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lunes, mayo 6, 2024

Alegato de Carlos Robles en contra de los originarios

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Recientemente publicó en El Tribuno una nota que lo “pinta” de cuerpo entero en donde “sale” en contra de los devastados pueblos originarios de los Valles Calchaquíes, notoria publicación en donde se refiere a “caciques sobornables” y “Caciquejos” en tono despectivo y negativo de la Cultura originaria, a los que compara con Sendero Luminoso.

La defensa que promueve Robles a favor de la devastación de las tierras de esta abandonada y perseguida comunidad, deja al descubierto sus intereses económicos y su postura fascista y de ultra derecha que envuelve su verdadera mentalidad conservadora, postura de dominación que reproduce el discurso más puerco y oficialista sobre la posesión legítima de los “blancos” sobre la tierra de las comunidades. Un texto con características decimonónicas que parece haber sido escrito en tiempos del Restaurador o de Roca. Logra escribir, en pleno siglo XXI, la antinomia civilización y barbarie.

Leamos un párrafo de la sesgada nota en donde muestra a los originarios como al “malón” del poema de Echeverría:

“… el comprador de buena fe adquiere, por ejemplo, cinco mil hectáreas sobre la base de títulos perfectos, dice la escritura.
Después de tomar posesión como corresponde, con acta de juez de paz departamental, se presenta en el campo.

Cuando la topadora toca el suelo y quiere avanzar, aparecen dos camionetas todo terreno con veinte indígenas y un cacique. Todo esto con exhibición de hachas, machetes, escopetas y revólveres de grueso calibre.

La autoridad policial brilla por su ausencia”.

La pregunta es: ¿quién vende estas tierras? ¿Quién se hace dueño de ellas para lucrarlas? Y quien las compra, ¿no sabe que pertenecen a las comunidades? ¿De qué buena fe del comprador habla este señor? ¿De la misma “buena fe” con que se produjo en diciembre de 2010 un desalojo a los diaguitas en Las Pailas? ¿Es que la historia de aquel violento desalojo se conecta directamente con esta nota publicada en El Tribuno bajo el título “Cuatreros de campos”?

Ahora Robles, co-responsable del mamarracho editorial de la obra de Adet ( ver https://www.salta21.com/Desagravio-a-la-Antologia-de.html ) se traslada a otro punto cardinal de la provincia, como buen “comprador” de tierras que mira dónde asentarse cual conquistador, pero peor aún: defiende mediante un texto de singular arcaísmo escriturario y mala literatura, la puesta de un country en estas tierras:

“Trasladamos la observancia al Sur de la Provincia. Allí el progreso, de la mano de productores pioneros, ha logrado adelantos de orgullo.
Una familia tradicional de esta zona proyecta realizar en un faldeo, aledaño a la ciudad, de extraordinaria belleza por su verdor e infraestructura, un country con todas las comodidades que exige la época, cien hectáreas listas para el alambrado perimetral, y a comenzar con la construcción. Pero en un atardecer, que se alarga hasta las primeras horas del día siguiente, se han trasladado más de doscientas familias con carpas, invitando a otros habitantes de los aledaños a invadir el predio”.

Y amenaza, no sin antes compararlos con el Sendero Luminoso que “Todos ellos y los que vengan, pasarán por la justicia penal como usurpadores”. Recordemos que Sendero Luminoso es una organización terrorista de tendencia ideológica marxista. Dice el “escritor” salteño de manera desvergonzada: “… enajenada mujer que se hace llamar Mamusca con seis o siete autodenominados caciquejos que hablan de comunidades originarias en reuniones al estilo Sendero Luminoso…”

¿No sabe este escritor que cita a Juan Carlos Dávalos para hacerlo cómplice del tufillo nazi que porta, que la palabra “aborigen” significa “sin origen” (*)? Así se expresa el “literato”: “Corzuelas, quirquinchos, chanchos del monte, charatas, base de la alimentación aborigen, van desapareciendo, y hasta el humo del palo santo espanta cada vez menos al mosquito portador de enfermedades endémicas, ya que los lugareños no tienen ánimo ni para soplar el fuego”. ¿No se puso a pensar que quienes hacen desaparecer la fauna son estos del “progreso”, los desmontadores y los empresarios testaferros que corren a los pobladores originarios de su ranchos?

