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jueves, marzo 28, 2024

El excelente trío “Luminar”

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En el caso del notable Trio Luminar, cuyo nombre precisamente tiene que ver con la influencia de la luz como contraposición a su ausencia o sea la oscuridad, los aspectos señalados son la base de un grupo de cámara que enaltece al país.

Patricia Da Dalt (flauta). Marcela Magin (viola). Lucrecia Jancsa (arpa). Obras de Mozart, Ibert, Debussy, Moreno Buendía, Jolivet. Hotel Provincial. Ciclo del Mozarteum Argentino Filial Salta.

La música de cámara, en mi modesta opinión, no tiene términos medios. Te llega o no. Por supuesto hacen falta algunas características como ser, calidad y talento de sus ejecutantes, un repertorio de cierta amplitud en el tiempo y fundamentalmente una predisposición del oyente. Tal vez haya mas, pero estos aspectos son básicos. En el caso del notable Trio Luminar, cuyo nombre precisamente tiene que ver con la influencia de la luz como contraposición a su ausencia o sea la oscuridad, los aspectos señalados son la base de un grupo de cámara que enaltece al país.

Las intérpretes eligieron para esta presentación salteña, un repertorio referido a los siglos XVIII, XIX y XX. Fue dicho con cohesión, producto de un gran trabajo previo, aprovechando una circunstancia particular: la formación no es frecuente, pero si tengo en cuenta la sonoridad y a pesar de la insalvable distancia tímbrica, pareciera una conjunción de violín, viola y piano, aunque el arpa tenga recatadas posibilidades en comparación con el instrumento nombrado al último.

Su toque es refinado, cuidadoso, buscando permanentemente decir que lo importante es la homogeneidad y no el talento natural de cada integrante por separado. Trataré de encontrar los puntos mas altos de una actuación impecable. La sonata de Mozart original para violín y viola y enriquecida por el arreglo del húngaro D’antalffy fue el inicio que contiene dentro un adorable solo de la viola de Magín. Luego dos breves Interludios del francés Ibert que termina sin embargo, en un tramo netamente ibérico. También estuvo una Sonata de otro francés, Debussy, cargada de trazos evanescentes, característica propia del “impresionismo” donde lució Da Dalt.

Después una hermosa Suite Española de Moreno Buendía estupendamente construida no obstante lo cual impresionó con una breve y significativa escala ascendente en el final de la Fantasía a cargo del arpa de Jancsa más una atractiva Danza y un Rondó final que daba la sensación de caminar por la avenida frente a la casa de Sorrolla en Madrid. Para terminar una Pequeña Suite de Jolivet que transita un impresionismo tardío, por momentos con música juglaresca en una estructura enjundiosa y compleja. En suma: un placer.

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