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sábado, mayo 18, 2024

Los Concursos de la Orquesta

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Han comenzado los concursos que designarán, primero, al conductor de la Orquesta Sinfónica de Salta en los próximos tres años. Y luego a sus integrantes.

Este organismo sinfónico cuyo respaldo es la ley de su creación, la nº 7072, ha tenido en estas primeras nueve temporadas, momentos en que se lo podría comparar con los primeros organismos sinfónicos del mundo y en otros con el funcionamiento de un primitivo grupo sonoro. Aquí es de hacer notar que durante los concursos de su inicio se logró armar una sinfónica lo mejor que podía hacerse en una provincia periférica como la nuestra.

La administración anterior pensó este significativo aporte a la cultura salteña teniendo como norte un concepto que surgía de la poderosa mente de la máxima figura del Ejecutivo de aquel entonces y que las funcionarias y asesoras repetían, no sé si comprendiendo la trascendencia de su significado o simplemente porque su jefe lo había inventado: “la calidad no se negocia”. En cualquiera de los casos, la idea, el concepto estuvo vigente y se cumplió a raja tabla para beneficio de los salteños.

jpg_orquesta_x_1.jpgLa orquesta fue creciendo de abajo hacia arriba durante sus primeros seis años y se fue haciendo lentamente un público que en su agenda personal, sabía “a priori”, cuándo y qué iba a escuchar. A partir de 2007 esa previsibilidad, poco a poco fue hiriéndose. Aquellas personas que hablaban de que “la calidad no se negocia” olvidaron el axioma y la obligaron a la orquesta a seguir un camino de cierta inestabilidad en cuanto al ritmo y periodicidad de los conciertos. Entonces se produjeron algunos aspectos para señalar. Por ejemplo, vino la sindicalización del grupo que necesitaba expresarse de manera orgánica e institucional. La sindicalización no es mala por sí misma. Lo que sí es malo es que naturalmente deja de lado aquellos viejos consensos que antes existían y que fueron la base de un trabajo de equipo. Trajo una inesperada reacción popular traducida en el demérito cuantitativo de asistentes a los conciertos que debieron suplirse muchas veces por invitados para disimular la abrupta caída del número de entradas vendidas. ¿Qué pasó? Algo tan simple como ésto: “como no se cuándo está la orquesta y qué va a ejecutar, pues iré cuando tenga ganas y no como en el tiempo en que se sabía que un día a la semana tenia la posibilidad fija de escucharla y gozarla”. Lo dicho, generó una consecuencia que no he observado en las decenas de orquestas que Dios me ha dado la fortuna de conocer en el mundo y que es simplemente la alegría de hacer música. Alegría que se basa nada más y nada menos que en el concepto de que el arte es la belleza de la vida. De allí algunas caras no muy contentas, más quejas no resueltas ante funcionarios que no comprenden que la Orquesta Sinfónica de Salta es una bisagra en la historia cultural de la provincia. Estas son situaciones que de haberse cuidado aquello de “la calidad no se negocia”, me parece no hubieran llegado.

En mi última crítica del año 2009, prometí un comentario basado en cifras oficiales proporcionado por organismos oficiales. Este análisis revela la caída de ventas de entradas aludida antes, aclarando que solo me refiero al Teatro Provincial que tiene poco mas de 1500 butacas. No poseo cifras oficiales de presentaciones en el interior salteño que por otra parte se hicieron bajo la conducción de directores invitados. Tampoco constan las realizadas en el Festival Llao Llao de Bariloche o en la puesta del ballet La Travista en Buenos Aires, ambas a cargo del director titular con importante asistencia de público y muy buena crítica especializada. De todas maneras se tomaron los días trabajados para ellas, como así también para la grabación del master de música argentina que en algún momento se convertirá en el disco compacto reflejo no solo de la creación de nuestros compositores, sino también de la capacidad de nuestra agrupación sinfónica para interpretar sus obras.

La sola visión de las cifras que están a disposición pública, me exime de todo comentario. Cada cual sacará sus propias conclusiones. Pero permítaseme señalar algunos aspectos que surgen de estas temporadas.

