Jueves 30 de agosto a las 21:30 hs. en el Teatro de La Fundación. 7º Circuito Nacional de Teatro Hacia El Bicentenario de la Independencia: Salta Late Alto 2012.
Se nos va la vida
– Por Adriana Pica (Integra Generación Crítica)
Albert Anglada, técnico de luces y sonidos, se vio muy contento con el gran éxito que tuvo esta puesta. La obra está protagonizada por Pako Merino y Diego Lorca, dos grandes actores.
Ellos son de España, vinieron a nuestro país a presentar EXITUS, estuvieron en Buenos Aires, Rosario, Jujuy y en Salta. Diego remarca en la entrevista que tuvo con Romina Chávez Díaz (Coordinadora de Generación Critica) lo siguiente: “Estamos lejos de casa por poco tiempo. A veces la gente está en su ciudad y tiene poco contacto con la familia. Las relaciones son más intensas cuando sabes que el otro estará ausente un fin de semana. En este caso un poco más… Nuestro modo de vida es este. Y vale la pena”.
Se ve reflejado en ellos, el amor que sienten y tienen al realizar esta obra. En un video de internet resaltan que les gusta encontrar la parte dramática que les interesa contar de sus historias, y hablan de lo desconocido. Diego dice: “Lo más sorprendente es cómo hay gente que lucha tanto por contradecir la muerte”. Su trabajo tiene mucho realismo, no es necesario encasillarlo porque está puesto sobre la mesa y tiene una lógica dramática.
La obra trata sobre la muerte y muestra de todo un poco, la relación de hermanos que viven lejos, la preocupación por el trabajo, la crisis que es tal cual lo dicen “La gente se tiene que buscar la vida”, y la importancia de “asegurar” a alguien ante algún hecho terminal. Pese 
a que es humorístico, con tan sólo imaginar la situación es triste porque las personas enfermas necesitan estar tranquilas y tienen tanto peso encima que sólo se dan por vencidos, muchas veces pasa cuando un hermano o algún familiar tiene que cuidar de esa persona pero no tiene tiempo y le pesan muchas cosas. Frente a eso, los que sufren se muestran felices para no preocupar a nadie.
Muchos de nosotros hoy en día no valoramos lo que tenemos y a veces se empieza a hacerlo cuando se está al borde de la muerte; es una pena tener que llegar a esas instancias para abrir los ojos. Uno de los personajes, el funerario, ama su trabajo y muestra que a pesar de todo siempre se tiene que estar “despierto” aunque el resto se haya “dormido”. La problemática hoy en día es el trabajo.
Es una obra magnífica, está muy bien sincronizada y sólo son dos personas que toman cuatro papeles, entre los principales.
Exitus es atrapante.
La vida no se compra
– Por Rocío Alfaro (Integra Generación Crítica)
Exitus: término latino que significa “salida” y se emplea en medicina como simplificación de la expresión más correcta Exitus Letalis, que significa “salida mortal”.
“Exitus” es una tragicomedia, en la que la muerte está presente en forma continua. Compuesta por cuatro personajes principales, dos interpretados por Diego Lorca (un funerario y un directivo de laboratorio farmacéutico) y otros dos por Pako Merino ( un hombre en busca de empleo y un abogado).
La escenografía se transforma en una oficina, un laboratorio, una habitación… y ayuda a reconocer e interpretar mejor las situaciones de cada uno de los personajes: el cliente exasperante, el hombre en busca de empleo, el abogado (Esteban) que no deja el teléfono y su hermano (Chavi) que se preocupa porque le parece que aquel no está el tiempo necesario con su familia.
La obra tiene una contradicción: el directivo del laboratorio quien al principio ofrece un medicamento para “vivir más”, tiene una enfermedad terminal.
Los actores recibieron un merecido aplauso del público.
Los principios del fin
– Por César Canchi (Integra GC)
Escrita, dirigida e interpretada por dos grandes actores: Diego Lorca y Pako Merino.
El dúo oriundo de España, deslumbra con su obra. Esta también refleja la problemática de este país. Los efectos visuales acompañaron muy bien el cambio de escenas.
Con una gran escenografía y pocos elementos tejen una historia cautivante.
¿Cuánto vale un año de vida?
– Por Romina Chávez Díaz (Crítica-Periodista, Coordinadora del Proyecto GC)
La españolísima puesta de “Exitus” se presentó durante dos noches en Salta (miércoles 29 y jueves 30 de agosto en La Fundación Salta) a sala llena. La recepción de la obra fue increíble puesto que el público aplaudió un trabajo formidable realizado no sólo por los protagónicos de Pako Merino (Jaime y Esteban, el abogado) y Diego Lorca (Sr. Asencio y Chavi) sino también por el trabajo 
técnico de Albert Angala.
Pako y Diego despliegan dos historias centrales: las de dos hermanos y su reencuentro y la de dos funerarios que practican la Tanatopraxia. Cada uno interpreta de manera sobresaliente dos personajes para luego desarrollar una suerte de “muestrario” de los prototípicos personajillos que asisten a los velorios. El paso de uno a otro, propone un marcado dinamismo y un juego compositivo de excelente ritmo. La perfecta iluminación los ubica en múltiples espacios y logra crear la atmósfera deseada.
La fuerza dramatúrgica de la obra está puesta en el tratamiento temático de un planteo tan delicado como esquivo. La inexorabilidad de la muerte trae consigo un humor de situaciones por el que los espectadores atraviesan estados diferentes: rechazo, temor, aceptación.