El escritor y empresario Carlos Robles, de Ediciones del Robledal, hasta no hace mucho Editor de los Premios Literarios de la Secretaría de Cultura de la Provincia, del círculo de Sergio Bravo y María Eugenia Carante, presentado en sus publicaciones por Víctor Fernández Esteban, con obras analizadas por una afamada académica de las Letras, Amelia Royo, y prologado por Gregorio Caro Figueroa, muestra en la nota “Cuatreros…” su verdadero rostro y se sirve de falsas ideologías para criticar que esta “nación” está “hoy convertida en republiqueta” y que “exhibe ante el mundo una pesadilla grotesca, remedo para el asombro del otrora poderoso Estado donde la propiedad privada era el orgullo de sus habitantes y el ideal de laboriosos inmigrantes”. Llama al gobierno “totalitario” y defiende el desmonte: “La zona se ha marcado de un amarillo, como si la peor de las ictericias hubiera señalado con un lamparón la imposibilidad de realizar desmontes y desbajeramientos con el objetivo de aumentar las superficies cultivables de soja y maíz”. Ver nota completa en http://www.eltribuno.info/salta/192287-Cuatreros-de-campos.note.aspx

Ambrosio Casimiro

Era un cacique que resistió el avance de los “lugareños” de Robles. Tenía tuberculosis y falleció por las heladas que soportó resistiendo los desalojos en la región calchaquí.

La biblioteca popular del paraje Las Pailas hoy lleva el nombre del cacique Casimiro, es de tres metros por cuatro, y fue construida con los adobes que armaron las familias del lugar. Había sido inaugurada Las_Pailas.jpgcon sólo veinte libros hasta que Fernanda Agüero se hizo cargo de una petición de la comunidad (por intermedio del diario de Romero) que pedía agrandar la biblioteca con más obras. Fernanda juntó los libros con el aporte solidario de la gente y Nicolás Picatto y Marito Salim pusieron las camionetas para llevar los libros en una caravana encabezada por el poeta Juan Ahuerma Salazar. A la cruzada se sumó el aporte del diario El Tribuno con material didáctico y ropa para los niños de la comunidad.

Se supo por fuentes particulares que el escritor Robles se molestó por la partida de libros que se llevó a la Biblioteca Ambrosio Casimiro porque desde su punto de vista “allí no vive nadie”.

Carlos Müller expresó sobre la muerte del cacique en Salta 21 : “Ambrosio vivió intensamente y murió de repente, prematuramente, en plena lucha, tal vez porque siempre le importó más el nosotros que su propia persona. Hemos perdido a un compañero, a un dirigente de veras, que su ejemplo nos muestre el camino a seguir. No dudamos que las whipalas seguirán flameando y serán llevadas en alto por nuevos jóvenes que, siguiendo a Ambrosio Casimiro, se sumarán al reclamo por sus tierras, a poder ser ellos mismos, a tener un futuro otra vez en el Valle Calchaquí”. Ver nota completa en https://www.salta21.com/Ambrosio-Casimiro-las-whipalas.html

¿El escritor Carlos Robles es el desalojador Carlos Robles?

Fue en Las Pailas donde el 17 de diciembre de 2010 se produjo el desalojo de cinco familias y sus viviendas dispersas entre los cerros y la destrucción de los sembrados con grandes tractores y rastra. “Todo se desarrolló de manera violenta ya que no tuvieron piedad por toda la historia de vida de los miembros de la comunidad. Las familias desalojadas fueron las de Egdmidio Liquin, Quintina Prieto, Andrés Mamani, Gerardo Mamani y Quintin Cruz”. Salta 21 publicó sendas notas en las que se repudió el accionar de un terrateniente, Carlos Robles: “Además acompañaron el subcomisario Héctor Laimes, la oficial Milena López, junto al señor que dice ser dueño de las 25 hectáreas de tierras que reclama, Carlos Alberto Robles…” La nota completa se puede leer en https://www.salta21.com/Desalojo-violento-en-Cachi-los.html

Aparece de nuevo la figura de Robles en la nota del Ingeniero Pais: “La policía, escasa, miraba a cierta distancia y de una camioneta Toyota blanca de vidrios obscuros bajaron tres, ‘Son de Robles’, dijeron, pero los ignoraron; no les importaba sentirse vigilados, ¿qué puede importarle a quienes están perdiendo todo?” Lea completa la nota sobre la “Crónica del día que los campesinos de Cachi empezaron a decir ¡basta!” en https://www.salta21.com/Cronica-del-dia-que-los-campesinos.html

El caso cobró estado público inmediatamente en aquel diciembre de 2010: “El 22, una Comisión de los Pueblos Originarios, integrada por las 4 autoridades de las comunidades de Las Pailas, El Algarrobal, Las Trancas y La Aguada, junto a las familias Diaguitas desalojadas son recibidos por la Ministra de Justicia Dra. María Inés Diez, en presencia de la técnica territorial del INAI Valeria Zambrano y el asesor jurídico de las comunidades Dr. Gustavo Miranda. La ministra se comprometió a resolver inmediatamente la situación de la comunidad y además a agilizar el trámite de las personerías jurídicas de las comunidades y el relevamiento territorial inmediato (26.160 y 26.554)”. Ver nota completa en https://www.salta21.com/Desalojo-Faber-desconoce-derechos.html