Esta irregularidad en las presentaciones produjo hechos seguramente no deseados por nadie. Por ejemplo en julio 2009 nuestro comprovinciano, el director y compositor Eduardo Alonso Crespo estrenaba su Sinfonía nº 4. No todos los días se estrena mundialmente una obra en Salta. El teatro tal vez no se hubiera llenado pero tampoco aparece como normal que solo se hayan vendido 161 entradas. En noviembre 2009 llegó a Salta la mejor batuta argentina. El maestro Pedro Ignacio Calderón que donde va, me consta personalmente, tiene hasta público de pié escuchándolo. Se vendieron solo 205 entradas. Habrá quien culpe de estos hechos, a la falta de promoción, pero se trataba de dos conciertos que casi no la necesitaban. No recuerdo haber visto comentario alguno de autoridades o integrantes del Instituto que tiene responsabilidades con la orquesta. Hasta surge una extraña sensación en la que parece debatirse la institución más importante de la cultura de hoy en nuestra provincia. Es que se necesita alguien comprometido con la orquesta, con la ciudad, con sus habitantes, con sus seguidores, como sucede en cualquier parte del mundo. No viene al caso nombre alguno, pero he caminado junto a directores, por calles de ciudades argentinas y del exterior y he observado como otras personas reconocían al conductor de un grupo musical y lo saludaban con agradecimiento y respeto. Este deseo no es mío solamente, es el deseo de muchos seguidores de la orquesta. Por eso espero que el próximo concurso para director orquestal brinde un ganador, sea el actual u otro, que se comprometa más con nuestra ciudad, con nuestra orquesta, con nuestro público.

Una orquesta profesional de primer nivel en el mundo tiene entre 180 a 220 conciertos por año a los que se suman los ensayos preparatorios de los mismos. Los conciertos y sus ensayos se llaman “servicios” y éstos casi cubren la totalidad de días laborales. Por supuesto no es ésa mi pretensión para la orquesta local, pero no son pocos los oyentes, los “diletantes”, yo por supuesto, que esperamos una temporada regular de 60 conciertos como mínimo entre la capital y el interior provincial. Podría hacer un análisis de la propuesta efectuada para el trienio 2007-2009. Voy a obviarla a pesar de tenerla en mi poder porque ese análisis merecería otro extenso artículo, pero sí me pregunto si se cumplió, como en los años anteriores, con lo dispuesto en la ley de creación de la orquesta en el sentido de su parcial dedicación a hacer conocer la música sinfónica argentina y latinoamericana. Me lo pregunto porque no me parecen suficientes.

Termino. En 1948 viví la creación de la Orquesta Sinfónica de la Universidad Nacional de Tucumán bajo la batuta de un director de lujo para el país: el maestro Carlos Felix Cillario. Al llegar a Tucumán dijo: “aquí hay todo por hacer” y durante una docena de años la orquesta actuaba todos los viernes gratuitamente en el Teatro San Martín de la vecina provincia. Al principio no éramos más de 150 personas. El ensayo general en la mañana del día del concierto el teatro estaba lleno de estudiantes seleccionados de escuelas, primarias, secundarias y de la universidad. Todos elegidos cuidadosamente. ¿No será ésta una solución para recuperar el público perdido? Es verdad que hay oyentes que no pueden pagar los actuales costos de entradas. Desconozco la incidencia que este ingreso representa en el presupuesto total del organismo. ¿Tendrá significativa importancia o será irrelevante? Tal vez el concierto gratuito no sea muy oneroso para las arcas públicas.

Este artículo no está escrito contra nadie. Es un resumen de la abrumadora cantidad de información que poseo. Está dirigido a quienes leen mi columna, a quienes amamos la música, a quienes tienen responsabilidades funcionales en relación a nuestra orquesta. Trata de evitar caer en el concepto de la tarea no cumplida. Es enorme el esfuerzo del Estado en esta materia. Que no se dilapide.

3 COMENTARIOS

  1. Los Concursos de la Orquesta
    Anoche,después de horas de espera,anunciaron los resultados del concurso abierto de violín. Para sorpresa de muchos, sólo se cubrió un cargo de los seis vacantes.La ganadora resultó ser una chica de Bs.As. Concursaron salteños y ninguno quedó para ocupar al menos un cargo más.Quedaron cinco cargos vacantes que serán cubiertos seguro por gente de afuera,como siempre. Se argumenta que nadie alcanzó aquí el nivel óptimo para ingresar. Es muy triste que habiendo una escuela de música, no se invierta en los salteños.

    • Los Concursos de la Orquesta
      Asi son los concursos, si no hay nivel se debe dejar vacante y ver posibiliades de conbtrtaciones. El proyecto de tener una orquesta de nivel y decir que quiere ser la mejor del pais hace que se necesite lo mejor sino se sigue en la misma. No se como suena esa orquesta, realmente no hay en you tube suficientes grabaciones o videos para tener una opinion mas pesada en el ausnto pero creo que deben tener bien en cuenta muchas cosas…eso espero.

      • Los Concursos de la Orquesta
        Jajajaja¡¡¡ asi son los concursos??,.. bueno Marcos, el tema es que en Salta la situacion es mucho mas compleja, yo me pregunto ¿Para que queremos en Salta una Orquesta Sinfonica?,… si si puede parecer chocante la pregunta,… me reservo el derecho a cuestionar esta institucion,… como musico y como Salteño.

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