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viernes, abril 26, 2024

Ni Martel pudo imaginar la Ciénaga de Romero y Urtubey

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Romero, Urtubey, la clase política y la institución judicial de Salta se hunden lenta pero inexorablemente en una trama que revela corrupción, complicidad, ambición y saqueo, en un proceso que a nivel simbólico y artístico profetizó el talento cinematográfico de Lucrecia Martel.

La Ciénaga es considerada la obra más notable de la cineasta salteña y alcanzó merecido reconocimiento entre los amantes del buen cine a nivel mundial. En el filme una burguesía decadente –representada por una familia tradicional de grandes recursos económicos pero de creciente miseria humana- se hunde en un lodazal de vicios, odios y descontrol. Lo asordinado del drama y la inexorabilidad de los acontecimientos no hacen más que potenciar la angustia y la desesperación.

La disputa política entre Juan Carlos Romero y Juan Manuel Urtubey abrió una grieta en la relación íntima e intimidante que liga –más allá de falsas peleas simuladas pour la galerie- a los dos máximos representantes del poder político y económico de sendos grupos que dominan Salta: los millonarios que emergieron –en algún caso sospechados de acumular dinero a través del narcotráfico- en el último cuarto del siglo pasado y la casta tradicional de los terratenientes –en muchos casos venidos a menos- que heredaron el patrimonio producido por el saqueo colonial. La derecha ultraliberal de Romero y la derecha neofascista de Urtubey tienen un mismo dios: el dinero.

hi_6-131.jpgAnte la amenaza del ex gobernador de volver a retomar el control del poder político provincial fue revelado un oscuro negociado con tierras en La Ciénaga, que a través de una ingeniería corrupta pergeñada desde el gobierno de Romero fueron a parar el patrimonio del megamillonario. Y esto es difundido y explotado con la evidente finalidad de hundir definitivamente el empresario.

Pero la jugada, que parece generada en las cercanías de Urtubey, no mancha solamente al ex gobernador, sino al actual residente de finca Las Costas. Ocurre que él mismo comenzó su carrera cobijado por Romero e integró su gobierno. Las personas que aparecen como denunciantes y las que motorizan la acción penal tienen o tuvieron relación con el actual gobernador, y entra los implicados aparecen funcionarios del gobierno actual.

Romero se va hundiendo en la Ciénaga de un caso de corrupción que a diferencia de muchos otros –la mayoría de ellos denunciados casi sin repercusión en otros medios por el infatigable y recordado Sergio Poma- alcanza una celeridad de difusión y de avance en el planteo judicial sin precedentes, al ritmo de las necesidades políticas de una campaña que demasiado pronto se puso al rojo vivo.

Pero el lodo salpica también a Juan Manuel Urtubey, quien fue discípulo, socio político y cómplice de una política que con total impunidad malversó el patrimonio de los salteños, y entregó el banco Provincia, la empresa de Energía, la empresa de Aguas, Salta Forestal, el Instituto de Seguros, los archivos a Plumada, en procesos teñidos por sospechas de corrupción que sirvieron para enriquecer a gobernantes y a empresarios inescrupulosos al tiempo que significaron un despojo para los salteños.

Frente a todo eso lo que se muestra hoy sobre el tapete como “el negociado de La Ciénaga” parece una pequeña mancha más al tigre insaciable del robo y la corrupción que sufrimos los salteños a manos de nuestros gobernantes. Aunque es cierto también que Al Capone, que fue un criminal de alto rango, terminó preso por no pagar impuestos. ¿Acercará finalmente este caso a Romero a la frialdad de una celda en el penal de Villa Las Rosas? Parece improbable. Los resortes de la ¿Justicia? de Salta son parte del poder que tiene el Ejecutivo de turno en sus manejos políticos y económicos y hoy esa arma la maneja Urtubey. Pero el peso de Romero lo aleja del estado de indefensión de un ladrón de gallinas.

Por eso quienes miren con esperanza hacia el poder judicial, con la expectativa de que al menos por una vez los guantes blancos se manchen y un millonario pague por sus fechorías como cualquier hijo de vecino, sin duda volverán a decepcionarse. Y la justicia, otra vez, se hundirá un poco más en La Ciénaga del desprecio y la desilusión. Aunque, claro, en esto será absolutamente imparcial: no afectará a ninguno de los dos poderosos bandos en pugna.