A continuación, reproducimos textualmente un fragmento de la nota del fotógrafo y periodista Alejandro Ahuerma, corresponsal de Tiempo Argentino, publicación con fecha 7 de enero de 2011, acerca de la participación de Carlos Robles en el desalojo de la comunidad diaguita:

“En el corte, Juan Manuel Liquín contó que esa mañana un grupo de casi 25 policías llegó en cuatro móviles para desalojar a cinco familias que pertenecen a la comunidad. Entre ellos estaba Carlos Alberto Robles, quien reclama 25 hectáreas de tierra, acompañado por Abelardo Alancay. Leyeron una orden de desalojo emitida por la jueza Mónica Gabriela Faber.

El comisario de la zona dio la orden. Los efectivos tomaron picos y empezaron a romper los candados y las paredes de las casas para poder sacar todas las pertenencias de las familias de manera violenta. Las familias desalojadas fueron las de Egdmidio Liquin, Quintina Prieto, Andrés Mamani, Gerardo Mamani y Quintín Cruz. Cerca del mediodía mandaron tres camiones contratados por Carlos Robles para sacar las pertenencias y llevarlas a casas de familiares de los desalojados en el pueblo; la misma policía cargó las cosas en los camiones.

Al anochecer llegó a la zona una máquina que derribó las casas totalmente. Luego, con un tractor, Orlando Alancay destruyó los sembradíos de poroto, pimiento, maíz, papa, y arveja.

Hoy se proponen recuperar el territorio y reconstruir las casas. Las cosechas y los sembradíos ya están perdidos, como está perdido el trabajo de todo el año con este atropello”.

En la misma nota titulada “Diaguitas de Salta denuncian que los desalojaron y destruyeron sus casas” ( ver http://tiempo.infonews.com/notas/diaguitas-de-salta-denuncian-que-los-desalojaron-y-destruyeron-sus-casas ) Ale Ahuerma entrevista al ya fallecido Ambrosio Casimiro quien empeoró su salud a causa de los golpes recibidos en el desalojo:

“Parece increíble que sigamos sufriendo estos atropellos. Este es un territorio que tiene por característica principal ser uno de los yacimientos arqueológicos más extensos de la zona, allí vivimos siempre, desde nuestros ante abuelos, pasando por nuestros padres y ahora nuestros hijos y demás descendientes. No sólo atropellaron a nuestras familias y destruyeron nuestros cultivos, sino a nuestra historia, a nuestros rituales, a nuestra cultura de comunión permanente con la madre tierra, nuestra Pachamama y con nuestras raíces culturales. Desconocen la Constitución Nacional y la Ley 26.160 y la 26.554 que suspende todos los desalojos en los territorios de los pueblos originarios. ¡Esto quiero que quede bien claro!”

Para la magistrada interviniente en la causa de la que al poco tiempo se apartó, la Jueza Mónica Faber, el hecho constituyó delito de usurpación de tierras en prejuicio de la propiedad privada de Robles.

Carlos Robles, el escritor, lleva el mismo nombre de la persona que vulneró los derechos de los diaguitas sobre sus tierras, hecho escandaloso y de fuerte impacto social y político.

¿Estamos hablando de la misma persona?

Quien dirigió el desalojo violento que empeoró la salud del Cacique Ambrosio Casimiro es inmobiliarista y empresario. Su nombre es Carlos Alberto Robles. Parece ser un hombre bastante irascible como lo comprueba la carta de lectores publicada en El Tribuno donde molesto porque Jorge Eric Henderson lo llama “operador inmobiliario” le responde de manera amenazante. En otra línea vuelve a emplear la palabra “caciquejos”, la misma que empleó Carlos Robles (quien firma escritor y empresario) en la nota “Cuatreros” publicada recientemente, de la que hablamos al comienzo.

Veamos primero la carta de Henderson y liego la de C. A. Robles:

Injusticias en Cachi

Como tan acertadamente reconoce el gobernador Juan Manuel Urtubey, el gran desafío en la provincia de Salta es la inequidad que aún existe en la provincia.

Con ese espíritu deseo llamar la atención a una serie de hechos que se vienen produciendo en la localidad de Cachi adentro, donde un reconocido operador inmobiliario viene desalojando a familias de agricultores que hace generaciones viven en esos parajes, con el uso de una topadora para demoler sus viviendas. Varias familias quedaron luego literalmente viviendo en la vera del camino.

