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sábado, mayo 4, 2024

¿Quien mató a Barrionuevo? El crimen del canillita sigue impune

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Gerardo Barrionuevo vino desde Tucumán para defender a los canillitas en un duro enfrentamiento con el diario El Tribuno. El lunes 28 de julio de 1969 fue asesinado. Roberto Romero, el gran sospechado. Humberto Cruz y César Daza no lo olvidan.

Hoy será celebrada en la Basílica Menor San Francisco una misa en recuerdo de Gerardo Augusto Barrionuevo, dirigente canillita asesinado en esta ciudad de Salta en la madrugada del lunes 28 de julio de 1969.

Barrionuevo era secretario general del Sindicato de Canillitas de Tucumán y secretario de la Federación Nacional. El dirigente tucumano venía a Salta porque había acá un proceso de normalización del sindicato de nuestra provincia y porque se había planteado un conflicto de los canillitas salteños con la empresa editora del diario El Tribuno.

Explica el dirigente canillita César Daza que por entonces los canillitas salteños le reclamaban a Horizontes S.A. por el porcentaje y la devolución (que se aumente el porcentaje que gana el canillita sobre el precio de tapa y que se le reconozcan como devueltos los ejemplares no vendidos)

Ese año, en el que el hombre pisó la luna, Barrionuevo vino tres veces a Salta. Y en la última perdería violentamente la vida. Era un hombre aguerrido y valiente y no se arredraba ante Roberto Romero, un empresario muy poderoso que lo consideraba como enemigo.

El gremialista tucumano estaba dispuesto a hacer cumplir las promesas que Romero le había incumplido a los canillitas de Salta. Barrionuevo estaba negociando duro para cobrar una deuda que la empresa Horizontes S.A. mantenía con el Sindicato.

Es en este contexto -explica Daza- que Gerardo Barrionuevo aparece muerto en las márgenes del río Arenales con un tiro en la jpg_don_R.jpgcabeza, el lunes 28 de julio de ese año 1969.

La investigación del caso nunca llegó a nada y las sospechas por este crimen siempre planearían sobre la figura de Roberto Romero, quien más tarde, en la década del 80, llegaría a ser gobernador de la Provincia.

Tras el crimen hubo un detenido. Se trataba de un hombre que trabajaba como canillita y apareció esa misma madrugada del 28 de julio en un prostíbulo del bajo, donde comentó a viva voz -tal vez animado imprudentemente por una copa de más-: “ya lo liquidaron al tipo”. Esta información fue publicada por el diario El Intransigente.

Daza recuerda que El Tribuno, por el contrario, optó por tirar versiones que hacían pensar en un crimen pasional o provocado por un feroz enfrentamiento entre dirigentes canillitas.

En el diario de Romero se publicó que Barrionuevo había recibido amenazas en el marco de una internas muy duras en el Sindicato de Tucumán. También aseguraba el matutino de Limache que el gremialista tucumano había venido a esta ciudad para buscar a una chica con la que se había encontrado en un burdel.

De ese modo se trataba de ocultar el verdadero motivo de la presencia de Barrionuevo en Salta: el conflicto que enfrentaba a los canillitas con la editora del diario El Tribuno.

La lucha continúa…

A 39 años de aquel crimen, Cruz y Daza creen que esa tragedia sigue incidiendo en las difíciles condiciones de los trabajadores canillitas de hoy en Salta. “Es verdad que conseguimos el porcentaje del 50% del precio de tapa, pero en negro y no tenemos obra social” se lamentan. “Nosotros seguimos luchando como Barrionuevo por blanquear la actividad, para que se entreguen facturas”.

Denuncian que ellos fueron elegidos como secretario general y secretario adjunto del Sindicato, pero fueron destituídos ilegalmente por otros integrantes de la lista ganadora cooptados por los intereses de las patronales empresariales de las editores de diarios.

“Los usurpadores deberían estar presos y sin embargo se quedaron con la sede”, explican. “Ellos no defienden al canillita sino a los dueños de los diarios”, acusan. Dicen que a esta situación la denunciaron ante la justicia y el Ministerio de Trabajo y que si bien lograron una resolución favorable del ministro Tomada, los “usurpadores” mantienen su statu quo ilegal gracias a un recurso que interpusieron para ganar tiempo. Pero insisten en que ellos son los que tienen la verdadera representación de los trabajadores como titulares de la Comisión Directiva del Sindicato de Canillitas.

Humberto Cruz y César Daza se consideran continuadores de la lucha de Gerardo Augusto Barrionuevo quien llegó a Salta a defender a los canillitas de nuestra provincia y terminó muerto con un tiro en la sien. Es por ello que encargaron una misa que será celebrada en su memoria hoy a las 20 en la Iglesia San Francisco, al cumplirse 39 años de su muerte.

1 COMENTARIO

  1. Me gustaría comunicarme , con el periodista que hizo la nota ! Mi nombre es Susana del valle Farias, prima hermana de Augusto Barrionuevo

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