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viernes, marzo 29, 2024

Valoración educativa: ¿calidad o cantidad?, ¿los cursos o el aula?

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El miércoles se analizará en las escuelas la resolución 805 sobre la valoración de antecedentes, a pedido de la Asamblea Provincial Docente. Cuatro docentes enviaron a Salta 21 esta nota para su discusión y reflexión, intercambio y difusión.

Propuesta global a tener en cuenta para la reformulación de antecedentes

Antes de analizar la resolución 805 resulta necesario plantear lo siguiente:

Cualquier propuesta de reforma que se realice se enfrenta con lo que sucede efectivamente en el campo educativo. La modificación de realidades que hoy nos rebelan no depende exclusivamente de los docentes, ni de los miembros de la Junta Calificadora de Méritos y Disciplina sino de lo que se permite o no en el marco de la política educativa imperante.

Es decir, si se concibe la educación como un negocio y se privilegia la cantidad sobre la calidad, tiene más puntaje quien más certificados de cursos, posgrados, postítulos, diplomaturas, especializaciones, etc. haya realizado independientemente de la transposición educativa que pudiera realizar.

Si a esto le sumamos que en la actualidad la oferta de capacitación gratuita es escasa, hace más cursos quien tiene mayor poder adquisitivo, en detrimento de la tan mentada igualdad de oportunidades.

Por otra parte, muchos institutos privados han abierto carreras de formación docente que no cumplen los requisitos mínimos exigidos y pese a ello cuentan con el aval del Ministerio de Educación; así tenemos carreras que sólo se dictan los fines de semana o que entregan un título con múltiples incumbencias menoscabando la calidad educativa.

Por otro lado, también esto se choca con un elemento primordial a tener en cuenta cada vez que se realiza una valoración: la subjetividad del evaluador. Esto teniendo en cuenta que el desempeño profesional se califica en función del concepto que realizan personas con su carga de subjetividades.

Jornadas como las propuestas para replantear cuánto se sube o se baja en la valoración de un docente corre el riesgo de enfrentar a los colegas en función de intereses particulares, perdiéndose de vista una transformación de fondo que valore la calidad sobre la cantidad.

Hechas estas aclaraciones creemos que se debería cambiar la lógica con que se propone la evaluación de antecedentes. Pensar en un sistema que visualice la valoración total como un todo al cual se le asigna un puntaje total que se conforma con la sumatoria de los ítems.

Desde nuestro punto de vista, consideramos que existen cuatro ejes fundamentales: Titulo de Base; Formación docente continua; Desempeño profesional, Antigüedad y Residencia, cada uno con sus sub ítems.

A cada uno de los ejes propuestos se le asignará un porcentaje que refleje la importancia que tiene en la valoración total.

De esta manera, podemos graficar lo antes expresado como sigue:

A modo de sugerencia y en respuesta a los interrogantes que nos hacemos respecto a cuánto importa el título, la experiencia áulica, la antigüedad o la capacitación en nuestra formación total creemos que el Título de base incide en un 25%, la Formación Docente Continua representa un 30%, el desempeño profesional 20%, la antigüedad 20% y la residencia un 5%.

Sentimos que la manera en que se nos clasifica actualmente ha contribuido a fortalecer el negociado que institutos y fundaciones privadas realizan con algo tan importante como nuestra capacitación continua.

Se ha sobrevalorado el puntaje que se obtiene en cursos de capacitación mientras se califica escuetamente nuestra permanencia en el sistema o nuestro desempeño áulico. Esta propuesta pretende cambiar la lógica de la calificación profesional, propiciando que la equidad y la igualdad de oportunidades sean más que expresiones de deseo en discursos electorales.

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