El presbítero Raúl Méndez ofició ayer una misa en la catedral en honor al ex presidente Alfonsín. Luego se rezó un responso. Al final hubo aplausos. Los radicales dieron una vuelta alrededor de la plaza al grito de ¡Alfonsín, lucharemos hasta el fin!
La misa se celebró en el templo mayor del catolicismo salteño a partir de las 19. Los bancos de la amplia iglesia lucían colmados y había también gente parada en las naves laterales.
El presbítero Raúl Méndez celebró el oficio con un tono sereno y reflexivo. Cuando llegó a la parte en la que se alude a los fieles difuntos hizo una mención especial al presidente Alfonsín.
Al término de la misa en el costado donde se encuentra la imagen del señor del Milagro se rezó un responso, y se escuchó el canto de una soprano. Entonces Méndez dijo que Alfonsín hizo su aporte durante la reforma de la Constitución para que se incluya en su texto la protección de la vida desde su concepción. Ligó tal actitud con los valores cristianos y hubo calidez en los conceptos que virtió sobre el primer presidente democrático tras la última dictadura.
De este modo la iglesia salteña pareció cerrar una vieja herida que la enfrentó al líder radical fallecido cuando llegó a sacar las imágenes del Señor y la Virgen del Milagro en la campaña contra el divorcio que finalmente se legalizó en el país en su gestión presidencial.
Entre los asistentes estaban los dirigentes radicales José María Farizano y Matías Assenato, el líder del Partido Propuesta Salteña (PPS) Ricardo Gómez Diez, y el rector de la Universidad Católica de Salta Alfredo Puig.
En diálogo con Salta 21 Puig trazó un perfil de Alfonsín como un hombre de una talla singular que realizó una gran contribución para el renacer de la democracia en el país.
Desde la tarde se había desplegado frente a la catedral una enorme bandera radical. Al término del oficio, cuando ya había anochecido, los militantes de la UCR dieron una vuelta a la Plaza con cánticos y vivas en honor de Raúl Ricardo Alfonsín. ¡Alfonsín, Alfonsín, lucharemos hasta el fin!, cantaban.
De regreso al frente de la catedral permanecieron allí unos minutos. Farizano refirió el contenido de un mensaje de texto que había recibido. Este decía: Alfonsín falleció, ¡no dejemos que muera!
Sin duda que en el alma de los radicales y en el recuerdo de muchos argentinos Alfonsín seguirá vivo.