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viernes, abril 26, 2024

¿Qué quiere el terco iraní de los pueblos latinoamericanos?

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Hace dos años, ante la prohibición de un texto de García Márquez en Irán, muy enojado le escribí a Orlando Pichardo, un importante escritor venezolano, diciéndole cómo podían tener relación con un país como Irán gobernado por semejante personaje, capaz de prohibir a un Premio Nobel latinoamericano, de negar el holocausto y de otras provocaciones.

Orlando me respondió diciéndome que Venezuela tenía relaciones diplomáticas y comerciales con 39 países, sin que ello significara algo más.

Hace unos días Hugo Chávez, al presentar el balance de su gobierno, mostró la notebook que se entregaba a los alumnos y que ya pasaba la cifra de 1.300.000.

Las computadoras, dijo, provenían de Portugal, de un gobierno de derecha y pronto, con la ayuda de Portugal, se armarían en Venezuela utilizando viejos galpones de la fuerza aérea.

Pero la pregunta es: ¿Qué viene a hacer en nuestros países Mahmud Ahmadinejad con su apellido judeo persa? Un gobernante demonizado por los EE.UU. y la prensa mundial al que ya Bush había incluido en El eje del mal.

¿Por qué se entrevista con Fidel Castro días después que Fidel advirtiera sobre el peligro inminente de una guerra mundial y previniera sobre la destrucción del planeta a manos del capitalismo salvaje?

Vamos a conceder que fue llevado por la admiración a Fidel, pero a Cuba, a Ecuador y demás países nuestros no lo lleva la misma música ni el mismo sentimiento. Quizá este personaje que en una sentada (1) sobre el estrecho de Ormuz, puede cambiar la marcha del mundo, sepa mucho más de lo que dice.

No es difícil, los EE.UU. siempre estuvieron en guerra, siempre invadiendo, Corea, Vietnam, Camboya, Laos, Irak, Afganistán, Libia, por no mencionar las múltiples invasiones a países latinoamericanos, ni ser el monje gris de los golpes de estado más sangrientos, Chile y Argentina entre otros, ¿por qué no va a intentar invadir a Irán? Tal vez no se hable, como en el caso de Irak, de armas químicas, pero el programa nuclear iraní, esa verba exacerbada y la antipática pose de malevo a la violeta, son un buen pretexto.

Vaya uno a saber qué puede pasar por la cabeza de este tipo que, sin corbata, desaliñado, parece un compadrito jodón de Mataderos, uno más de la barra de la esquina y el que convoca en la mesa de cualquier bar a otros intencionados en arreglar el mundo. ¿Qué tango feroz lo lleva en una corrida y una quebrada a esta gira que dejaría perplejo al mismo Discépolo?

Pensemos en los EE.UU. capaz de enviar a la muerte a miles y miles de jóvenes, año tras año, década tras década, “en el 510 y en el 2000 también”, sin que el pueblo norteamericano vea en ello nada capaz de inquietarlo siquiera, como parte de una cultura muy arraigada que hace sentir orgullo a las madres por sus hijos muertos.

Nunca demonizaron a Trujillo, ni a Somoza, ni a Stroessner, ni a Duvalier y menos a Videla o Pinochet, pero sí a Correa, a Chávez y ahora echaron a la cónsul venezolana -¡chispas!-. Esta peli ya la vimos y sabemos que tanto Venezuela como Irán poseen las mayores reservas de petróleo y ¡ojo! Argentina de agua.

Los EE.UU. no se metieron con la Unión Soviética, ni con China, pero sí con El Salvador, República Dominicana o Nicaragua. ¿No debemos pensar que la situación, como dijo Fidel Castro, es sumamente peligrosa? ¿Acaso Europa, como Inglaterra y los EE.UU., no resolvió siempre sus crisis a costa de los países latinoamericanos? ¿No es conveniente tener aliados, sean o no temibles? Mahmud, quizá consciente de “que el mundo fue y será una porquería” no deje de lado sus provocaciones acaso mal traducidas por una prensa cómplice del imperio, pero sabe que el siglo es “un despliegue de maldad insolente”. No por nada él se acerca a nosotros, algo sabe, se huele o palpita y nadie quiere bailar solo. Quizás deje atrás sus bravuconadas electoralistas o no, las mismas que podrían surgir de algún componente de la barra de la esquina, y quiera bailar el tango con nosotros, las otras posibles víctimas del imperio.

Han echado a una diplomática venezolana, han asesinado a un científico iraní y si atacan Irán, poco costará atacar Venezuela. Los argentinos, que siempre hemos bailado con la más fea, debemos reconocer ¡ya es hora! que están tocando nuestra canción.

A buscar petróleo o agua no va a venir la familia Ingalls. Seguramente ya estén en nuestros países, en nuestros ministerios o fuerzas armadas, los embajadores de la guerra. ¿Los envían los fabricantes de armas, el Pentágono o la ambición que siempre los caracterizó? Poco importa, en la Argentina algunos se estarán frotando las manos creando divisiones, lockouts patronales, enviando a los incautos a comprar dólares e intentando reunir a una oposición muy capaz de aliarse al enemigo mientras los distraídos de siempre protestan y critican un autoritarismo inexistente que debiera revisarse ante la feroz oposición de la oligarquía capaz de comprar voluntades, parir traidores y desear hacer crecer esa condición de cipayos vende patria que tuvieron siempre.

Creo firmemente que el momento es crítico. Creo que debemos dejar de lado diferencias ideológicas, metódicas o semánticas y rodear a la Patria como si fuera una novia pronta a ser arrebatada en un trágico dos por cuatro de un nefasto bailarín.

Los enemigos están en el norte, dentro de nuestra patria y en el sur. No por nada las embestidas de Londres en estos días a propósito de Malvinas. El mundo está por bailar un tango de fantasía, un tango cuya corrida nadie sabe dónde pueda finalizar.

Julio Carabelli

Escritor

(1) La sentada, la corrida y la quebrada, son pasos de baile del tango (figuras) y las frases entre comillas son del tango Cambalache de Enrique Santos Discépolo.

– San Miguel de Tucumán, República Argentina – 15 de enero 2012-

1 COMENTARIO

  1. La zoncera que le faltó escribir a Jauretche
    entraría en este artículo. Nunca antes en mi vida vi tanta xenofobia, tanta desverguenza al referirse hacia otra persona. Copio y pego del artículo que pretende ser periodístico: “¿Qué viene a hacer en nuestros países Mahmud Ahmadinejad con su apellido judeo persa?” Otra: “sin corbata, desaliñado, parece un compadrito jodón de Mataderos, uno más de la barra de la esquina”
    No se si pensar que este medio se fue tanto a la izquierda y terminó dándose toda la vuelta hasta llegar a la derecha, o si está al costado derecho de cualquier ser humano. Miren no se, pero la verdad me decepcioné, y con decir bastante soy generosa.

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