Esta es, de todos modos, la historia sin fin. La invasión europea a nuestra América estuvo impulsada por la búsqueda de oro, el saqueo de las tierras y el despojo a los primeros propietarios comunitarios. La mal llamada “Campaña del Desierto” fue parte de esa ambición maldita, insaciable y sanguinaria. La repartija de los territorios en la pampa como en Salta entre los “notables” de la época fue la división de un gran botín entre pocos. La entrega de Salta Forestal a Olmedo y el intento de producir soja en la reserva de Pizarro son pequeños capítulos finales de esa saga siniestra. Negociados con tierras se suceden en Orán, en San Martín y en Anta en ataque genocida e incesante a culturas ya diezmadas que vivían del monte y de la selva, en una relación sana y armoniosa con la naturaleza y que hoy son parias en los márgenes de la miseria urbana.

Funcionarios y gobernantes devienen por arte de magia en importantes terratenientes, a través de negociados con tierras o de la inversión productiva de dinero malhabido, robado al estado. En Anta empresas multinacionales acumulan fincas enormes y el caos de los catastros y las dudosas herencias engendraron oscuras apropiaciones, en una situación que Regina Barroso viene investigando y denunciando por años y que le hizo sospechar de la existencia de una mafia en Inmuebles, que habría facilitado la acción de los apropiadores, a través de información de fincas e inmuebles huérfanos de herederos o con enormes deudas en impuestos que facilitarían incluso su adquisición por vía legal o cesión gubernamental.

Esta Ciénaga es, en definitiva, tan enorme, que si volvemos a ver la peli de Lucrecia, nos parecerá apenas un recreo suave y melancólico, una especie de mundo feliz aunque decadente, muy alejado de los espectros siniestros de Pizarro, Martínez de Hoz, Roca, Olmedo, Benetton, Romero y Urtubey. La provincia de Salta, su pueblo, sería una versión desmejorada de esa “chinita carnavelera”, que se va de fiesta y vive en su mundo –con la ingenuidad y la pureza que le vienen de una cultura ancestral ajena a la ambición y la rapiña- y, aunque víctima, es también ajena (no la ve, no la entiende) a esa realidad en la que la explotan, la desprecian y la discriminan. Lo ideal sería que todos se hundan en La Ciénaga (a esta altura ninguna redención es posible para esos seres degradados) y ella vuelva a reencontrarse con su destino negado para fundar un nuevo linaje. Una película que (con los protagonistas de hoy es imposible) muestre una realidad distinta, con el color de la esperanza y la melodía de la solidaridad. Tal vez de esto quiso hablar Lucrecia en su último cortometraje -lo conocimos este año como aporte a los festejos del Bicentenario- que desconcertó a sus fans salteños.

6 COMENTARIOS

  1. Ni Martel pudo imaginar la Ciénaga de Romero y Urtubey
    HAY MIGUEL! QUISIERA PODER DECIRTE GRACIAS COMO LO DICEN TODOS LO LECTORES QUE ME ANTECEDIERON EN COMENTARIOS.- COMO ARTISTA SALTEÑA SI, MUCHAS GRACIAS POR TUS PALABRAS, COMO ORIGINARIA DEL DEPARTAMENTO DE ANTA SIENTO UNA PROFUNDA TRISTEZA PORQUE NADA SIRVE PARA ACABAR CON LA MAFIA SALTEÑA Y POR LÓGICA CONSECUENCIA CON LA INJUSTICIA QUE VIVIMOS LO ORIUNDOS DE ESE DEPARTAMENTO DE ANTA, MI TIERRA ARISCA QUE POR MÁS ARISCA QUE SEA NO PUDO ESCAPAR DE LAS PEZUÑAS DE ESTAS BESTIAS.- PERO TENGAMOS CUIDADO TANTO VOS COMO YO, DIGAMOS TODO ESTO PERO LO DIGAMOS CON UNA ACLARACIÓN: HACEN FALTAS PRUEBAS Y QUE LAS PRUEBAS NO SEAN DESVIRTUADAS O DESAPARECIDAS, PERO ADEMÁS UNA JUSTICIA JUSTA PARA DARLO COMO VERDAD.- POR LO TANTO LO MANTNGAMOS EN EL NIVEL DE “SOSPECHAS” PUES, ES UNA MAFIA Y LA MAFIA TIENE AMIGOS EN TODAS PARTES, Y TAMBIÉN QUIENES LES HACEN EL TRABAJO SUCIO DE LAS REPRESALIAS.- TE LO DIGO POR EXPERIENCIA, EN SALTA DEFENDER A LOS DÉBILES SÓLO TE TRAE COMO CONSECUECIA DOLORES DE CABEZA O TIROS QUE ACABAN CON UN HUMANO PERDIDO EN EL FONDO DE ALGUNA ACEQUIA ESCONDIDA DE LA TIERRA ARISCA.- HE VISTO DESDE MI PROFESIÓN COMO ESCRIBANA MUCHOS PERO MUCHOS HECHOS TAL VEZ PEORES QUE ESOS PERO LOS DELINCUENTES EN SALTA SIEMPRE SON PODEROSOS, Y CON ESE SUCIO PODER MANTIENEN UNA INMERECIDA CATEGORÍA DE SEÑORES Y UNA ETERNA IMPUNIDAD.-

