y el interés en los libros.

A la pregunta de cómo se siente haber tenido una madre escritora respondió: “pasé una infancia con una madre que escribía, fundamentalmente es una mamá, hacía sopa de letras porque era mi favorita, me retaba cuando me portaba mal y me cantaba canciones de cuna”.

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Sobre qué recomendaría para leer fue clara: “textos bobos, no. Los niños son esponjas. En La Matanza tenemos una bebeteca y les ayudamos a subir peldaños. Para salas maternales recomendamos textos musicales”.

Al término y luego de casi dos horas de una charla profunda, manifestó cordialmente: “Este ha sido un fogón cálido y respetuoso”. Y agradeció fundamentalmente a Paula Bertini, Directora de la Biblioteca, por el acompañamiento.

Posteriormente vinieron las dedicatorias en los libros y un “chau, gracias, hasta la próxima”.

Si bien la sala que lleva el nombre del escritor salteño Walter Adet quedó pequeña para la gran cantidad de gente que se congregó ese día, hubo ausencias notables de académicos, profesores de Letras, escritores y periodistas.

Para quienes estuvimos, fue una manera diferente de conectarnos con la Literatura para niños y jóvenes, un espacio con miles de universos para descubrir y autores geniales para compartir. Las Devetach, por supuesto, en la lista de los grandes autores.

– Fotos de portada y Foto 1 tomadas por Salta 21.

– Foto 2 del interior tomada del Facebook del Plan de Lectura

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