En Salta se presentó en el teatro del Huerto el viernes 16 y sábado 17 a La Moro (transformista), la vedette que podría estar a la altura de cualquiera de las grandes artistas de La Revista Porteña, y a Evangelina Anderson, una de las preferidas por Sofovich. La Moro, fue el centro de atención por el físico escultórico, la coreografía y la soltura con el público. La gran sorpresa fue la actuación de dos actores con los personajes consagrados por el público salteño: Martínez -Oscar Muñoz- y el senador -Danny Veleizán- en la saga famosa del escritor Rafael Monti. Evangelina Anderson reemplazó a Mariela Montero.
Llamó la atención la escasa concurrencia de público que se vio reflejada en butacas vacías. ¿Poca publicidad? ¿Alto costo de la entrada -30 pesos-?
Los actores Danny Veleizán y Oscar Muñoz le pusieron al espectáculo el condimento humorístico y aludieron a los malos políticos salteños en sus diálogos y en su representación en tono paródico del ministerio de Gobierno. Considero esto como lo mejor de la comedia de Monti, y en la última versión titulada Martínez y el senador 2006… la política no se mancha la salteña Mariela Montero, protagonista de Gran Hermano Edición 2007 realizó el papel que interpretara Evangelina Anderson en este Music Hall, con algunos cambios pero en la misma tónica.
El espectáculo -que se centró en la comedia de Martínez y el Senador- considero que lejos ronda de un Music Hall salvo por algunas coreografías realizadas por Danza Jazz Ballet (de Iván Barrientos) y por supuesto con intervalos de dancers. Las presentaciones de La Moro y Evangelina Anderson estuvieron muy bien, pero insisto en que La Moro tiene innatas cualidades “vedettinas” y que Evangelina es una modelo con cualidades actorales.
Tenemos que reconocer algo fundamental de este espectáculo: la gestación de una Revista salteña. En este sentido, el espectáculo pasa a otro plano, no importa tanto la comercialidad del producto sino lo que genera. Esto es posible porque desde hace varios años Monti viene trabajando con el vodevil, género cómico de tono liviano.
En el 2002 se presenta ¿Qué cenamos senador? Y aquí surge la dupla Martínez y el Senador; se repone con éxito de público, luego nace su continuidad Martínez y el senador la fórmula del humor, que vuelve a ser éxito durante el 2004 y parte del 2005 y su última… la política no se mancha.
No debemos olvidar tampoco la obra El Piloto -una comedia de alto vuelo de Omar Pizzorno-, estrenada en el 2005 y repuesta durante el 2006, comedia que generó un impacto en el público. Aquí también aparecen mujeres sueltas de ropa pero sobre todo dos actores que sostienen la obra: Gustavo García y María Laura Malap, esta última única en su género puesto que es comediante de raza y como alguna vez lo sostuve: “se mueve como pez en el agua”.
Tanto Pizzorno como Rafael, han provocado esta especie de llamada a la revista, esta búsqueda de un género que se precipita y se pretende asentar en Salta y espero que tenga sus propios matices.
Años atrás fueron éxito dos comedias que no se pueden dejar de citar: Taxi compartido y ¿Vienes por el aviso? Quienes han participado de la primera, no puede olvidar lo que generó y lo que significó hacerla. Estas dos comedias marcaron una especie de hito, se vio también el rédito económico y muchos de estos artistas continúan trabajando en este tipo de espectáculos con reminiscencias del Gran Show Gran.
También recuerdo que Rafael me comentara en una oportunidad que sus “locas ideas” aún no eran para un público tradicionalista como el que tenemos pero que insistiría, en su costado artístico fuerte-aunque no único- con traer el music hall, la revista y el humor esplendoroso. De la misma manera, Pizzorno sueña con un hacer su propia comedia musical y me refirió en algún momento que está preparando todos los cartuchos para escribirla y representarla.
El Music Hall en Salta me resulta importante porque se realizó una propuesta diferente en la que participaron los artistas de Salta y Buenos Aires. El próximo paso, será la Revista Salteña o la Comedia Musical de Alto Vuelo que prometen romper las estructuras prejuiciosas de las mentes provincianas.
También fueron motivantes los esketchs de La Moro como especie de capo-cómico y la imitación a Moria Casán -la Venus de la revista porteña- fue divertida. En este punto, hay como una especie de cliché del humor. Pedir a una pareja o personas que suban al escenario y hagan el grito del orgasmo es un tanto repetitiva, quizá llame la atención todavía pero en Mendoza, en un boliche gay céntrico, está la misma “fórmula del humor”. Claro que La Moro, el personaje logrado por el transformista, es una diva bien dotada.
Créditos para este artista aunque lamentablemente, no podrá ni escuchar el orgasmo toba ni ver a un toba. En el Gran Buenos Aires, pese a la escalada tecnológica y a la saturación de la información, aún se piensa en ver a los salteños “emplumados”. No importa, esto alimenta el tour de compras, se imagina que se puede hacer el amor con un indio-a y creen que por el centro andan los que quedan de la cultura aborigen.
Los aborígenes aquí sufrieron injusticias y marginalidad y para encontrarlos hay que meterse en el barro y la pobreza.
Por su parte, Anderson realizó el personaje que alguna vez hiciera Mariela Montero, ahora en la Casa de Gran Hermano. Se hicieron alusiones a la participación de la salteña en Telefé. Y se sabe de la presencia de Intrusos en Salta el próximo martes para entrevistarse con los ex compañeros de Montero en la comedia montiana.
Y otra vez Veleizán y Muñoz como el Senador y Martínez, respectivamente, hicieron de las suyas y sacaron risas a los espectadores. La dupla es cómica y por qué no, el clásico de la comedia de los últimos años.
Llamó la atención la escasa concurrencia de público que se vio reflejada en butacas vacías. ¿Poca publicidad? ¿Alto costo de la entrada -30 pesos-? Quizá, la producción no atinó a resolver que la prensa es el mejor auspicio para el público y que debieron abrir el juego la primera noche. Un espectáculo que propone Gran Show Gran no puede dejar fuera a la prensa el primer día. En este punto, están tan atrasados como algunos grupos de Teatro de Salta, niegan la crítica y no dan crédito más que para publicitar.
Pero aplaudimos la creación, el trabajo, la proyección y la federalización cultural. Punto a favor del teatro de Salta que se mueve casi en la indigencia. En Salta nadie vive de la actuación: con esto soñamos cada vez más.