  2. Ni Martel pudo imaginar la Ciénaga de Romero y Urtubey
    Gracias Miguel Brizuela. Como actor de teatro salteño, tus palabras me reconfortan! Felicitaciones por tu columna!! Gustavo Garcia

  3. Ni Martel pudo imaginar la Ciénaga de Romero y Urtubey
    Muy bueno Brizuela. Excelente nota. Además de la extraordinaria película de Martel , dos años antes de ese estreno se publicó una novela mía ” La Luz de la siesta ” , de ediciones el Robledal, en donde uno de los personajes dice mientras toma un café en la recova y hablando del negociado de los ingenios que se prestaron millones de pesos sin garantías cuando ya todo se caía…”Esta ciudad es una ciénaga”. En algún otro lado también se usa esa metáfora. Es decir , los artistas, malos o buenos, siempre la vemos venir. Saludos

    • De nuestros artistas sí que estamos orgullosos
      Impresionante. Cómo la decadencia que a nivel simbólico y artístico plasmó Lucrecia Martel emerge magnificada y potenciada en esta Ciénaga de Romero y Urtubey.

      ¡Y ahora aparece este dato de lo que usted, María Sola, escribió en su novela!

      Está claro que en este hundimiento general sólo el arte lúcido, honesto y profundo nos salva a los salteños de la humillación indignada y desoladora.

      Podemos estar muy orgullosos de nuestros creadores, novelistas, cineastas, pintores, teatristas: ellos son la contracara de los Olmedo, los Urtubey y los Romero, pues entregan sus afanes a una obra que no les reporta dinero y que nos enriquece a todos. Voy a buscar su novela “La luz de la siesta” para leerla.

      No es casual que la idea de trazar un paralelo entre la Ciénaga de Martel y la de Romero me la diera una de nuestras escritoras más talentosas: Liliana Bellone.

      ¡Mientras Olmedo, Romero y Urtubey nos hunden en la ciénaga oscura de la corrupción, Martel, Bellone y Sola nos elevan en la luz maravillosa del arte!

      • De nuestros artistas sí que estamos orgullosos
        ¡Oh! ¡Qué bellas palabras! Pero… ¿es que existen diferentes tipos de ”ciénegas”? Porque la Ciénega que yo conozco es ¡divina! Se comen unos pejerreyes espectaculares. Queda en Jujuy.

      • De nuestros artistas sí que estamos orgullosos
        Mu acertada la obsarvación de Bellone. Existe un antecedente de todo esto que es una novela que se llama ” Ciénaga Florida ” de una escritora francesa que se llama Rachilde y que creo recordar que sucede a principios de siglo y que trata de un magnífico huerto que produce mucho dinero y que se encuentra sobre las cloacas de París . Yo la lei hace demasiados años y releyendo mi novela un día me di cuenta que la metáfora tenía ese origen. Las cosas se guardan en el inconciente y alfloran cuando deben. Gracias Miguel por las hermosas palabras para los artistas , tan justas y necesarias para tanta gente. . Mi novela te la hago llegar . Pasame una dirección

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