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viernes, abril 26, 2024

Lucrecia Martel condujo una charla con las actrices de sus películas, en el primer día del 19º Bafici

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En el primer día de proyecciones del 19º Bafici, la cineasta salteña Lucrecia Martel condujo una charla con cuatro figuras femeninas que trabajaron a sus órdenes en sus tres primeros largometrajes, titulada “El territorio de las actrices”, presentada por el director de la muestra internacional, Javier Porta Fouz.

Graciela Borges, María Onetto, Julieta Zylberberg y María Alché, que fueron figuras centrales de la premiadísima “La ciénaga”, “La mujer sin cabeza” y “La niña santa”, respectivamente, conversaron en un diálogo informal con Martel, con el esquema de un programa de televisión.

Fue Martel, que está lista para el estreno en junio de “Zama”, la coproducción entre Argentina y España (en ese país respaldada por nada menos que Pedro Almodóvar) basada en la novela de Antonio Di Benedetto publicado en 1956, quien manejó la charla con un tono de regreso distendido de principio a fin.

“Quería darme este gusto de poder conversar con actrices del nivel de las que hoy están aquí fuera de las agendas de compromiso que se tiene con los estrenos de las películas, que limitan los diálogos a esas películas, y evitan las preguntas sobre otros temas“, explicó.

“Los temas que pensé son aquellos de los que tenía curiosidad, y ninguno es concretamente sobre las cosas que hicimos juntas… y además estoy como ensayando el rol de conductora de ‘Utilísima’… todos estamos sabiendo lo que está pasando con el cine, por eso ahora decidí esto, la próxima será cocinar”, dijo en referencia descontracturada a los sucesos que son de dominio público referidos al Incaa y el Fondo de Fomento que hace una semana son seguidos con atención por la gente de cine.

“Estamos preocupados porque no se entiende, vienen mensajes de que la cosa no va a cambiar, esperemos que así sea, pero vamos a tener que estar bien atentos para que sea de esa manera, porque sino se va a complicar”, aseguró, antes de recibir el aplauso de la platea.

Graciela Borges aseguró “estuve toda la noche y lo que va del día muy emocionada por el hecho de que hace mucho tiempo no veía a Lucrecia, que es para todos nosotros alguien a quien todas las que estamos acá amamos, el amor profundo que nos hizo seguir dando al cine”.

“Es una directora absolutamente genial, compañera, y de la que hemos aprendido tanto”, dijo la actriz que en su larga carrera fue dirigida por Leopoldo Torre Nilsson, Manuel Antín, Leonardo Favio, Raúl de la Torre, Jorge Polaco, Nicolás Sarquís, Alejandro Doria y Luis Ortega, entre otros.

Martel propuso a las invitadas hablar sobre distintos temas referidos a la profesión de actriz, como por ejemplo el concepto de verdad en su trabajo, la legitimidad que debe sentir una actriz para transmitir lo más genuino del personaje, para que una situación sea creíble.

El recorrido fue muy amplio, y abarcó desde experiencias personales, en especial de Borges, que tiene medio centenar de largometrajes en su haber y una variedad de cineastas que la convierten en una de las actrices argentinas más prolíficas, hasta constantes que suelen darse en el cine, como cuando tienen que protagonizar escenas de fuerte contenido erótico, a las que la cineasta se mostró resistente, en tanto y en cuanto explicó no tengan justificación.

Martel contó que cuando era alumna del CERC (la actual Enerc) le tocó en una materia interpretar una escena en la que una hermana le contaba a la otra que acababa de recibir una beca y que por ese motivo la segunda debía quedarse a cargo de su madre, y que después de decírselo y reiterárselo su compañera de clase mostró seguir resistiendo.

“Me puso mal esa situación, y me dieron ganas de pegarle… Fue esa situación la que me dejó en claro que yo no podía ser actriz. Creo que para ser actor hay que ser un poco demente”, dijo Martel en referencia a la capacidad de los actores de convertirse en personajes, un tema que por lo visto le apasiona.

La cineasta demostró con sus temas y preguntas querer entender mejor a las actrices, un enigma que apasiona a directores porque es a la vez parte sustancial de un don que cada una de las invitadas demostró tener en películas que han dado la vuelta al mundo.

Antes de finalizar el encuentro, que se extendió por hora y media y abarcó muchos temas, Martel reflexionó en voz alta: “La gran industria del cine no existe en nuestro idioma y reflexionar acerca de esto requeriría otras instancias… Me parece que la lengua es un derecho humano, y creo que no se está apreciando el idioma como un derecho”.

Y casi fuera de contexto, pero evidentemente porque es un tema que le preocupa, agregó: “En el Talent Campus de Berlín vi a unos chicos malayos, que tenían en carpeta un proyecto, discutiendo entre ellos en vistas a una charla con un productor o con productores occidentales, si no les convenía hacer su película en inglés en vez de en malayo… Lo digo porque parece que eso empuja a nuestra industria desde un lugar legitimado por el mercado, y es terrible”, dijo antes de recibir el aplauso final de los presentes.

“Zama”, el último y largamente esperado filme de Martel, que se estrenará el 6 de junio, cuenta la historia de Don Diego de Zama, interpretado por Daniel Giménez Cacho, un oficial español del siglo XVII asentado en Asunción, que espera su transferencia a Buenos Aires.

– Télam

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