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sábado, mayo 18, 2024

Alice Du Monde: vuelos de la muerte. ¿Dónde está Lucente?

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La pieza teatral interpretada por La patota, fue ovacionada por el público salteño en el 10º Congreso Nacional de profesores de francés. El milagro de Alice se produjo a las 20, 30 hs. Empañados los ojos, aún, esta nota da cuenta del testimonio de un grupo de teatro salteño que impactó con la temática abordada. Vaya pues, esta nota, como homenaje a Alice, a Antonio Lucente y a los desaparecidos de mi país.

El texto sobrecogedor, potente y poético está basado en una idea original de Juan Carlos Sarapura y en la propuesta dramatúrgica de Ana Carolina Beltrán. La creación de un texto tiene motivaciones, contrariedades, articulaciones, vivencias e historia. El texto de Alice Du Monde es una creación colectiva de los participantes de la pieza. Esta es la historia.

Fue creada con motivo del Congreso de francés. Sarapura tuvo la idea de contar la historia de la monja desaparecida durante la dictadura a partir de imágenes vividas en su infancia. Sus profesores de coro habían sido secuestrados y desaparecidos, nunca más los volvió a ver. Fue testigo de una balacera ocurrida en Villa 20 de junio donde un grupo de guerrilleros tenía un importante centro de reuniones. Comenzó entonces la investigación de la historia de Domon que aún continúa.

Ana Carolina Beltrán (como Alice) fue discursivizando la idea que se completó con el trabajo de los actores: María Belén Carballo, Pablo Gustavo Lenes y Pina Ferrante (como actriz invitada).

Ana Carolina dedica la pieza teatral a Alice y rinde con ella un homenaje a Antonio Lucente, su tío desaparecido. Refirió puntualmente que su tío no figura entre los desaparecidos de la dictadura porque la madre de Lucente “murió pensando que iba a volver”. Lo esperó hasta el final.

Juan Carlos Sarapura , director de la puesta, me cuenta una historia de causalidades: tuvo la idea de Alice el 19 de diciembre de 2007, la monja murió el 18 de diciembre de 1977; la obra se estrenó el 24 de setiembre de 2008, Alice nació el 23 de setiembre de 1937. Me comenta que de 11 mil personas arrojadas desde los vuelos de la muerte, 7 cuerpos fueron encontrados. Duquet, compañera de Alice, estaba entre ellos. Esto reveló la hipótesis de su muerte. Fue arrojada al Río de La Plata el 18 de diciembre del 77. Domon y Duquet fueron secuestradas por el gobierno militar argentino.

Comenta Carolina, que las fotos usadas para las imágenes del video “fueron tomadas de un libro que le dan a las monjas en la iglesia antes de ordenarse”.

Cuenta Juan Carlos que se sospecha que Francia, tenía intereses oscuros y razones políticas para asesinar a estas monjas que defendían al pobre y se ligaban a causas “subversivas”.

Alice Du Monde (La femme du Miracle)

Alice Domon es Alicia del mundo, la mujer del milagro…

La puesta ensambla imágenes testimoniales de la época dictatorial en la Argentina, previamente un séquito de hermanas de una congregación, como imágenes del sacrificio, reposan en sombras para los espectadores. Aparece Alice (Beltrán), el torturador (Lenes) y la subersiva (Carballo). Pero juegan un intercambio de roles y hacia el final vemos al asesino: Alfredo Ignacio Astiz. Vivimos la tortura, el encuentro de Alice con su madre (Ferrante).

De súbito el torturador pregunta a gente del público “¿sos de izquierda?”. De súbito no, jamás, pero no pude sino sentir el hostigamiento y la persecución. De súbito, Alice, en un papel interpretativo impecable de Ana Carolina, era obligada a firmar una carta en la que se confesaba secuestrada por los montoneros. De súbito no, impregnada de rechazo por el asesino.

Carballo hiriendo, Lenes golpeando con los “papeles de la memoria” el cuerpo de Alice. Ahora comprendo la metáfora. Como la historia, uno la comprende después. En esos papeles envueltos estaba la fotografía de Antonio Lucente. Antonio golpeando las puertas de la vida, Antonio pidiendo ayuda, Antonio dejando cicatrices como bollos de papel arrojados a su cuerpo. El dolor hecho papel, la memoria hecha imagen, el teatro como posibilitador de la reconstrucción de fragmentos borrosos de la historia.