No cabe duda de que puede que hayan leyes que amparen este tipo de proceder, así como también deben haber otras que protegen a familias rurales que llevan una forma de vida como pequeños agricultores o pastores.

Lo que llama la atención aquí es que se haya llegado a este extremo, con el uso violento de topadoras, sin una intervención de la autoridad municipal o provincial, para diagramar una solución que atienda a las necesidades y derechos de cada parte.

Con esta carta deseo justamente ser un “guardián”, como pide el gobernador, de los cambios que deben seguir aconteciendo en Salta, para transformar esa “inequidad que viene de décadas”.

– Jorge Eric Henderson

Cachi

http://www.eltribuno.info/salta/111772-Cartas-de-lectores.note.aspx

Pobre Cachi!…

Antes de pasar a mayores los desatinos del señor Eric Henderson, deseoso de convertirse en un Robin Hood de Cachi, le llamo fuertemente la atención por lo que dice, no sea su pluma desdichada que lo lleve a perder la hermosa casa reciclada que habita en ese pueblo en un juicio por calumnias e injurias que le entablaré si sigue esgrimiendo argumentos de un desacierto y falta de conocimiento total sobre lo que manifiesta. Y le hago esta advertencia para llamarlo a sosiego. En efecto, el reconocido operador inmobiliario que usted menciona se llama Carlos Robles, es el que firma y se ha roto entero en tres quiebras a lo largo de 45 años para tener tierras propias de nuevo, ahora amenazadas por una banda de usurpadores y de delincuentes al mando del abogado Gustavo Miranda y los pseudos “caciquejos” Néstor Yáñez, Ovalio Cruz, Manrique Burgos, Ismael Viveros, Quintín Cruz, a quienes la Justicia ya los tiene apestillados y prontos a desmantelar por la serie de actos de vandalismo que cometen desde abril del 2010, auspiciados por el INAI, que les provee de fondos con sigilo y nocturnidad para realizar acciones terroristas que tienen desquiciados a los propietarios de Cachi. Señor Henderson cuando quiera intervenir en actitudes quijotescas, asesórese primero de manera conveniente antes de tener un serio dolor de cabeza. Y no piense que le seguiré el juego epistolar. Mi espacio en esta cuestión está en la sede judicial, fuero penal.

– Carlos Alberto Robles

Cachi

http://www.eltribuno.info/salta/nota_print.aspx?Note=112250

En el discurso de la Carta de Lectores de Carlos Alberto Robles hay similitudes con la nota de Carlos Robles en varios puntos: se quejan ambos del INAI, ambos tildan de terroristas a los originarios, llaman “caciquejos” a los líderes de las comunidades y entre otras coincidencias, se refieren a Cachi y sus ocupantes como el lugar del vandalismo (civilización/barbarie), además de dejar entrever que se manejan con fondos de dudosa procedencia. Además, ambos se refieren a la “propiedad” y los “propietarios” en contraposición a los “usurpadores” que nunca alcanzan título real de caciques. Ambos Robles emplean el tono despectivo para con los diaguitas.

La nefasta participación del terrateniente Carlos Robles en el desalojo de los diaguitas se suma a la no menos reprochable nota publicada por El Tribuno y firmada por el escritor Carlos Robles en donde hecha luz a sus intereses empresariales.

Si Carlos Alberto Robles no es la misma persona que Carlos Robles, quiso la providencia juntarlos en una infeliz coincidencia. Pero si estamos hablando de un mismo Robles…

* Coepsa (Centro Oeste de Estudios Políticos y Socioambientales (Bs.As.)

2 COMENTARIOS

  1. Alegato de Carlos Robles en contra de los originarios
    Sra.Chavez: al leer este artículo no pude evitar sentir una profunda pena por lo que pasa en Salta en pleno siglo XXI. Aún arrasan con comunidades originarias y no les importa nada. Aún existen personas como ese Robles con un discurso tan fascista.
    Lamento tremendamente que el tal Robles sea un escritor salteño, es decir parte del acervo cultural salteño.

  2. Alegato de Carlos Robles en contra de los originarios
    Estimada Romina: despues de leer esta nota no me queda mas que felicitarte por tu valentia y por hacer conocer a los salteños esta tremenda injusticia en contra de nuestros hermanos aborigenes.
    Da verdadero asco y repugnancia leer los términos vertidos por Robles, sean dos o uno que se hace pasar por dos.
    ¿El es el escritor que gano un premio en Cultura? ¿Amigo del sr Bravo y sra Carante?
    Por dios !!

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