Nuestra Madre Tierra está en terapia intensiva, sin embargo la seguimos dañando con nuestro accionar egoísta.
Nuestro planeta está enfermo, lo enfermamos nosotros con nuestras actitudes egoístas, se manifiesta y va a seguir reclamando, responde a nuestras agresiones, como todo ser vivo que se defiende, nos devuelve lo que le hacemos. Pero nosotros con nuestra soberbia consideramos que somos sus dueños, que lejos esta apreciación, la tierra tiembla y nos hace estremecer a todos, grandes valientes, salimos corriendo a buscar refugio.
Las fuerzas naturales que tiene la Madre Tierra son ciclópeas, nadie, absolutamente nadie puede poner el pecho ante una arremetida de un huracán, un temblor, un tsunami; sin embargo el hombre depreda a más no poder: deforestación, minería, industrias derrochando grandes cantidades de agua, contaminando nuestro aire, basurales a cielo abierto etc, y sobre todo la avaricia de querer más y más, nos llevó a todo esto, sin importarnos el futuro.
Los seres humanos con nuestra conducta le dimos nacimiento a dos bebés, la Niña y el Niño (resultados del cambio climático irreversible) que juegan con parámetros del clima y hacen de las suyas.
Después de una larga sequía, el clima parece encarar un cambio. Tras casi dos años dominados por La Niña –que dejó veranos calientes y suelos secos–, El Niño estaría listo para tomar su lugar.
El Niño es generado por cambios en la temperatura de las aguas superficiales del Pacífico. Está asociado con fuertes lluvias en Sudamérica y el sur de los Estados Unidos y sequías extremas en el sudeste asiático y Australia.
Las señales del cambio climático ya están prácticamente a la vista, hasta de las personas más escépticas. Los fenómenos meteorológicos son cada vez más frecuentes y se presentan con mucha más furia.
Los llamados de atención vienen sucediendo hace mucho tiempo, pero a pocos les importa, porque valga la redundancia «los intereses» son más importantes que las vidas humanas, ahora esto viene en picada, pasan cosas en Argentina y también en todas partes del mundo, el hombre solo colaboró para que esto suceda,
El hombre es víctima y victimario, pero las responsabilidades no son todas iguales, hay que crear conciencia, pero el despertar es individual y tiene que ver con el compromiso que cada uno tiene con la Madre Tierra. Existe una realidad científica para algunos. Para otros se ponen presentes las profecías bíblicas…tristemente pareciera que será tarde cuando en realidad se quiera tomar conciencia…pero… la pregunta flota en el aire: ¿la humanidad va a responder con la celeridad necesaria ante lo urgente de los cambios que ya se están presentando?.
– Prof.Biólogo Pedro Martínez
– Víctor Hugo Guardia
Casacas Verdes
Conciencia Ambiental Tucumán