La obra es retrospectiva a la vez que hace un flash back de ida y vuelta temporal. Coser los hilos para armar la historia es terrible; la historia se muestra descarnada. Astiz había cambiado su identidad, engañó a las monjas que venían de Francia para arrojarlas al mar. Trabajaban con las Abuelas de plaza de mayo. Se sabe que militares franceses que intervinieron en la guerra independentista de Argelia asesoraron a represores argentinos en técnicas de tortura.

La puesta se sirve del bilingüismo. Impactó incluso en los franceses y muchos aún no conocían la historia de estas desapariciones.

El valor de la obra está dado en su temática vuelta al lenguaje teatral; fascinación ejercida desde la vivencia de signos específicos para contar un testimonio basado en hechos reales.

Del grupo La patota, algo más

Obra fundante del grupo: La pieza del fondo (versión libre sobre el cuento de Fontanarrosa “Sueños de barrio”)

Juan Carlos Sarapura es profesor de las cátedras de musicalización y sonido y radioperador II en la UCS; actor, técnico, realizador de cortos y director. Carolina Beltrán es profesora de francés, traductora y actriz; actuó en La mujer sin cabeza y actualmente trabaja con tres directores del medio salteño en distintas obras teatrales.

De Pablo Lenes contamos que actuó en Juegos a la hora de la siesta de Roma Maieu (2005), en Gris de ausencia de Tito Cossa (2007) y en La pieza del fondo (2008, de La Patota). Belén Carballo actuó en ¿Estas ahí? de Javier Daulte y El casamiento , durante el 2007.

Pina Ferrante es actriz y dirige su propio grupo de teatro.

Datos

Ante el juez federal Sergio Torres, Astiz se presentó con su abogado, Juan María Aberg Cobo, quien pidió la unificación de la causa “Monjas” con la causa sobre la desaparición del ex periodista y militante Rodolfo Walsh. Luego fue el propio Astiz el que tomó la palabra: “Niego mi responsabilidad y autoría en los hechos que se me atribuyen en esta causa. Sin perjuicio de ello, pido que se me exhiba y se me dé copia del supuesto informe oficial del examen de ADN practicado a los cadáveres N.N. hallados en la zona de General Lavalle (N de la R.: se refiere a los cuerpos de Azucena Villaflor y la monja Leonie Duquet, identificados en el año 2006 por forenses en el cementerio de esa localidad de la provincia de Buenos Aires).

Desconozco la validez jurídica de la prueba efectuada debido a que ni el suscripto ni mi defensa técnica fuimos anoticiados de manera temporánea del hallazgo de los cuerpos, ni de la realización de estudios sobre los mismos, evento éste que lesiona en extremo mi derecho a defensa al no haber podido controlar la legalidad del acto, ofrecer contrapruebas y citar peritos de parte”. El represor agrega: “No hay un sólo testigo presencial de los hechos que me haya imputado los delitos de desaparición forzada de personas y homicidio. Todos se refieren a tareas de inteligencia”. Incluso cuestionó la validez del juicio que lo condenó en Francia por crímenes de lesa humanidad. (Noticias).

Los análisis del cadáver de Duquet los efectuó el Equipo Argentino de Antropología Forense, que fue el mismo que trabajó en los restos de Ernesto “Che” Guevara y que participa en las excavaciones que se llevan a cabo actualmente en Uruguay en busca de desaparecidos. (BBC)

El ex general Jorge Rafael Videla conocía a las dos monjas porque ambas habían cuidado a su tercer hijo, Alejandro, que nació con deficiencias mentales. (La nación)

– Agradecimiento: a Cecilia Palomo y Marta Santos, que me ayudaron a leer y escribir las palabras en francés. A la Patota Teatral por recuperar parte de la historia de mi país.

1 COMENTARIO

  1. Alice Du Monde: vuelos de la muerte. ¿Dónde está Lucente?
    En nombre de “Alice Du Monde” vaya nuestro agradecimiento a este medio periodístico por tan alentadora crítica. Aprovechando un poco más de vuestra generosidad también queremos hacer llegar este, nuestro sentimiento, a todos nuestro amigos y colaboradores que tanto hicieron por la obra: a Teresa Martinez, por haber confiado y apoyado la propuesta desde el primer momento (ella fue quien nos pasó ese invalorable libro de oración para la consagración de monjas), a Juan Carlos Carballo por haber puesto su equipo de fotografía, junto con su talento, al servicio de la puesta; a Diego Mamaní (que sin conocernos y desinteresadamente) puso su profesionalismo en la banda sonora de la obra; a Jimena Marinaro, Romina Apaza, Eduardo Aguero, y a Berni, a todo ellos muchas gracias.

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