Las historias suceden de manera intercalada y se entrelazan a partir de la primera escena en la que Chavi (Lorca) ofrece un medicamento oncológico “milagroso” al tiempo que se descompensa. Jaime (Merino) se presenta en la entrevista con su jefe como un trabajador flexible, dinámico, adaptable; por ello mismo y casi como material de desecho, lo trasladan a Servicios Municipales donde verá de cara a la muerte. Su compañero de “defunción” enseña el oficio a Jaime con cierto humor negro que el público reconoce y disfruta: “no le deseo el mal a nadie pero espero que no me falte el trabajo”, es una frase del funerario por el cual se observa la tremenda problemática de la necesidad de trabajo en un contexto de crisis. Alguien debe morir para que otros vivan, podría ser la reflexión. Por otro lado, Chavi y Esteban, los hermanos, plantean la baja calidad de vida que mantienen fruto del estrés del trabajo que no les deja tiempo para los afectos. Chavi se está muriendo y ese es uno de los procesos dramáticos más intensos. Al mismo tiempo, el abogado prepara el testamento de Asencio… otro enlace que genera la obra que el mismo grupo escribe y dirige. La simultaneidad de situaciones lograda con el complejo dispositivo escénico conlleva un trabajo artístico de notable exigencia compositiva.
El elenco juega con el límite de lo soportable en dosis equilibradas. La tensión se mantiene en un thriller conmovedor que dispara la evocación de recuerdos personales. Todos hemos estado en alguna de esas situaciones. Pude recordar el momento de la cremación de mi madre, por el que en una gélida tarde desolada junto a mis dos hijos, le dábamos el último adiós. Con las cenizas entre las manos, como Esteban con las de su hermano, recorríamos lo inexplicable como la perfecta combinación de luces y sombras. Esa voluntad final de quien parte queda en manos nuestras y se convierte en el único sentido posible. Nadie sabe qué sucederá horas después y cómo transitará la angustia. Es un paroxístico instante eterno que resume una vida donde nos caen todas las fichas a la vez. Y sólo se habla de ello cuando alguien se “anima” a tocar el tema.
“En Francia se vive y se muere mejor”, dice Diego como el funerario que sostiene su humor todo el tiempo, personaje poco llevado a la escena y del cual esta dupla explota al máximo sus posibilidades teatrales, como cuando Jaime afeita al difunto…
Interrogantes sobre cómo prolongar la existencia, cómo cuidar a nuestros enfermos, cómo aceptar el trabajo y no “morir” en el intento y cómo mejorar la calidad de vida y estar más tiempo con nuestros seres queridos, flotan en la discursividad del texto con la necesidad de abrir la reflexión sobre qué estamos haciendo, cómo estamos viviendo y cómo deseamos terminar. Los negocios con la muerte y a partir de ella, también es un aspecto desarrollado por el grupo español.
Como la desubicación del público con los celulares es materia recurrente y se ha convertido en una especie de necesidad básica por la que desconectarse unos minutos pareciera imposible, el elenco, no duda en hacer una lectura sígnica de vital actualidad al punto de convertirlo casi en un siniestro dispositivo portátil. El celular no es un aparatito más en la propuesta titzínica. Es un arma que serrucha el diálogo y suena en el momento menos pensado…
Para finalizar, voy a tomar una frase que expresó mi hijo al término de la obra: “vienen de tan lejos y siendo muy buenos, muestran una humildad increíble…estos tipos son unos monstruos”.
¿Quiénes somos?
Generación Crítica (GC) es un Proyecto del INT Salta destinado a la formación de jóvenes críticos, estudiantes de colegios secundarios públicos de Salta. Cristina Idiarte me lanzó la iniciativa durante el 2011 y se concretó en marzo de 2012 de formar un grupo de chicos que se animen a producir este tipo de discurso sobre una práctica poco frecuente. Incluidos dentro de un proyecto más grande como es Escuela de Espectadores, nació este equipo con el objetivo de revitalizar la escena teatral. Quien comprende el significado de la crítica, sabe que a través de ella, lo efímero del teatro se convierte en palabras que actualizan de manera trascendental, el significado de lo dramático como texto espectacular. La conciencia crítica no sólo se despierta con la lectura de textos literarios sino con la semiosis que se logra sobre la materia significante que se desprende de toda obra de arte.
¿Quiénes son?
Albert, Diego y Pako son unos simpáticos muchachos que conservan su humildad y van por el mundo mostrando su profesión. En Salta, en compañía de Andrea Di Salvo y de Beto, su esposo, recorrieron algunos lugares de la ciudad y compraron regalos para llevar a Barcelona. En una cálida despedida con un “los extrañeremos”, Titzina partió para continuar con su gira.
Horas antes, nos sacamos una foto para el recuerdo. (Albert Angala, Diego Lorca, Adriana Pica, Emil Rodríguez, Romina, César Canchi, Brenda Godoy, Rocío Alfaro, Cristina Idiarte y Pako Merino).
– Fotos tomadas por Salta 21.
– Notas relacionadas:
Amar: un camino de ida… Jugosa propuesta de Alejandro Catalán
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Imperfecta, ¡Oh! Siete piezas de teatro danza sobre la desolación
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Osqui Guzmán en Salta: el Julio Bocca de la escena teatral argentina
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Apertura en Salta del 7º Circuito Nacional de Teatro Late Alto 2012
https://www.salta21.com/Apertura-en-Salta-del-7o-Circuito.html
“Exitus”: el teatro de España llega a Salta con el sello Titzina
https://www.salta21.com/Exitus-el-teatro-de-Espana-llega-a.html
